La UE decepciona en Venezuela
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Ha transcurrido un mes desde que las democracias liberales más importantes del orbe y las principales organizaciones internacionales reclamaran a las autoridades venezolanas que entregaran las actas de las elecciones del 28 de julio para que pudieran ser contrastadas por observadores independientes. En este tiempo el régimen no ha hecho más que encastillarse en su posición, intentar vestir con una falsa legitimidad jurídica la autoproclamación de Nicolás Maduro y lanzar una violenta represión contra los opositores. Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea se han reunido para evaluar la situación tras el robo de las elecciones y la decepcionante conclusión es que han decidido limitarse a calificar a Maduro de presidente 'de facto', negando su legitimidad de origen; exigir respeto a los derechos humanos y anunciar que seguirán trabajando por un diálogo entre el Gobierno y la oposición que permita restaurar la democracia. Los acuerdos alcanzados por los europeos son claramente insuficientes. Palidecen al lado de la decisión del Senado chileno, que le ha pedido al presidente Gabriel Boric que impulse la detención de Maduro por parte de la Corte Penal Internacional por delitos de lesa humanidad. Ni siquiera se ha sugerido la posibilidad de adoptar sanciones contra el jerarca venezolano y sus adláteres. Fuentes del Gobierno español aseguraron ayer que varios países agradecieron la posición y el liderazgo de España en este asunto, que ha sido básicamente mantenerse a la expectativa y dejar pasar los días mientras José Luis Rodríguez Zapatero, observador invitado por el tirano, guarda un culposo y delator silencio. Desde hace lustros, España ha perdido su capacidad de influencia en Iberoamérica, hasta el punto de que antes los actores relevantes consultaban con Madrid sus movimientos en la región y ahora hablan con los países del área para auscultar qué hacer con relación a España. La propia María Corina Machado ha subrayado la necesidad de que nuestro país esté a la altura de la historia compartida, pero según avanzan los días el liderazgo español se demuestra inexistente. Tampoco la UE ha demostrado una mejor capacidad: sumarse al diálogo con Brasil y Colombia en torno a Venezuela ha sido la propuesta más audaz que se ha llevado a la reunión. En el encuentro de los ministros, participó telemáticamente el candidato de la oposición, Edmundo González Urrutia, cuyos partidarios han publicado actas de la votación que acreditarían una amplísima victoria sobre el chavismo. Según Josep Borrell, el alto representante de la Unión Europea, González ha hecho una exposición de la situación general y del agravamiento de la represión. Simultáneamente, la líder opositora Machado ofreció una conferencia de prensa virtual en la que relató los horrores que están viviendo algunos de los más de 2.500 detenidos por el régimen, entre ellos 216 mujeres, algunas de las cuales han sido agredidas sexualmente, y 107 niños que han sido acusados de «terrorismo». El propio González está sujeto a una orden de detención inminente tras negarse a acudir a una encerrona preparada por el régimen, al igual que Machado, que está bajo amenaza desde el día siguiente de la votación. La falta de energía exhibida por los ministros europeos es un cheque en blanco para Maduro que aprovecha cada día para ir endureciendo la represión, como demuestra el nombramiento de Diosdado Cabello, el oficial que rescató a Hugo Chávez durante el fallido golpe de Estado de 2002. La UE no puede volver a decepcionar a los demócratas en un escenario de escepticismo creciente sobre su futuro.