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Сентябрь
2024

Despedida a un dirigente sindical nato

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MATANZAS.— Un sentido homenaje de despedida llevó a cabo el pueblo matancero en la sede del Comité provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC)al destacado revolucionario y líder sindical Roberto Veiga Menéndez, fallecido el pasado 29 de agosto.

En dicho centro se realizó una guardia de honor, encabezada por Isdalys Rodríguez, segunda secretaria de la Central de Trabajadores de Cuba, y de Osmar Ramírez Ramírez, máximo representante de esta organización en Matanzas.

Presidieron la ceremonia dos fotografías de Veiga Menéndez, una de ellas junto al Comandante en Jefe Fidel Castro; se expusieron sus numerosas condecoraciones y una ofrenda floral a nombre del pueblo cubano.

Como un genuino luchador por los derechos laborales, no tardó mucho en refrendar sus ideas libertarias incorporándose al Movimiento 26 de Julio, subrayó Taymí Martínez, responsable de la esfera de organización del Comité provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

«Tras la muerte del Capitán de la clase obrera, Lázaro Peña, en 1974, Veiga fue elegido como el secretario general y durante 15 años se mantuvo en el cargo», recordó Martínez.

Decenas de matanceros acudieron al cementerio San Carlos. FOTOS: Hugo García

Arnaldo Díaz Hiedra, secretario general del buró sindical en el Hotel Sol Palmeras, en Varadero, rememoró que Veiga fue un dirigente sindical nato, consecuente con su criterio y parecido a su tiempo.

«No cualquiera podía sustituir a Lázaro Peña», resaltó Díaz Hiedra, quien compartiera con Veiga en lo personal y laboral.

Su compañera de vida por 33 años, Caridad Rodríguez, afirmó que el inicio laboral de Veiga fue como fundidor, y mencionó su contribución en el surgimiento del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos en Matanzas.

Veiga Menéndez fue seleccionado como miembro del Comité Central en el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), integró el Buró Político en el segundo y tercer Congresos de dicha organización, e integró la Asamblea Nacional y el Consejo de Estado.

Posteriormente sus cenizas fueron depositadas en el panteón de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), en el cementerio San Carlos, de la ciudad de Matanzas.