Juango Ospina, abogado de la familia Arrieta, se sincera sobre las secuelas que le ha dejado el caso Sancho

El caso de Daniel Sancho (30 años), condenado a cadena perpetua en Tailandia por el asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta , ha sido uno de los más impactantes de los últimos tiempos. Las implicaciones legales y emocionales para las dos familias involucradas han mantenido a la opinión pública en vilo, mientras los equipos legales de ambas partes se enfrentan a un largo proceso judicial que aún no ha terminado. La sentencia, pronunciada el pasado 29 de agosto, ha dejado a todos con sentimientos encontrados: la familia Arrieta siente un alivio parcial ante la condena, mientras que los Sancho se preparan para apelar la decisión del juez. Para la familia de Edwin Arrieta, la sentencia ha sido un pequeño respiro tras meses de angustia e incertidumbre. «Solo son una familia muy humilde y trabajadora», comentaba Juango Ospina, abogado de los Arrieta, en una entrevista reciente. «Esta tragedia ha arrasado con sus vidas». Desde la muerte de Edwin, la familia ha tenido que lidiar con un intenso escrutinio mediático que ha aumentado su dolor, convirtiéndolos, de la noche a la mañana, en el centro de la atención mundial. «Había muchas personas que hacían comentarios insensatos», relataba Ospina, añadiendo que la presión mediática había sido insoportable, incluso para él como abogado acostumbrado a las cámaras. El propio letrado confesó que «este caso ha significado un antes y un después en mi vida personal y profesional». Ospina, quien ha liderado el equipo jurídico desde España, expresó en varias ocasiones la dificultad de manejar este complejo caso, sobre todo por las diferencias culturales y legales entre Colombia, España y Tailandia. Coordinando la defensa desde tres países, Ospina subrayó que la familia Arrieta solo buscaba justicia, asegurándose de que el crimen no quedara impune. «Entendían que una pena por homicidio imprudente era absolutamente irrisoria; querían algo proporcional», explicó el abogado. La cadena perpetua por asesinato premeditado, finalmente concedida, fue considerada un triunfo, aunque con un sabor amargo por todo lo que tuvieron que enfrentar en el proceso. Del otro lado, la familia Sancho, visiblemente afectada a las puertas de la Corte de Koh Samui, intenta mantener la esperanza a pesar del severo veredicto. Marcos García-Montes , abogado defensor de Daniel Sancho, había sugerido antes de la sentencia que una pena razonable rondaría los 8 años. Sin embargo, la decisión del juez fue mucho más dura, y ahora se prepara un recurso de apelación. Rodolfo Sancho (49 años), padre del condenado, mantiene la fe en una resolución más favorable, aunque sabe que el camino será largo y difícil. Ospina, mientras tanto, considera que este recurso podría ser una estrategia para ganar tiempo y solicitar el traslado de Daniel Sancho a España, algo que el equipo legal de la defensa podría aprovechar. Sin embargo, el abogado de la familia Arrieta también ha dejado claro que el enfoque de la defensa de Sancho ha añadido más dolor a los afectados. «He echado en falta una llamada de teléfono entre compañeros para llegar a un entendimiento y aminorar esta situación tan compleja para ambas partes», señaló Ospina. A pesar de la sentencia, aún quedan cuestiones por resolver. Ospina y su equipo están a la espera de recibir el documento completo del fallo judicial para decidir si apelarán, especialmente en lo que respecta a la indemnización fijada, que quedó muy por debajo de las expectativas de la familia de Arrieta. «Todavía no hemos recibido la copia de la sentencia, habrá que leerla para entender cuáles son los fundamentos del fallo y decidir si estamos o no conformes», explicó el abogado. Por otro lado, la defensa de Sancho sigue insistiendo en que no hubo premeditación en el asesinato, mientras preparan su apelación con la esperanza de una sentencia más leve. Aunque la justicia tailandesa ya ha emitido su veredicto, queda claro que este mediático caso aún tiene capítulos por escribir, mientras las dos familias intentan encontrar algo de paz en medio del dolor y el caos que ha dejado este trágico suceso.