De norte a sur: cinco escapadas cercanas para aprovechar septiembre
A menos de dos horas de muchas de las grandes ciudades de nuestro país se esconden rincones perfectos para evadirse del ajetreo de la vuelta al trabajo
Un pueblo laberíntico que es uno de los más bonitos de España y está apenas a una hora de Valencia
Las vacaciones se han acabado para la mayoría y muchos comienzan a enfrentarse a la realidad que supone la vuelta al trabajo. Pero eso no significa que debamos renunciar a viajar en el ajustado tiempo libre que nos queda entre el fin de semana y la jornada laboral. Existen rincones escondidos a simple vista por toda la extensión de nuestro país que endulzarán este mes de septiembre. Se trata de lugares perfectos para escapadas breves.
Madrid: Complutum, Alacalá de Henares
A poco más de 20 km de Madrid, en las magníficas vegas del río Henares, se encuentra la Ciudad Romana de Complutum. Se trata de un pedacito de historia romana situada en Alcalá de Henares, apenas a 40 minutos de la capital.
El Parque Arqueológico Ciudad de Complutum es sin duda el yacimiento visitable más importante de la Comunidad de Madrid y la mejor opción para conocer de primera mano cómo era la vida en la época romana así como para admirar su colección de pintura mural romana.
Tuvo su inicio en el siglo I a.C. y fue en época del emperador Augusto cuando se construyó un proyecto urbano siguiendo el profundo conocimiento que griegos y romanos tenían del urbanismo: calles rectas sobre cuadrículas ordenadas, pórticos, foros, termas públicas, casas privadas de gusto refinado y ciudadanos cosmopolitas.
Complutum fue el origen de la actual Alcalá de Henares, ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 1998 y Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid desde 1992.
Hoy en día, la visita del Parque Arqueológico es gratuita y permite recorrer muchos de estos espacios y admirar sus construcciones, sus mosaicos y pinturas murales.
Catalunya: Pals
De este pueblo el escritor catalán Josep Pla decía que “no merece una visita, sino cien visitas, porque su ubicación ofrece la posibilidad de ver uno de los paisajes más bellos e inolvidables del país”. Sus palabras no eran una exageración. Pals da la bienvenida en la distancia, justo en el momento en que vemos, en el horizonte, la silueta de su muralla abrazando a la villa, donde se alzan la iglesia y la majestuosa Torre de les Hores, uno de los pocos vestigios que se conservan del antiguo castillo y convertido en emblema del pueblo. Todo esto solo a una hora y media de Barcelona.
Pasear por las callejuelas de la villa transporta directamente a la época medieval: puedes encontrar bóvedas, arcos de herradura, portaladas y ventanas románicas y góticas y la huella evidente de los antiguos pobladores plasmada en la piedra donde se esculpieron las sepulturas antropomórficas anteriores al año 1000.
En Pals también podrás hacer enoturismo. L'Empordà es uno de los lugares vitivinícolas más antiguos de la costa Mediterránea, ya que Empúries era considerada tradicionalmente la puerta de entrada por donde los griegos introdujeron el cultivo de la vid en la península.
La Denominación de Origen Empordà es una denominación vinícola que comprende mayoritariamente terrenos de las comarcas de l’Alt y Baix Empordà. Concretamente en Pals, aparte de los tradicionales campos de arroz, antiguamente también había personas que se dedicaban al cultivo de la viña.
Toledo: Consuegra
Romano, castellano-mudéjar, barroco, son algunos de los estilos artísticos que están integrados en los monumentos de Consuegra. Consuegra es un pueblo a unos 40 minutos de Toledo, célebre por sus molinos de viento. Entre los molinos que componen el conjunto, uno de ellos, el Sancho, es muy especial. Fue el primero en restaurarse, siguiéndose los métodos y materiales propios de la época. Todavía conserva piezas originales de gran antigüedad y debido a la forma en la que fue restaurado fue el primero declarado Bien de Interés Cultural (BIC), y en la actualidad todo el conjunto goza del mismo reconocimiento patrimonial.
También vale la pena visitar su castillo, de donde surgió uno de los conflictos por la corona más importantes de la historia de España. A mediados del siglo XVII, durante el reinado de Felipe IV, Juan José de Austria, hijo no legítimo del rey, se hizo con el control de la corona en contraposición a su madrastra Mariana, encerrando a uno de los últimos validos de los Austrias, Fernando de Valenzuela- en la fortaleza.
Burgos: Monasterio de Santo Domingo de Silos, Silos
Uno de las joyas de la arquitectura románica religiosa. Y a tan solo 50 minutos de Burgos. Silos es una pequeña localidad castellana con numerosos servicios turísticos, y constituye un buen sitio para descansar y comer una de sus especialidades gastronómicas: el cabrito asado.
Casi todo el pueblo gravita alrededor del monasterio, en el que pueden visitarse algunos de sus espacios más importantes, como su prodigioso claustro románico o su museo de arte religioso. Un paseo por el pueblos nos deparará aún otras sorpresas: casas tradicionales y caserones nobiliarios, la muralla urbana o la iglesia de San Pedro, junto al monasterio, Santo Domingo de Silos.
Muy cerca de este edificio, a pocos kilómetros por la carretera en dirección a Hinojar de Cervera, está el paraje natural conocido como La Yecla, una profunda y estrecha garganta excavada en la caliza por la que el visitante puede adentrarse a través de una serie de pasarelas colgantes que alternan las marmitas de gigante y las cascadas.
Cádiz: Setenil de las Bodegas
Si hay un elemento que caracteriza a Setenil de las Bodegas, es sin duda el entramado urbano, un caserío blanco incrustado literalmente en el cañón del Río Guadalporcún, el verdadero arquitecto de Setenil de las Bodegas. En el límite septentrional de la provincia de Cádiz, a casi dos horas de Sevilla, Setenil de las Bodegas no deja indiferente a nadie. Bajo las rocas se instalaron los primeros habitantes, los setenileños prehistóricos, entre cuevas y recodos.
Setenil de las Bodegas, amén de su monumentalidad y belleza (figura en la Ruta de Pueblos Blancos de Andalucía), recibe a miles de visitantes cada año, deseosos de conocer el cielo de piedra que ampara a esta localidad.