Leclerc aprovecha la actitud 'pagafantas' de McLaren y se corona rey de Italia
¿Quién dirige en McLaren ? ¿Y cuáles son las órdenes? ¿No hay nadie en la escudería inglesa con la cabeza y el mando suficientes para dejar claro lo que se jugaban en Monza ? Está muy bien eso de permitir a tus pilotos que compitan en igualdad de condiciones, pero dejarles que lo hagan cuando te estás jugando el Mundial es incomprensible. Salían los dos coches papaya desde la primera línea de la parrilla, y lo hicieron bien. Russell, tercero, atacó sin control y se fue por fuera. Todo discurría según lo previsto, sin sustos, cuando, de pronto, en la curva 4, Óscar Piastri tiró su coche contra el de su compañero, Lando Norris , y le adelantó con brío y soltura. Una locura. Hay que recordar que Norris es el piloto que tiene, o tenía, opciones de derrocar al hasta hace unos meses intratable líder del Mundial, el deprimido Max Verstappen . Y que la escudería británica tiene muy a mano, o tenía, ganar el título por equipos. Por eso no se entiende la maniobra suicida del impetuoso australiano. Norris se quedó helado. Tanto, que Leclerc , atento, aprovechó el absurdo lío para adelantarle también y colocarse en segunda posición. En ese momento, la cara del piloto inglés bajo el casco no debía ser muy distinta a la que exhibió casi dos horas después en el podio. Su gesto era una mezcla de incredulidad, enfado y decepción . McLaren se pegó un tiro en el pie de salida, y luego Ferrari lo remató con una estrategia tan arriesgada como eficaz. La escudería italiana, arropada por los cientos de miles de tifosis - 335.000 durante este fin de semana - que cada año acuden a Monza, su casa, decidió que iba a hacer una sola parada . El equipo naranja -y casi todos los demás- decidieron hacer dos pasadas por boxes para cambiar neumáticos, y eso les costó la victoria. Con un pilotaje magistral, Leclerc aguantó las últimas vueltas pese a circular con unas ruedas muy desgastadas . Los gritos de la grada y la incertidumbre que habita en McLaren le llevaron en volandas hasta la meta. Carlos Sainz , su compañero en Ferrari, compartió estrategia ganadora y estuvo a punto de subirse también al podio. No lo consiguió porque le adelantaron los McLaren, desatados en las últimas vueltas. Eso sí, el madrileño, que este domingo cumplió 30 años, estuvo a la altura y trabajó a destajo conteniendo lo que pudo a Piastri y Norris. El otro español, Fernando Alonso , también se ganó el sueldo. Volvió a extraer petróleo de un coche infumable. Vivió durante buena parte del gran premio en la zona de puntos (entre los diez primeros), pero tras el último cambio de neumáticos solo pudo acabar undécimo.