Así es Nicko Sensoli, el nuevo héroe nacional de la República de San Marino
El jovencísimo Nicko Sensoli, de 19 años, es el nuevo héroe nacional de San Marino, la peor selección del mundo, gracias a su tanto ante Liechtenstein (1-0), con que regaló a su país la primera victoria oficial de su historia. El 5 de septiembre de 2024 es ya un día inolvidable para San Marino, situada en el puesto 210 del ranking. Eran 140 partidos consecutivos sin ganar, 20 años sin saborear un triunfo. El último, y hasta el momento el único, fue en aquel duelo amistoso en 2004 ante –otra vez– Liechtenstein que ya dio la vuelta al mundo. Pero esta vez fue diferente, era un partido oficial, de la categoría D de la Liga de Naciones. Y tuvo un héroe indiscutible.
Sanmarinense de pura cepa, Sensoli nació el 14 de junio de 2005 en la minúscula república de apenas 33.000 habitantes. Es decir, el héroe nacional no existía cuando su país logró el primer triunfo. Delantero de la San Marino Academy, perteneciente a la pequeña liga de la república, la pasada campaña jugó cedido en el Sangiuliano City, un equipo de la Serie D, la cuarta categoría del fútbol italiano. Sensoli forma parte del grupo de cinco jugadores menores de 20 años que lideran el cambio generacional de San Marino y ni siquiera es futbolista profesional. De hecho, solo dos jugadores de la plantilla actual lo son, y juegan en el Sassuolo sub’20.
Sensoli fue suplente en el partido más importante de su carrera, ante el gran rival. Porque cada vez que San Marino juega contra Liechtenstein, la segunda a peor selección de Europa (199ª del mundo), los jugadores sienten que podría llegar la victoria.
Y su gol fue un ejercicio de fe que demostró el valor de este partido. Persiguió el error de la zaga visitante, se coló indetectable por la espalda del central y sacó la punta de su pie derecho para evitar la salida del meta liechtensteiniano, obrando el milagro. Se unió en ese momento en el cargo de héroe nacional a Andy Selva, el máximo goleador de San Marino que marcó el gol de la victoria en 2004, de falta directa. «Lo hemos conseguido, toca disfrutar y luego pensar en el próximo partido. Sabíamos que podíamos hacer daño porque habíamos preparado el partido. Una emoción increíble, no me lo creo todavía», dijo al terminar el encuentro. Emocionado, no se olvidó de nadie. «Se lo dedico a mi familia; a mi mejor amigo; a todos los aficionados sanmarineses; a mis compañeros y al cuerpo técnico».