La controvertida frase del Papa Francisco que hizo dejó atónitos a todos : "El hedor del pecado..."
Durante la audiencia general de los miércoles, el Papa Francisco lanzó un mensaje sobre la propagación de la fragancia de Cristo en el mundo y apuntó contra un grupo de fieles de la Iglesia católica.
En esta ocasión, el líder del Vaticano criticó fuertemente a algunos cristianos, y se refirió a ellos como "los que difunden el mal olor del propio pecado".
El llamado del Papa Francisco: "encarnar el buen olor de Cristo en el mundo"
En el Aula Pablo VI del Vaticano, el Sumo Pontífice criticó a los cristianos que no difunden la fragancia de Cristo, sino "el hedor de su pecado".
Según el Papa Francisco, "la fragancia de Cristo la desprenden los frutos del amor, alegría, paz, magnanimidad, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, y dominio de sí'". (Freepik)
El tema principal del discurso fue el Bautismo de Jesús en el Jordán y el símbolo del óleo. El Papa explicó que la unción "nos hace perfume" y la misión de aquella persona que vive con alegría perfuma a la Iglesia, a la comunidad y a la familia.
Sin embargo, no todos los cristianos difunden este "perfume espiritual", sino "el mal olor del propio pecado". Según el Pontífice el pecado aleja de Jesús por lo que pidió a todos los fieles que, en medida de sus posibilidades, encarnen con sus acciones el "buen olor de Cristo en el mundo".
"Qué maravilla encontrar a una persona que vive estas virtudes. Una persona con amor, una persona alegre, una persona que crea paz, una persona magnánima, no tacaña, una persona benevolente que acoge a todos. Una persona buena", concluyó.
Otro pedido: el Papa Francisco también llamó a rezar por la paz en el mundo
El Sumo Pontífice renovó el llamado por la paz en un contexto "marcado por guerras y divisiones". Especialmente por en Myanmar, Sudán del Sur, Ucrania y la República democrática del Congo.
"Recemos por la paz. Y no olvidemos a Palestina e Israel. Que haya paz", pidió el Papa durante la audiencia general del miércoles.
El líder de la Iglesia católica concluyó su pedido diciendo que "nuestro mundo, marcado por guerras y divisiones, necesita más que nunca los frutos del Espíritu Santo. Empezando por vuestras familias y vuestros lugares de trabajo, llevad el amor, la paz y la bondad a vuestra vida cotidiana".