Un estudio revela que el 'greenwashing' no se castiga en bolsa
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¿Aprietan los accionistas e inversores en materia de ESG? Esta es una cuestión que han respondido los responsables de los departamentos de sostenibilidad de algunas de las grandes compañías del Ibex 35 y otras multinacionales cotizadas más allá del selectivo español. La respuesta es unánime: «Sí y cada vez más». La preocupación de los mercados bursátiles por los asuntos medioambientales, sociales y de gobernanza va en aumento, pero no parece ocurrir lo mismo con el 'castigo' que sufren aquellas firmas que hacen 'trampas'. «El greenwashing es una ofensa grave, pero hasta ahora a menudo ha quedado sin consecuencias para las empresas involucradas», señala Magdalena Senn, miembro de Finanzwende. Y Senn no se refiere a sanciones económicas de los reguladores, sino a correcciones en los mercados bursátiles. Así se refleja en la última investigación que ha liderado esta investigadora que revela que la sostenibilidad aún no tiene la misma consideración que la información financiera. «Un error o la desinformación intencional en los estados financieros desatan reacciones inmediatas, las acusaciones sobre greenwashing no afecta al precio de la acción», denuncia. Según los datos recopilados por esta organización alemana, la cotización de las compañías apenas cae un 0,9% en los tres días posteriores a la acusación de blanqueamiento ecológico. «Solo si hay intervención regulatoria, la caída es mayor», advierte el estudio. Si la autoridad de supervisión financiera relevante interviene, el precio de las acciones de las empresas involucradas se contrae alrededor de un 2%. Si la intervención pasa a investigación, la cotización se desploma más de un 6%. «Los mercados financieros deberían reflejar la creciente importancia de los riesgos climáticos otorgando a la información sobre el greenwashing la misma importancia que a la información sobre otras actividades fraudulentas», reclama Senn. Según los autores, los supervisores financieros «deben finalmente mostrar su rigor cuando se trata de esta problemática», explican. «Solo entonces habrá verdaderos incentivos para que las empresas comuniquen su sostenibilidad de manera honesta y transparente», añaden. El número de casos de 'mala praxis' de compañías en materia ESG, advierte la investigación, ha aumentado con el paso de los años. Así lo demuestran también los números de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés). Según sus cálculos, el número de presuntos casos de greenwashing creció un 26% en 2023 en la Unión Europea y un 21% a nivel global. «También lo han hecho las regulaciones», asegura el estudio que se centra en casi un centenar de acusaciones de información engañosa sobre sostenibilidad. Sin embargo, Senn pide a las autoridades nacionales de supervisión de la Unión Europea que intervengan y adopten un papel más activo en la aplicación de las regulaciones sobre el blanqueamiento ecológico. Del mismo modo, piden a la Comisión Europea y a la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) que presionen a las autoridades nacionales para que hagan más. Esto está en línea con el informe reciente de ESMA sobre el greenwashing, donde la autoridad de la UE insta a los supervisores nacionales a «continuar aumentando los recursos humanos, las capacidades y la experiencia, y adaptar su estructura organizativa a las necesidades de la supervisión relacionada con la sostenibilidad».