Lío interno en Sumar: diputados alertan de que no hay “un proyecto común”
- Una asamblea sin los partidos
- Confusión entre Sumar y el Movimiento Sumar
- La organización interna: la eterna asignatura pendiente de Sumar
- El origen de las críticas internas a Díaz
- Dar un cambio de timón al liderazgo de la vicepresidenta
Las discrepancias internas en Sumar vuelven a escena. Cargos de la formación denuncian que la falta de un proyecto común que aúne a todos los partidos —Movimiento Sumar, Compromís, BNG, Más Madrid…— está dificultando el trabajo diario en el grupo parlamentario, en favor de las divisiones y que cada fuerza política busque intereses distintos, según relatan distintas fuentes parlamentarias a Confidencial Digital.
Las voces críticas con el liderazgo de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, llevan años reclamando que Sumar se constituya orgánicamente como una suma de partidos, no como una coalición, y avance en una dirección horizontal que fije los objetivos comunes hacia los que avanzar sin fisuras y sin tener que negociar cada vez que haya elecciones para aglutinar a todos los partidos.
Una asamblea sin los partidos
Hasta ahora, cada vez que ha habido elecciones a nivel nacional: generales en 2023 y europeas el pasado junio, Sumar ha tenido que negociar y convencer a los partidos para que presentar una lista unitaria. La intención de la formación busca poner fin a esta situación y configurar un proyecto a largo plazo que implique un compromiso de todas las fuerzas que se presenten bajos las siglas de Sumar.
Para avanzar en este sentido, distintos cargos y diputados de Movimiento Sumar han exigido a la dirección que no se demore y celebre el congreso este mes. También han solicitado la participación de todos los partidos aglutinados en el grupo parlamentario: Compromís, la Chunta Aragonesista, Más Madrid, los Comunes, el BNG, Izquierda Unida… para poder articular con ellos un proyecto común que permita actuar en bloque y no sean solo una parte de Sumar sin voz dentro del proyecto.
Por ahora, la cúpula ha hecho oídos sordos a esta petición y se espera que solo los miembros de Movimiento Sumar participen en una asamblea que desde dentro ya comienza a calificar como “no constituyente”. “El congreso de otoño no será constituyente porque faltan los partidos”, aseveran Francisco Sierra, de la Plataforma de Sumar Sevilla, candidato de la formación por Sevilla el 28-M y actual diputado en el Congreso de los Diputados.
El parlamentario asegura que no hay una "unidad política" ni una "articulación clara y orgánica del trabajo" en la dirección política de Sumar.
Confusión entre Sumar y el Movimiento Sumar
Las voces críticas reclaman que se trace claramente la diferencia entre Sumar y Movimiento Sumar. El primero es el frente amplio que se aspira a crear aglutinando a todos los socios; el segundo, el partido —con casi el mismo nombre—, que se une a Compromís, Más Madrid, etc... dentro de Sumar.
“La confusión [entre ambos espacios] no ayuda a despejar el horizonte de futuro, y ello afecta al trabajo unitario que debe tener el grupo parlamentario”, según aseguran las fuentes consultadas, y reiteran la necesidad de “un proceso de construcción, como en Francia, de unidad popular, distinto a una suma de formaciones como coalición electoral”, asegura Sierra.
La organización interna: la eterna asignatura pendiente de Sumar
El debate interno en la formación ha sido una constante desde antes de que Díaz anunciara su candidatura. Las bases reclaman desde mitad de la legislatura pasada que Sumar cree una estructura e incluya en ella a todas las confluencias, fundamentales para sostener el proyecto. Pero la ministra de Trabajo optó por demorar este proceso y no se postuló como cabeza de lista hasta marzo de 2023. El carrusel electoral desde entonces cogió a pie cambiado a la formación, y ha ahondado la crisis interna con una retahíla de resultados decepcionantes.
El origen de las críticas internas a Díaz
Desde cargos del partido hasta diputados de las formaciones incluidas en el grupo parlamentario coincidían en el diagnóstico: “Nos han cogido en pañales. No tenemos arraigo en ningún territorio y tampoco ha habido primarias para elegir a los candidatos”. La dirección, desde Madrid, seleccionó a dedo al cabeza de lista para Galicia o las elecciones Europeas.
El 23-J Díaz consiguió resistir, pero los comicios autonómicos exigen una implantación en las autonomías y caras conocidas para los votantes de cada territorio; y desde dentro aseguran que Sumar no lo tuvo porque la vicepresidenta tardó demasiado en empezar a construir el proyecto y tuvo que construirlo al revés: de la cabeza a los pies, en vez de comenzar por los cimientos.
Dar un cambio de timón al liderazgo de la vicepresidenta
A las críticas por la falta de organización, se sumaron aquellas que apuntaban al “hiperliderazgo” de la titular de Trabajo. Izquierda Unida, Compromís, Más Madrid… comenzaron a ver en Díaz una actitud semejante a la de Podemos: una jerarquía vertical en vez de dar voz a todas las formaciones que pretendían armar el frente amplio.
Ahora fuentes parlamentarias exigen que la asamblea de este otoño se traduzca, realmente, en un cambio de rumbo. “Un congreso que no dé un giro radical a las dinámicas de organización y liderazgo no contribuirá al rearme de la coalición progresista”, afirma el diputado de Sumar.
Y ponen un ejemplo de la verticalidad en el liderazgo que hasta ahora ha copado la formación: “Llama la atención que hoy en día siga sin atenderse la petición de los diputados andaluces de una portavocía que dé voz a nuestra tierra, un compromiso que asumimos en campaña y que parece lógico atender considerando el peso de los diputados, votos y estructura de la izquierda andaluza”, añade.