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Сентябрь
2024

Las Convenciones de Ginebra, Gaza, el infierno y la paz

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Recientemente se conmemoraron los 75 años de los Convenios de Ginebra (12/08/1949). Aunque el primero es una actualización del Convenio de Ginebra de 1864, estos 4 convenios, con sus 3 protocolos y más de 400 artículos, son la piedra angular del derecho internacional humanitario, es decir de la esencia humana para las peores circunstancias: las guerras. Ellos buscan un equilibrio entre las necesidades militares y los ideales humanitarios para el trato de civiles, soldados capturados y muertos. Así, el Primero protege a los soldados heridos y enfermos y al personal civil de apoyo, garantizando un trato humano, atención médica y protección contra la violencia, incluida la tortura y el asesinato, y especifica la neutralidad del personal y las instalaciones médicas; el Segundo protege a los miembros de las FF.AA. heridos, enfermos y náufragos en el mar; el Tercero establece reglas específicas para el tratamiento de los prisioneros de guerra; y, el Cuarto protege a los civiles en tiempos de guerra, a los que están en manos del enemigo o en territorios ocupados en contra el homicidio, la tortura, los tratos inhumanos y contra todo tipo de discriminación.

A pesar de su masivo reconocimiento (aunque hay países que no los han ratificado o adherido a algunos de sus protocolos), en la práctica se violan vergonzosa y sistemáticamente en todo el mundo. Hay unos 120 conflictos armados activos en todo el mundo (varias guerras), más de 450 grupos armados y 195 millones de personas viviendo en zona bajo su control (sin contar los millones de desplazados), número que está en aumento. Entre ellos, además del conflicto de Ucrania, está el de Israel-Hamás donde diez meses después de ese sorpresivo y condenable ataque con rehenes incluidos en el sur de Israel (07/10/2023), los continuos y masivos ataques del Ejército israelí por aire y tierra a Gaza para “exterminar” a Hamás han causado la muerte de más de 40.000 palestinos y más de 92 mil heridos/mutilados (en su gran mayoría indefensos civiles, incluyendo niños mujeres y ancianos) con bombas estadounidenses GBU-39, las MK-84 de 2000 libras o bombas para búnker BLU-109, según el ministerio de Salud de Gaza del 15/08. Sin embargo, esas son las cifras de las que se tiene constancias (parciales), ya que por la alta destrucción la revista médica The Lancet habla de cifras proyectadas que podrían sobrepasar los 186.000 muertos. 

Tirana Hassan, directora ejecutiva de Human Rights Watch, acusa que “las grandes potencias militares se jactan cínicamente de hacer guerras de ‘precisión’ y ataques ‘quirúrgicos’ que distinguen entre combatientes y civiles. Pero la realidad presente sobre el terreno muestra que es habitual atacar a civiles allí donde hacen su vida habitual (viven, estudian, trabajan, compran, rezan o buscan atención médica). Las partes en los conflictos armados matan ilícitamente, mutilan y obligan a desplazarse a millones de civiles mientras los líderes mundiales eluden su responsabilidad y cierran los ojos ante los crímenes…y el enorme sufrimiento causado”.  

Pero a este mundo de liderazgos políticos ensimismados (y en varios casos hipócritas), parece no importarles las brutalidades y acciones inhumanas que están cometiendo a diario las fuerzas israelíes (ej. al menos 115 recién nacidos han sido asesinados), como tampoco su no respeto de las Convenciones de Ginebra (derecho internacional humanitario) y su impacto actual y futuro en las estructuras de seguridad internacional, para no hablar de las trasgresión al derecho internacional que han cometido las autoridades israelíes desde 1948.   

Pero el tema empeora aún más. A parte de la barbaridad ya constatada o de expresiones extremas como las del ministro israelí de Patrimonio, el ultraderechista Amichai Eliyahu, de que una bomba atómica contra de Gaza podría ser una opción o de su idea de anexar Cisjordania (opciones rechazada por el gobierno, aunque los colonos judíos siguen echando a los palestinos de sus casa y tierras o negándoles las fuentes de supervivencia), el ministro de Defensa, Yoav Gallant, con un lenguaje similar a verdugos pasados, sentenció: “Vamos a someter a Gaza a un asedio total…Ni electricidad, ni alimentos, ni agua, ni gas: todo está cerrado…Estamos luchando contra animales humanos y estamos actuando en consecuencia”. Esta frase, junto a otros hechos y documentos, fue usada por Sudáfrica para acusar ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a Israel de estar cometiendo genocidio, acusación que ha sido repetida por varios personeros de la ONU y de organismos internacionales. 

Aquí se están rompiendo normas civilizatorias básicas y deben se condenadas/perseguidas. Louise Wateridge, portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (UNRWA), por ejemplo, describe que el alto grado de destrucción que han dejado los bombardeos y la imposibilidad de entrar a la Franja materiales para reparar infraestructura básica por el bloqueo, han llevado a los 2,3 millones gazatíes a vivir entre escombros, aguas fecales y montañas de basura. “Cientos de miles de personas están viviendo hacinadas en condiciones insalubres…(con) infecciones y enfermedades”, fácilmente prevenibles y tratables como la hepatitis A, sarna, disentería o diarreas agudas en medio de temperaturas diarias de más de 35 grados y con muy poca agua, la mayoría son aguas residuales que brota por cañerías reventadas y sin tratamiento por la destrucción de las plantas, aguas donde además se ha detectado el virus de la polio y se espera un brote de cólera (los soldados israelíes ha recibido dosis de refuerzo para hacer frente a estas patologías).

En medio de ratas, escorpiones, moscas, piojos y mosquitos, del olor que desprenden las toneladas de residuos sin recoger y los cadáveres que han quedado bajo los escombros imposibles de recuperar, la existencia de los de habitantes de Gaza se ha convertido en un verdadero “infierno en la Tierra”, un espacio de cual no pueden salir y deben convivir para buscar algo qué comer, materiales para hacer un refugio o cosas que puedan servir de combustible porque no hay gas.  Según Oxfam, los habitantes de Gaza apenas tienen acceso a 4,74 litros de agua diarios por persona para todo (6% de lo que tenían antes). “Esto es menos de un tercio de lo que la comunidad internacional considera el estándar mínimo…” explica Lama Abdul Samad, experta en agua y saneamiento y autora del informe. Según Oxfam, Israel “está utilizando el agua como un arma de guerra”. Otro estudio de la ONG holandesa Pax, ha identificado al menos 225 basureros informales en toda la Franja, entre ellos 14 de emergencia designados por la ONU. Las personas que hurgan en la basura, varias laceradas o mutiladas, se exponen a residuos médicos o industriales tóxicos, es decir una “sopa química”. Hasta el 28/05(2024, se habían registrado 729.909 casos de enfermedades relacionadas con el agua y la falta de saneamiento.

Estas denuncias no la hacen antisemitas (aunque los palestinos también son semitas del Levante mediterráneo) no propalestinos. Ilian Pappé, por ejemplo, un renombrado historiador israelí que luchó en las FF.AA. israelíes en la guerra de Yom Kipur de 1973, en una entrevista con Democracy Now (10/2023), dijo: “Lo que estamos presenciando actualmente, lo que se desarrolla ante nuestros ojos, es una situación de genocidio, en la cual las personas, incluidos niños, niñas y bebés, se encuentren en hospitales o en escuelas, son blanco de los ataques. Esta es una operación a gran escala de aniquilamiento, limpieza étnica y despoblamiento…La Nakba nunca ha terminado realmente para los palestinos. Por lo tanto, lo que el pueblo palestino está padeciendo actualmente es un nuevo y terrible capítulo de la Nakba”.

EE.UU. celebró el 75º aniversario de las Convenciones de Ginebra, diciendo que era una “ocasión apropiada para reafirmar nuestro compromiso de respetar el derecho internacional humanitario y de tomar medidas pragmáticas para promover los propósitos humanitarios…”. Sin embargo y a la vez, ha sido el principal sostén/escudo para que Israel trasgreda el derecho internacional humanitario a través del veto en el Consejo de Seguridad, inteligencia, operaciones conjuntas o paquetes de ayuda militar (le acaba de aprobar uno por US$ 20.300 millones). EE. UU. es el primer proveedor de armas a Israel (69%) y Alemania es el segundo (30%). Zeteo Hadar Susskind, directora ejecutiva de Americans for Peace Now y veterana militar israelí, dijo al respecto que “es una mala política enviar armas ofensivas a Israel cuando deberíamos estar utilizando toda nuestra influencia para lograr un alto el fuego…y es una mala política promocionarlo sin ningún reconocimiento o consideración del horror de lo que está sucediendo en Gaza y las vidas perdidas”. La abogada y activista de la comunidad árabe-estadounidense Rebecca Abou-Chedid se hizo eco de estas preocupaciones al decir que “los palestinos siguen siendo invisibles para esta administración (Biden-Harris)”, a pesar de que las cifras que muestran un apoyo mundial abrumador y en EE.UU. a los palestinos (hay un electorado variopinto no menor joven o musulmán o árabe en los estados clave de Pensilvania, Georgia y Arizona que le puede costar la elección a Kamala Harris si no es más fuerte frente a las violaciones que comete Israel y detener los paquetes militares en pro de la diplomacia).

El alto comisionado de la ONU para DD.HH., Volker Türk, pidió a Israel poner fin a sus violaciones en Gaza, a la vez de denunciar la terrible destrucción de hogares, hospitales, escuelas y lugares de culto en la Franja por parte del Ejército israelí, los cuales, recordó, al igual que los civiles, están protegidos por el derecho internacional humanitario (Convenciones de Ginebra), mientras Heba Morayef de Amnistía Internacional habla de daños irreparables. En este entendido y en medio de las conversaciones por la paz, el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, dijo que “ha llegado el momento de recurrir a la voz de la razón y la sabiduría y defender el lenguaje de la paz y la diplomacia…(la falta de resolución puede) “ampliar el alcance del conflicto a nivel regional con unas consecuencias que son difíciles de imaginar…El alto el fuego en Gaza debe ser el comienzo de un reconocimiento internacional más amplio del Estado palestino y la implementación de la solución de dos Estados” de acuerdo a la resolución 181 de 1947 de Naciones Unidas, como lo ha planteó rápidamente en su proclamación Kamala Harris no sólo en función de recuperar una parte importante de votantes molestos, sino por una convicción al parecer más profunda. 

Gaza es una vergüenza para la humanidad, particularmente para los liderazgos de países y partidos progresista que otrora se preocuparon por las luchas de los pueblos y las causas sociales. Ojalá se encuentre un alto al fuego y que los liderazgos en Israel y EE.UU. entiendan que el respeto al derecho ajeno es la paz. Sin Estado Palestino y justicia internacional frente a crímenes cometidos no habrá paz como la ha demostrado la historia en diversos momentos.