Guinea Ecuatorial: el renacer comercial de una potencia energética
Guinea Ecuatorial quiere resurgir de nuevo como una de las potencias emergentes de África. Las crisis sucesivas que han golpeado a todas las economías del mundo se han cebado con especial dureza con las economías emergentes, entre ellas con la guineana, que empieza ya a ver la luz al final del túnel. El petróleo y el gas convirtieron a Guinea Ecuatorial en una de las economías con mayor renta per cápita de África, incluso superior a algunos países europeos. Pero la crisis global impactó de lleno en su economía, que junto a algunos problemas de agotamiento en sus yacimientos provocó un gran parón económico que ahora empiezan a superar gracias a nuevos hallazgos energéticos con un gran futuro y un nuevo proyecto socioeconómico del Gobierno, que tiene a España y Estados Unidos como socios prioritarios para llevarlo a cabo.
Durante este siglo, el peso del comercio español en el Golfo de Guinea ha aumentado de manera significativa, impulsado por la recuperación económica de la región y su abundancia de recursos naturales, sobre todo energéticos, siendo Guinea Ecuatorial, por su especial relación histórica con España, uno de sus mercados principales en esta zona de África. Aunque Guinea Ecuatorial tiene una población más reducida que el resto de países de su entorno, sigue siendo el primer país del África Central con destino de las exportaciones provenientes de España, en torno al 20% durante los últimos años, colocándose entre los tres primeros mercados del África Subsahariana y el octavo de África en recibir productos españoles.
Las exportaciones están experimentando un continuo y paulatino crecimiento en los últimos años. En 2006, las exportaciones españolas alcanzaban los 116 millones de dólares; y en 2022 se superaron los 167 millones, convirtiéndose en uno de los principales proveedores de Guinea Ecuatorial junto a Nigeria y potencias comerciales como China y Estados Unidos. A nivel mundial, Guinea ocupa el puesto 65 como cliente de España.
Durante los últimos cinco años, las exportaciones de España a Guinea Ecuatorial se han mantenido prácticamente estables, con crecimientos y decrecimientos muy livianos, que ahora empezarán a crecer con la nueva estrategia gubernamental de potenciar la salida de recursos naturales para empezar a remontar su PIB nacional.
Guinea Ecuatorial es suministrador habitual de hidrocarburos a España, especialmente, de petróleo (760 millones) y derivados, por un valor total que roza los 900 millones de dólares, colocándose entre los 20 primeros proveedores, con el 1,4% del total de importaciones españolas de combustibles y lubricantes, desde 2020. Asimismo, ha empezado a ser importante la recepción de alcoholes acíclicos, por un valor de 44 millones de dólares, y de productos de química orgánica, superando de largo los 10 millones de dólares, aunque la exportación de hidrocarburos cubre el 98% del total de las exportaciones ecuatoguineanas a España. El gas también ha cobrado mucha importancia en el intercambio comercial y en 2022 superó los 500 millones de dólares. Además, los productos agrícolas, como el cacao, quieren volver a tener peso en las exportaciones. El total, las exportaciones a España alcanzaron en 2022 los 1.032 millones de dólares.
Objetivo: 400.000 barriles
Con la nueva política energética puesta en marcha por el Gobierno ecuatoguineano y con la ayuda de la compañía petrolera Chevron y una inversión estructural multimillonaria, el país quiere volver a aprovechar sus riquezas para recuperar la prosperidad de la población. El objetivo es volver a bombear los 400.000 barriles de crudo diarios que se llegaron a producir en 2004, y dejar atrás los 60.000 barriles que se consignan en la actualidad. Para ello, los dirigentes ecuatoguineanos han establecido una nueva gobernanza de los recursos naturales para dinamizar la economía, crear puestos de trabajo y mejorar la gestión y redistribución de las rentas derivadas de esos recursos.
En cuanto a España, la relación con Guinea va más allá del intercambio meramente comercial. En los últimos años las exportaciones de servicios desde nuestro país a Guinea Ecuatorial han despegado, principalmente en educación y formación, transporte marítimo, actividades informáticas y servicios de ingeniería. Aunque no existen estadísticas oficiales relativas al intercambio de servicios entre ambos países, el V Plan Director de la Cooperación Española ha marcado un antes y un después, tras incluir a Guinea Ecuatorial entre los países de cooperación avanzada, dando paso a un «nuevo enfoque de cooperación que pretende impulsar los procesos de transformación y modernización del país a través de la capacitación y formación en materia de políticas públicas de salud y educación, así como en todos aquellos sectores que lo requieran, con especial atención al fortalecimiento de las instituciones públicas», reconoce el propio Ministerio de Asuntos Exteriores en su página web.
Los esfuerzos de la cooperación española no se centran ya solo en un intercambio estrictamente comercial y actualmente en los sectores de salud y educación tienen cada vez más presencia, apoyado en varias ONG españolas, que desarrollan varios proyectos.
Según fuentes ministeriales, en el sector salud destaca el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) al Ministerio de Sanidad y Bienestar Social de Guinea Ecuatorial con la colaboración de la Fundación Española para la Cooperación Internacional, Salud y Política Social (Fcsai) y el Instituto de Salud Carlos III. Cabe señalar el papel vertebrador de esta colaboración con el Gobierno guineano, en el que destaca el refuerzo de las capacidades del Instituto de Investigación en Salud Pública de Baney.
Comercio, educación y salud
Además del comercio, en el sector de la educación, las ONG españolas juegan un gran papel, destacando el proyecto que se está desarrollando en ese país de cara al acceso de los niños con discapacidad a una educación inclusiva, integradora y de calidad, siempre con la supervisión y el apoyo del Gobierno guineano. Se mantiene así la larga colaboración entre sus instituciones y las españolas tanto en el campo educativo como en la lucha contra las enfermedades endémicas.