¿Qué santo se celebra hoy, 4 de septiembre? Esto es lo que debes saber del santoral de la Iglesia Católica
El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.
¿Qué santos se celebran hoy miércoles 4 de septiembre?
- San Moisés (Antiguo Testamento), considerado profeta y líder del pueblo de Israel.
- San Bonifacio I (Papa), que ejerció el pontificado en el siglo V.
- San Marino de Rimini, fundador de la República de San Marino.
Santa Rosalía de Palermo
Vida y Pontificado
Santa Rosalía de Palermo nació en una familia noble siciliana en 1130. Hija de Sinibaldo, conde de Quisquina y Monte Rosa, se crió en un ambiente de lujo y privilegios. A pesar de su posición, desde joven mostró un profundo deseo por la vida espiritual. Abandonó la corte y su prometido para dedicarse a la oración y penitencia, viviendo primero en un monasterio y luego en una cueva en Monte Peregrino, cerca de Palermo, donde buscó la soledad para entregarse completamente a Dios.
Canonización y Legado
Aunque nunca fue oficialmente canonizada, Santa Rosalía es venerada como santa en la Iglesia Católica, especialmente en Palermo. Su culto se consolidó cuando, en 1624, durante una terrible peste que azotaba la ciudad, sus restos fueron descubiertos en la cueva donde había vivido. Según la tradición, tras sacar sus reliquias en procesión, la peste cesó milagrosamente, lo que llevó a los habitantes de Palermo a proclamarla su patrona. Desde entonces, Santa Rosalía es considerada una protectora contra las enfermedades infecciosas y las plagas.
Exilio y Muerte
Rosalía vivió sus últimos años en la cueva del Monte Peregrino, donde se refugió para evitar el matrimonio forzado y las presiones familiares. En este lugar, vivió como eremita hasta su muerte, que se cree ocurrió entre 1160 y 1170. Después de su muerte, fue enterrada en la misma cueva donde pasó sus últimos días. Sus restos permanecieron allí hasta su descubrimiento en el siglo XVII, lo que cimentó su fama y devoción, especialmente en Sicilia, donde es cariñosamente conocida como "La Santuzza" (la Santita).