Frontones de la burbuja inmobiliaria que acabaron siendo un lastre para los ayuntamientos de La Rioja
Sojuela y Ábalos son dos ejemplos de municipios en los que se proyectaron mega proyectos alimentados en plena burbuja inmobiliaria y que han terminado siendo un lastre para sus ayuntamientos
El otro exceso de la burbuja inmobiliaria: más de 200.000 viviendas en zonas inundables
400.000 euros en la construcción de un frontón en un municipio riojano de 18 habitantes. 310.000 euros para la construcción de otro frontón en otro pueblo de La Rioja de 250 habitantes y 4 millones de euros en la construcción de un complejo deportivo, frontón incluido, en otra localidad con 600 vecinos. Son algunas de las barbaridades urbanísticas cometidas en los años de bonanza en La Rioja y alimentadas por la burbuja inmobiliaria. Al menos, los 18 habitantes de Jalón de Cameros pueden disfrutar de su frontón porque los vecinos y vecinas de Ábalos y Sojuela ni siquiera eso.
Un frontón que no se ha estrenado y que hay que demoler
Ábalos es un municipio de La Rioja de 250 habitantes que licitó a principios del año 2000 la construcción de un frontón en la localidad. Las obras se ejecutaron entre 2005 y 2007 y el frontón, cuyo presupuesto inicial eran unos 222.000 euros, llegó a costar 310.000 euros. Entre medio, incidencias y deficiencias en el proyecto y en la propia ejecución de las obras que, de hecho, se paralizaron varias veces hasta que en 2007 concluyeron los trabajos.
Y para subsanar estas deficiencias, el Ayuntamiento de Ábalos solicitó en 2007 un informe de reparación de esta infraestructura recién terminada. Efectivamente los arquitectos determinaron “que la construcción ni resulta acabada, ni reúne las necesarias condiciones de seguridad para su uso, ni puede cumplir con la función por la que ha sido proyectada y construida, la de frontón”. Por lo tanto, prosigue el escrito, “la recomendación es de mantener la instalación cerrada hasta que no se hayan ejecutado las reparaciones y no se hayan solucionado todos los problemas”. Y así continúa: el frontón sigue cerrado en agosto de 2024.
En 2011, esas reparaciones necesarias para que el pueblo pudiera disfrutar de esta instalación ascendía a 264.000 euros. El frontón no se abrió. En 2013, el Consistorio pidió otro presupuesto para acometer las reparaciones y el precio subió a los 268.000 euros. Once años después, el frontón continúa cerrado y sin reparar.
Así están las cosas en Ábalos. Desde 2007 el pueblo cuenta con un frontón que no se ha utilizado y en que el que se han invertido 310.000 euros. Un frontón que necesita ser reparado y cuyo arreglo hace más de diez años se acercaba a los 270.000 euros. En 2022, el alcalde del municipio, Vicente Urquía, solicitó un informe al Gobierno de La Rioja y la respuesta de los técnicos fue clara: el edificio corre el riesgo de colapso estructural, de forma que la mejor opción es derribarlo y demolerlo. Esto costaría unos 100.000 euros.
Y en eso está ahora el Ayuntamiento de Ábalos, buscando financiación para poder solucionar este problema porque, tal y como reconoce Urquía, “un pueblo de estas características no puede hacer frente a un gasto así porque ahora mismo tenemos otras prioridades y actuaciones que acometer”. Aun así, dice, están “estudiando la posibilidad de realizar un derribo parcial de las partes más altas, las que corren más riesgo de desplome, y vender el terreno para pabellones agrícolas”.
En definitiva, se han gastado 310.000 euros en un frontón que nunca se ha utilizado y continúa cerrado porque corre riesgo de colapso y en el que hay que invertir otros 100.000 euros más para derribarlo. “Está ubicado lejos del pueblo, a unos 500 metros, está acordonado y su acceso no es fácil porque está lleno de vegetación”, asegura Urquía además de añadir que “todo el mundo en el pueblo sabe que no se puede ir al frontón e incluso hay señalización que prohíbe el acceso”. “No queremos que haya ninguna desgracia hasta que solucionamos este problema” que ya tiene 17 años y que se ha tragado más de 400.000 euros.
Un pabellón y un frontón vandalizado y en ruinas
Algo parecido ocurre en Sojuela, municipio riojano de 600 habitantes en el que se invirtieron cuatro millones de euros en la construcción de un complejo deportivo con una piscina climatizada y un frontón. Infraestructuras que también se proyectaron durante los años de bonanza y alimentados por la burbuja inmobiliaria y de las que sólo queda un esqueleto totalmente vandalizado.
El alcalde de Sojuela, Diego Fernández, reconoce a Rioja2 que estas actuaciones se acometieron “en pleno boom inmobiliario pero no se acabaron y ahí está”. Y es que este macro complejo deportivo nació junto a la construcción de más de un millar de viviendas a cargo de la inmobiliaria Fadesa que también han dado más de un dolor de cabeza al Ayuntamiento de la localidad.
Al igual que en Ábalos, el alcalde de Sojuela reconoce que el pueblo no tiene capacidad económica para terminar la obra. Las cifras varían. Y es que mientras que para el alcalde de Sojuela con un millón de euros se podría finalizar la obra, para el concejal de Por La Rioja José Carlos Cantos, con esta cuantía sólo se podrían solucionar los desperfectos del frontón. “Terminar la piscina climatizada es, directamente, inviable porque serían necesarios unos 6-7 millones de euros para finalizar las obras más el mantenimiento que requiere una instalación de estas características... algo inviable”, reitera.
Y si no fueran suficientes esos cuatro millones de euros que se ha tragado este complejo deportivo, el Ayuntamiento de Sojuela también pidió una subvención de 400.000 euros del Gobierno de La Rioja para instalar placas solares. Pero la realidad es que ni placas ni subvención.
“Nadie sabe nada de las placas solares y tampoco del dinero procedente de la subvención de forma que el Ayuntamiento de Sojuela se vio obligado a pedir un préstamo para devolver ese dinero, en total, unos 650.000 euros que hemos acabado de pagar hace unos meses”. Así que Sojuela cuenta con un complejo deportivo con una piscina y un frontón que nunca se han utilizado y totalmente vandalizados en los que se han gastado más 4,6 millones de euros. Un despropósito económico y un problema añadido, la peligrosidad de la zona. Mientras el alcalde de la localidad asegura que “la zona está vallada desde hace años para evitar peligros y la valla se arregla cada vez que alguien hace un agujero”, el concejal opina todo lo contrario. “Ahí entra todo el mundo, pusieron una tela de alambre hace 4 años, está rota y no se ha arreglado. Cualquier día tendremos una desgracia”, advierte porque “hay agujeros y alturas de 25-30 metros que son un verdadero peligro para las personas, la mayoría jóvenes, que se acercan hasta allí para hacer botellón o los que van a patinar a la pista de frontenis”.
400.000 euros en un frontón de un pueblo de 18 habitantes
Y aunque este frontón no es fruto de los años de bonanza económica ni de la burbuja inmobiliaria, el de Jalón de Cameros también fue cuestionado por la inversión requerida, 400.000 euros y el número de habitantes del pueblo, 18. A principios de 2019, el Gobierno de La Rioja del PP decidió colaborar y financiar el 90% de esta infraestructura. Atendía así, aseguraba entonces el Ejecutivo riojano, “a una prioridad de Jalón de Cameros con el apoyo al nuevo espacio que garantizará la celebración durante todo el año de actividades no sólo deportivas sino también culturales y sociales”.
Una prioridad para el Ayuntamiento de Jalón de Cameros que no era tal para el vecindario. “No necesitamos polideportivos en pueblos con menos de veinte habitantes, lo que necesitamos son servicios sociales, llevamos años luchando por tener desfibriladores en los pueblos. La población es mayor y no tiene servicios”, denunciaba el vecindario porque el anuncio de la construcción del frontón coincidió con un posible cierre de la gasolinera.
Sin embargo, y pese a todo, los habitantes de Jalón de Cameros y del entorno pueden disfrutar, al menos de este frontón, en el que también se han invertido miles de euros y que a día de hoy continúa abierto.