España y las mil maneras de ganar: 1-4 a Suiza pese a jugar 70 minutos con diez jugadores
Lo que apuntaba a un partido cómodo para España se convirtió en un dolor de muelas por la expulsión de Le Normand a los 21 minutos. En ese momento, ya había recorrido parte del camino a la victoria el conjunto de De la Fuente con dos goles, pero una roja tan pronto, con 70 minutos por delante más los largos añadidos, es demasiado condicionante y el campeón de Europa tuvo que cambiar de plan y demostró una personalidad enorme para hacerlo y conseguir tres puntos de los que refuerzan al grupo tanto como cuando se da una exhibición.
La expulsión de Le Normand fue un capítulo más de un arranque frenético en Ginebra. Pasaron muchas cosas y tuvo que intervenir el VAR en casi todas ellas, lo que España agradeció porque siempre se estaba poniendo de su parte. La tecnología ratificó que la pelota que cabeceó Joselu había traspasado la línea tras la primera diablura de Lamine Yamal. El extremo del Barça debutó justo hace un año con la absoluta y por momentos se mueve como todo un veterano pese a ser un adolescente.
De sus pies salió también el segundo gol. Lamine lanzó a su amigo Nico, que lo hizo todo bien menos el remate, aunque Fabián estaba siguiendo la jugada para remachar el rechace del portero Kobel. Hubo un pequeño empujón de Yamal en el arranque, pero el VAR no entró ahí al considerar que era mínimo. Sí lo hizo en el primer gol de Suiza, de Omeragic, que fue anulado por una mano previa de Freuler. Hubiera sido el 1-1 en siete minutos, pero el marcador mostraba un 0-2 a los trece. España estaba jugando rápido y disfrutaba, aunque sufría un poco con las carreras de Embolo al espacio.
Así llegó la expulsión de Le Normand, que arriesgó y le salió mal cuando el atacante le había ganado el sitio. También el VAR lo valoró por un posible fuera de juego, que no era. Esta vez la tecnología jugó contra la selección. Tampoco con uno menos perdió los nervios España y hasta el descanso siguió atacando e incluso tuvo algunas oportunidades más, como un remate de Joselu después de otra acción rápida y uno de Lamine Yamal, que encontró la respuesta de Kobel.
Pero cuando no conseguía tener mucho rato la pelota o encontrar a Joselu, que hizo un trabajo fantástico para retener los balones que le llegaban en largo, sufría más España. La falta de la expulsión de Le Normand la mandó Amdouni al larguero. Él mismo se anotó el primer tanto legal suizo. Fue en un córner, una lástima porque ahí precisamente es cuando menos se tiene que notar estar con un futbolista menos. Ya había amenazado el conjunto helvético antes, sobre todo cuando Vargas podía colarse por la banda derecha y centrar al área.
De la Fuente rehizo al equipo con Vivian después de la roja y el sacrificado fue Pedri. No tardó mucho en hacer más cambios el seleccionador, que parecían obedecer más al momento de la temporada en el que estamos, para no saturar a algunos jugadores, y al estado del césped, muy mal y empeorado por la lluvia. Lamine Yamal se quedó en la caseta y entró Ferran Torres. No tardaron en hacerlo también Yeremy Pino y Zubimendi. El tercer gol que marcó suiza tampoco sirvió, como el primero. Fue en un nuevo córner, que concluyó con Vivian despejando sin querer hacia su portería. Pero el juez de línea consideró que al sacar Vargas, la pelota había salido. Seguía sobreviviendo la Roja. La suerte también juega en ocasiones.
La segunda parte se le hacía larga a la selección. El tiempo pasa igual de rápido siempre, pero cuando hay que estar demasiado rato replegado y defendiendo, los minutos parecen durar más de sesenta segundos. Ya no pudo mantener el control a través de la pelota, dificultada también por el estado de la hierba y por el chaparrón. Pero estaba aguantando bien, adaptándose a las circunstancias y siendo consciente de que lo que tocaba era remangarse y ser solidario. Defendió España con soltura las acciones de juego, pero penaba en las acciones a balón parado y en los cabezazos de Amdouni. El equipo de De la Fuente tiene como idea principal ser protagonista, pero cuando no se puede hay que cambiar el plan y lo hizo. El fin del sufrimiento pasaba por un gol y el gol pasaba por el juego en largo, aprovechando la desesperación de Suiza, sobre todo si no encontraba el empate y se iba viniendo cada vez más arriba. En la espalda de la defensa local se colocó Ferran para ejecutar ese plan, la primera vez para asistir a Fabián y la segunda para rematar él mismo el cuarto tanto.
Certificó así la victoria de un equipo campeón.