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2024

Canciller de Colombia no descarta otorgar asilo a María Corina Machado y a Edmundo González

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El mes de agosto que recién pasó podría catalogarse como el más agitado para Luis Gilberto Murillo desde que asumió en propiedad como ministro de Relaciones Exteriores de Colombia. En cuestión de semanas, el canciller tuvo que poner el pecho en reiteradas ocasiones por la mediación del Gobierno en la crisis de Venezuela, responder innumerables dudas por el futuro de los pasaportes, así como informar por los avances de la investigación disciplinaria que cursa contra el embajador ante la FAO, Armando Benedetti.

En entrevista con El Tiempo, Murillo repasó cada una de estas situaciones.

—¿El 10 de enero de 2025, fecha en la que se debe posesionar el nuevo presidente de Venezuela, el Gobierno de Colombia va a reconocer a Nicolás Maduro?

—Lo que hemos dicho, y hemos sido claros, es que vamos a seguir jugando este papel de mediación, de facilitación. Nosotros reanudamos las relaciones con Venezuela, reconocemos al presidente Maduro en su período, que va hasta el 10 de enero, y obviamente ya vendrá el tiempo en que tendremos que tomar alguna decisión al respecto. Tenemos buenas relaciones, hay buen entendimiento tanto con el presidente y con el canciller como con los líderes de la oposición. Uno de los planteamientos de Colombia es que se fortalezca la democracia. Cuando se hizo la conferencia en Bogotá, la discusión era si se daba un cronograma electoral o no, se presentaron y se dieron unas elecciones. Ahora lo que se trata es de cerrar bien ese proceso, que realmente conduzca al fortalecimiento de la democracia en Venezuela.

—Muchos sectores señalan al gobierno colombiano de lavarle la cara al régimen de Nicolás Maduro. ¿Qué responde?

—Nosotros lo que estamos jugando es un papel constructivo que siempre nos han pedido. Mire que llama la atención que a veces se critica el papel que han jugado Colombia, México y Brasil, pero la gran mayoría de países tienen mucha esperanza en ese papel porque hay comunicación fluida, porque hay un diálogo sincero. Creemos que es todo lo contrario.

—Pero, da la sensación de que cada acción del régimen complica más la mediación de Colombia. ¿Una eventual captura de Edmundo González sería cruzar un límite?

—Hemos sido claros en que no queremos ser injerencistas ni que se piense que lo somos, respetamos que los venezolanos y venezolanas resuelvan sus temas. Sin embargo, queremos seguir jugando ese papel de facilitación. Creemos que todavía hay un margen de tiempo para jugar ese papel y vemos con mucho interés que estos presidentes puedan ofrecer recomendaciones con base en sus propias experiencias. Queremos es que esto cierre bien y no deje ninguna duda. El presidente Petro ha venido planteando que aquí tenemos una experiencia de diálogo político para eliminar la violencia que se dio entre el Partido Liberal y el Partido Conservador en el marco del Frente Nacional. ¿Por qué no miran esa experiencia y de pronto hay alguna posibilidad de cohabitación? Han puesto ideas con base en sus propias experiencias, pero todavía hay un margen para seguir en esa conversación, es lo que nosotros consideramos.

—¿Considera que en Venezuela hay democracia?

—Bueno, acaban de hacer elecciones. Las elecciones son traumáticas en todos lados. Los cuestionamientos a las democracias ya se dan en todo el mundo, hasta en las que se consideraban antes las democracias más sólidas, porque se están transformando. En Venezuela se dieron elecciones, todo el mundo reconoce que fueron elecciones que se hicieron en paz, que la gente salió a votar, que el sistema venezolano de registro de los votos es un sistema bastante moderno, algunos dicen que es mejor que el colombiano. Por eso nosotros insistimos en que esto hay que cerrarlo bien, porque si se dio un proceso donde hubo una fiesta democrática en el que todo el mundo salió y no hubo problemas de violencia, ese ya es un gran logro. Hay elementos para encontrar una democracia. Lo que hay que encontrar es un nivel que garantice la credibilidad del proceso. Si hay algunas dudas hay que superarlas para consolidar de que se avanza en el camino democrático.

—¿Colombia estaría dispuesta a dar algún tipo de asilo para María Corina Machado o Edmundo González?

—Vale la pena resaltar que Venezuela acogió a mucha población colombiana en las épocas más difíciles de nuestro país. Eso es muy importante porque vuelve y muestra la relación profunda y extensa de los dos países. Nosotros tenemos, con el apoyo de la cooperación internacional, cerca de 10 Centros Intégrate, donde se garantiza que tengan asesoría los migrantes para integrarse a la sociedad colombiana. El presidente Petro cree en la gran ciudadanía latinoamericana y del Caribe, que podamos movernos libremente en esa zona común que ya se tiene con algunos países. Colombia también es un país de acogida de personas que buscan el asilo político. Tenemos varias aquí. Yo me beneficié del asilo político y creo en el asilo político. Creo que cuando se dan ese tipo de situaciones hay que garantizarlo. Nosotros, por ejemplo, hemos coadyuvado la petición de México de Jorge Glas. Yo acabo de estar en Ecuador y una de las cosas que planteamos fue: ¿por qué no nos dan el salvoconducto para que Jorge Glas pueda estar en Colombia, si no quieren darlo a México? Nosotros creemos en eso. Toda persona que sienta que debe acogerse a este beneficio y que reúna las condiciones que establece el marco legal internacional, nosotros lo vamos a hacer. No hay ninguna duda. 

—Estados Unidos anunció que van a volver las sanciones. ¿Qué va a pasar con los negocios en temas de gas y otros que el presidente de Ecopetrol ya había anunciado?

—No estamos de acuerdo con sanciones que sean unilaterales y extraterritoriales. Son inefectivas y terminan afectando a las poblaciones más vulnerables. Tenemos la misma posición respecto a las sanciones a Cuba. No ayudan tampoco en el relacionamiento de América Latina y el Caribe y tampoco en el del hemisferio occidental. En el caso específico de Venezuela, la posición de Colombia ha sido muy clara: hay que levantar sanciones y hay que darles amnistía a todos, ese es un primer paso. En cuanto a negocios, obviamente deberían levantarse las sanciones. Nosotros como país que sostiene relaciones tanto con Estados Unidos como con Venezuela vamos a hacer gestiones para que la OFAC (el Tesoro de los EE.UU., que maneja la Lista Clinton) pueda garantizar que las licencias y autorizaciones que necesita de Ecopetrol las pueda obtener. Eso hace parte de los intereses de Colombia y de la garantía de seguridad de la prestación de unos servicios que son claves, sobre todo, la garantía del gas y la energía necesarios para que la economía del país siga operando. Es algo que le interesa a los Estados Unidos porque tenemos un tratado de libre comercio.

Murillo no cerraría la puerta a un asilo político para los líderes de la oposición venezolana. Foto: César Melgarejo. EL TIEMPO

—¿Qué rol está cumpliendo Álvaro Leyva? ¿Es un canciller en la sombra en el caso venezolano?

—Es alguien que ha estado muy involucrado en temas de paz, y como ustedes conocen, que es lo mismo que nosotros conocemos, hizo un viaje a título personal a Venezuela y se reunió con mucha gente allá. Pero nosotros tenemos un diálogo muy directo, muy frecuente con el canciller Yvan Gil, casi que a diario, al igual que lo tenemos con Brasil y con México.

—¿Le molestó el viaje de Álvaro Leyva a Caracas? ¿Estaba enterado?

—Fue un viaje a título personal, yo no tenía ninguna información y yo creo que los que pueden aportar en esto, sobre todo para construir paz en Venezuela y paz acá, deben hacerlo. Nosotros, como dije, vemos ese tipo de interacción en función de lograr la paz y el entendimiento con buenos ojos.

—Esta semana se habló mucho de una llamada de los presidentes del G3 y Maduro. ¿Por qué no se dio? ¿Hay malestar en el régimen por el comunicado de Colombia y Brasil respecto a Edmundo González?

—Yo espero que no haya generado molestia, además nunca nos comunicaron que hubo molestia. Por instrucción de nuestros presidentes, el lunes 2 de septiembre acordamos con el canciller Gil que se iba a agendar una reunión con los tres presidentes del G-3 y el presidente Maduro. Agendamos la reunión para el miércoles 4 de septiembre en horas de la tarde. Obrador no nos reaccionó, realmente estuvimos en diálogo con la canciller, pero no alcanzó a confirmarnos. Quedamos agendados para hacer una videoconferencia porque es importante que los presidentes puedan manifestar directamente sus posiciones, sus recomendaciones en un ambiente confidencial. El miércoles, en horas de la mañana, el canciller Gil manifiesta que pospongamos la reunión porque el presidente Maduro salió de Caracas, estaba en región y como era una videoconferencia se podían presentar algunos problemas de agenda y conexión.
Entonces decidimos buscar una nueva fecha para esa reunión. Esperamos que se puedan reunir tanto de manera multilateral como también pueda haber alguna conversación del presidente Petro y el presidente Maduro de manera bilateral.

—A propósito, ¿hay algún viaje del presidente Petro a Venezuela en la agenda?

—No lo tenemos en la agenda, pero siempre estos viajes son bienvenidos, ojalá podamos agendar alguno.

—Pasando al tema de pasaportes, ¿habrá una nueva urgencia manifiesta para extender el contrato a Thomas Greg?

—Hemos dividido esto en varias etapas. Una primera etapa que era darle estabilidad a este proceso, tranquilidad a la gente y que se no afectara la expedición de los pasaportes. Eso se logró: no hemos tenido problemas en la expedición, sino desafíos en el agendamiento, que es un tema distinto. En el nuevo modelo que diseñamos incluimos un periodo de empalme, de transición. Después de ese periodo ya pasar a consolidarse el nuevo modelo. El periodo de empalme lo planteamos a partir del 3 de octubre, porque se terminaba el contrato que tiene Tomás Greg & Sons. Hubo cierta preocupación de algunos sectores, incluyendo la Procuraduría, la Contraloría, y nos acompañamos de ellos para garantizar la continuidad en el servicio. Tuvimos conversaciones con la firma para que pudiésemos tener este empalme. Por recomendaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional, para garantizar los estándares de los pasaportes se requiere un empalme de 7 a 10 meses, porque vamos a construir una nueva planta. La firma está dispuesta a hacerlo (el empalme) y lo que se está definiendo en el Ministerio de Relaciones Exteriores es la mejor manera de hacerlo. Como se requiere garantizar la continuidad del servicio, todo indica que lo que tenemos que extender es una urgencia manifiesta, porque si no, tendríamos que recurrir a nuestros nuevos socios para que nos produzcan los pasaportes afuera, que no es nuestra preferencia. Todo indica que es el mecanismo que se utilizaría para garantizar la continuidad del servicio.

—¿Por 11 meses?

—No se ha decidido. Yo diría que es una ruta y eso se tiene que decidir este mes. También tiene que concretarse la firma del acuerdo gobierno-gobierno, con Portugal, donde aspiramos que traigan los recursos de donación que se establecieron en la propuesta y que el 3 de octubre ya inicie el proceso de generación de capacidades en la Imprenta, la Cancillería y Migración.

—Antes de pasar a Portugal, en la plenaria del Senado dijo que no le tenía miedo a la demanda de Thomas Greg por 116.000 millones de pesos. ¿Está previsto algún tipo de conciliación de la demanda o usted se va a los tribunales para ver si ganamos?

—Separamos la pelea jurídica de la continuidad del servicio. En lo de la pelea jurídica es más complejo porque nosotros estamos seguros de que podemos ganar, al parecer ellos también. Allí no hemos tenido los avances que quisiéramos, pero lo más importante para nosotros es que para la población no se afecte los servicios del pasaporte. Tenemos un buen equipo, nos gusta la estrategia que hemos acordado con la Agencia de Defensa Jurídica del Estado, que nos da mucha tranquilidad.

—¿Qué gana Portugal en este negocio? Ha habido ruido porque se habla una vez más de la sombra del excanciller Álvaro Leyva..

—Primero, Colombia gana toda la posibilidad de un modelo de expedición de sus pasaportes que ya lo aplica Portugal desde una institución pública, que tiene relaciones comerciales con proveedores que pueden no ser públicos, pero eso gana Colombia, porque tiene un modelo distinto. Además, la transferencia de tecnología. ¿Qué gana Portugal? Primero fortalece la relación nuestra, pero también tiene un aliado más para poder salir, y es nuestra aspiración, a buscar nuevos mercados y esta alianza nos permite llegar a ofrecer este servicio a otros países. Lo haríamos con un aliado muy potente.

—¿Qué inclinó la balanza por Portugal?

—Hay unos países en los que el prestador de servicio es privado y eso no es lo que queremos. Queremos que sea público y queremos aprender de eso. Ese fue un criterio claro. El segundo, que no hicieran la producción en sus países y que nos dejaran capacidad instalada. Portugal era el país que nos dejaba la planta más rápido. Asimismo, la Casa de la Moneda le responde a nuestra Imprenta. Ahora vienen ya unas negociaciones que deben iniciar muy pronto en detalle del acuerdo gobierno a gobierno, porque viene el paquete de cooperación. 

—¿Quedó tranquilo con su averiguación sobre Jorge Leyva, hijo del excanciller?

—No conozco a la persona que me han mencionado. Lo que estoy averiguando es qué prestadores privados o proveedores tienen la Imprenta Nacional de Portugal, la Casa de la Moneda, para al menos establecer algunos blindajes. Estoy en eso, estamos revisando con nuestro equipo, eso no se ha concluido.

—EL TIEMPO reveló que el aliado estratégico de la Casa de la Moneda de Portugal es el grupo paisa Cadena, uno de los que instauró denuncias y alertas en contra del grupo Thomas Greg en la primera licitación y en la segunda que le mandó cartas a usted ¿Esto no le suena llamativo?

—No tuvimos en cuenta estas consideraciones ni se colocaron sobre la mesa. Es decir, nosotros queremos que un gobierno nos responda gobierno a gobierno por las tareas que tenemos que hacer de fortalecimiento de lo público nuestro.

El ministro asegura que el mecanismo para que Thomas Greg & Sons siga prestando el servicio de los pasaportes después del 2 de octubre es la urgencia manifiesta. Foto: César Melgarejo. EL TIEMPO

—¿Hay una suma de dinero acordada por esa transferencia de tecnología y asesoría de Portugal?

—Nosotros invertimos cerca de 200 mil millones de pesos al año en todo este sistema. Eso es lo que se le paga por tercerizarlo a dos empresas, a Thomas Greg & Sons y a Millenium. Lo que aspiramos es a ahorrarnos entre el 30 y el 50% dependiendo del tipo de servicio que esté allí y que Portugal nos pueda traer una cifra igual. Si nosotros nos ahorramos ese 30 %, y que Portugal pueda aportar 100.000 o 120.000 millones de pesos, sería ya un aporte muy clave para nosotros. Que estemos balanceados: 50 % de aporte de cooperación y nosotros el 50% que ponemos que con los recursos de contratación pública. Con esos ahorros, lo que quisiéramos es implementar algo que se tiene desde hace mucho tiempo y es que algunos sectores de la población sisbenizada pueda acceder al pasaporte de manera gratuita. 
Además, nos gustaría estabilizar el precio del pasaporte hasta el año 2026 o que se pueda disminuir, porque hoy es bastante costoso. Entonces, eso es lo que estamos mirando, que serían los beneficios del nuevo modelo.

—Hay algunos jugadores del mercado que aseguran que esto es un tema casi que personal con Thomas Greg. ¿Aquí hay una instrucción directa del presidente Petro sobre sacar a Thomás Greg de este tipo de contratos?

—No, de ninguna manera. Es decir, el Presidente me dio unos criterios que eran criterios generales, yo tomé la decisión de que esto requeriría un nuevo modelo y empecé a trabajar sobre ese nuevo modelo. Ese mercado de la expedición de este tipo de documentos, de pasaportes, de documentos de viaje, de papeles de seguridad, pareciera que en Colombia es un mercado bastante malsano. Entonces si no está funcionando bien, si usted tiene varias licitaciones en seguidilla, pero todos (los oferentes) se retiran y dicen que no participan porque no tienen garantías, algo está pasando. No es que funcionaba bien, depende de cómo usted lo vea.
Entonces por eso dijimos aquí hay que hacer algo distinto. En ningún momento el Presidente manifestó: ‘yo necesito sacar a este o al otro’. Solo dio esos tres criterios que le mencioné y con eso empezamos a trabajar.

—La gente de a pie se ha llenado de incertidumbre con esta novela y quiere saber qué pasará con el trámite y el agendamiento de citas de los pasaportes. ¿Qué les puede decir?

—El agendamiento de citas no funciona bien porque es una tecnología del año 2001. Lo vamos a modernizar. Esperamos que hacia finales del año funcione bien: que si su pasaporte se vence en seis meses, pueda agendar su cita seis meses antes. Hoy es imposible hacerlo. Y lo otro que vamos a implementar, ya hicimos las pruebas, es el pasaporte en línea. Entonces usted va a poder hacer todos sus documentos sin cita, en línea, y solo acercarse a recibir su tarjeta de pasaporte. Creemos que eso va a tener un impacto en el agendamiento, porque no está funcionando bien. 

—¿Qué va a pasar con Armando Benedetti y por qué el Gobierno lo mantiene como embajador a pesar de los cuestionamientos?

—El embajador Benedetti está cumpliendo sus funciones. Por los hechos que se presentaron, hicimos lo que teníamos que hacer, que era abrir una investigación en el caso de lo que se mencionó públicamente que sucedió en España. Había otra investigación allí que también lleva su curso. Debemos garantizar el debido proceso y se están agotando todas las etapas procesales y dando la oportunidad, obviamente, como a cualquier funcionario, de que pueda responder a cualquier requerimiento que se haga allí. Y una vez se tomen decisiones, las daremos a conocer. Ahora, no puedo comentar en detalle sobre esas investigaciones. A mí me corresponde hacer segunda instancia una vez se califique y se proceda a tomar una decisión, entonces no podría manifestarme en detalle sobre eso. Pero no es el único que tiene investigaciones internas, hay otros que también las tienen y esto sucede normalmente. En su debido momento daremos a conocer qué decisión toma la Cancillería. 

—Vienen elecciones en Estados Unidos. ¿Con quién se sentiría más cómodo Colombia, Kamala Harris o Donald Trump?

—El gobierno colombiano siempre ha tenido buenas relaciones con Estados Unidos, independientemente del ciclo político en Colombia o en Estados Unidos. Cuando llegamos, la gente pensaba que iba a haber un desastre de relación, por la llegada del presidente Petro y sus posiciones diferentes con Estados Unidos, pero mire que se ha manejado con mucha independencia, la relación se ha fortalecido y se ha expandido. Entonces, creemos que en cualquier escenario la relación se va a mantener. Cambiarán algunos énfasis, matices, pero se va a mantener sólida.

—Usted es una de las figuras más destacadas en el gabinete del presidente Petro. ¿Hasta cuándo estará en el Gobierno? ¿Va a ser candidato presidencial?

—No. Estoy concentrado en los desafíos de la Cancillería, que son muchos.

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