Gibraltar se expande sin que llegue el acuerdo post Brexit
La interminable negociación del acuerdo entre la Unión Europea y Reino Unido para definir la futura relación post Brexit, que lleva negociándose más de tres años, suma un nuevo escollo: los rellenos de tierra. Una práctica constante en el tiempo de Gibraltaer sobre aguas en litigio, que vulnera el derecho internacional.
Desde 2020, por la Aduana de la Línea de la Concepción (Cádiz) han pasado 62.311 toneladas métricas de piedra y escollera en dirección Gibraltar en un total de 2.593 movimientos. Así consta en una comunicación oficial emitida por la Secretaría de Estado de Seguridad el 14 de agosto en respuesta a una petición de información del profesor universitario Guillermo Rocafort Pérez. Rocafort a la que ha tenido acceso LA RAZÓN.
Así, en 2020 se efectuaron 73 movimientos, con un total de 1.775 toneladas métricas. En 2021, ascendieron a 9.392 en 359 movimientos. Al año siguiente, se elevarían hasta las 33.817 toneladas en 1.434 movimientos. En 2023, fueron 16.297 toneladas en 681 movimientos, y finalmente, hasta el 25 de julio de este año se movieron 1.040 toneladas en 45 desplazamientos. Si, bien es cierto que, la respuesta desde Interior es que «no tienen constancia ni se han recibido avisos acerca del posible paso ilícito de camiones con piedras desde el territorio español hasta Gibraltar», lo cierto es que estos trabajos se realizan sobre una zona bajo litigio, según el Tratado de Utrech. No es la primera vez, sino una práctica constante desde 1980 cuando Gibraltar empezó a expandir su territorio en el flanco oeste. Ahora, los trabajos se están llevando a cabo sobre la cara este. El grupo de empresas TNG Global Foundation está construyendo un complejo residencial, con una zona de ocio y un puerto deportivo, cuyos trabajos se extenderán más tiempo del que estaba previsto inicialmente. Estas tareas se llevan en un espacio cuya soberanía reclama España de acuerdo al tratado de Utrecht, en la Zona de Especial Conservación (ZEC) del Estrecho Oriental, declarada así desde 2012.
Ha sido este verano cuando las denuncias de los ecologistas han vuelto a poner el foco sobre esta expansión sobre aguas españolas. En el mes de julio, Verdemar-Ecologistas en Acción denunció que «las piedras de la escollera servirán para el proyecto Eastside de Gibraltar y desmontarán casi 50.000 toneladas para llevar a cabo espigones y transformar frente litoral, hay que recordar que Gibraltar lleva años intentando traspasar especies protegidas como la Patella ferruginea en esa zona».
Este nuevo agravio a la soberanía española coincide con la negociación del futuro acuerdo que regulará la relación entre la UE y Reino Unido respecto a Gibraltar.
El optimismo que hace unas semanas imperaba respecto a la posibilidad de firmar un acuerdo con Gibraltar de manera inminente se desvanece. Tras las reuniones del 12 de abril y el 16 de mayo, en las que participaron el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares; su entonces homólogo británico, el conservador David Cameron; el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, y el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, da la sensación de que la firma del pacto se enfría ante la incapacidad de llegar a un acuerdo relacionado, especialmente, con posible presencia de agentes españoles en Gibraltar.
La llegada de los laboristas al gobierno británico unido a que tanto en España como en el Peñón está sentada en el Ejecutivo una fuerza de izquierda fue interpretado como un signo de avance de cara a las negociaciones. Nada más lejos de la realidad.
El jefe de la diplomacia española, Albares y su homólogo, Lammy, se reunieron en Washington el pasado 7 de julio, en los márgenes de la cumbre de la OTAN. Allí acordaron «trabajar desde ya» para «alcanzar un acuerdo en relación a Gibraltar». Posteriormente, el Jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, tuvo un encuentro con el primer ministro británico, Keir Starmer, en el marco de la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE).
Tras ese encuentro bilateral sentenciaron que el acuerdo que «muy cerca». Fuentes consultadas por LA RAZÓN, aseguran que en las próximas semanas se llevará a cabo otra reunión a tres para intentar desatascar un acuerdo, pero no ponen fecha a la fumata blanca.