Tiempos cambiantes y difíciles
No consigo influenciar a los mandatarios de diversos países que tiran bombas y liquidan a gente inocente. Es como una misión imposible para la que no tengo ideas suficientes que corrijan este dramático momento. En el ámbito local, la gente me pregunta cómo es que ahora los jugadores se lesionan más que en otra época. Si pensamos un poco, durante muchos años la temporada terminaba el 30 de junio, normalmente con la final de Copa, y volvía a empezar la primera semana de septiembre, con el mes de julio de vacaciones y agosto de torneos preparatorios. Recordemos el Carranza, el Teresa Herrera, el Colombino o el de Ciudad de Mallorca, además del Gamper y otros menores. Eran partidos de preparación en el que el resultado no era decisivo y que servía para que los entrenadores viesen a sus jugadores, incluyendo los fichajes del verano, y pudiesen preparar la temporada siguiente. Los intereses de la FIFA y la UEFA han alterado totalmente estas programaciones de partidos y ahora pasas de la Eurocopa a los Juegos Olímpicos y a empezar la Liga el 15 de agosto. El cuerpo humano, aunque tengan mejor preparación que antes y más ayudas externas, no puede resistir este terminar agotado y volver a empezar al cien por cien. Las lesiones llegan, con lo cual perjudican al futbolista, también a la entidad o club, y en definitiva desfiguran la validez de los campeonatos. Hay demasiado dinero en juego, los contratos y traspasos suben año a año y todo esto tiene que salir del mismo sitio: de los partidos que se juegan a nivel nacional o de Champions. Solo los clubs pueden poner remedio a esto. Haciendo un estudio profundo y solidario y buscando la mejor solución para todo el mundo, pero previniendo los propios derechos.