Purito Rodríguez. «El Mundial de Florencia lo tengo grabado de por vida»
Joaquín Rodríguez, Purito, tiene 45 años y hace ya ocho que dejó de dar pedales de manera profesional, pero su recuerdo sigue muy presente en la Vuelta a España. Una carrera que pudo haber ganado en 2012, cuando Alberto Contador se la arrebató camino de Fuente Dé. Ese año ya se lke había escapado el Giro en la última etapa, una contrarreloj, pero el trofeo Senza Fine fue para el canadiense Ryder Hesjedal. También pudo haber ganado el Mundial un año después en Florencia, pero no se puso de acuerdo con Alejandro Valverde y el portugués Rui Costa se vistió de arcoíris.
Son muchas las derrotas, pero Purito, corredor con carácter, prefiere acordarse de los triunfos.
«He tenido el Mundial, la Olimpiada, el Giro, las Liejas, carreras que yo creo que podía haber ganado y no las gané, pero te aseguro que me acuerdo mucho más de etapas del País Vasco, de etapas de la Vuelta, de etapas del Giro, de etapas del Tour. Me acuerdo más de eso que de carreras perdidas o de caídas», reconoce Purito.
Para él la vida no se acababa con una derrota. Después de cada golpe volvía a empezar mirando al futuro sin que el pasado. «En el momento en que yo pasé el Mundial de Florencia a la semana estaba ganando en Lombardía. Es imposible que si no cambias el chip hagas lo que yo hice en Lombardía. Cuando ha pasado algo en carrera yo lo dejo en carrera. Te pongo el ejemplo del Mundial porque a la semana gané en Lombardía. Al día siguiente para mí ya había pasado. Es una cuestión de la fuerza mental de cada uno o de su filosofía de vida a la hora de cambiar el chip», explica Purito. «Cuando he visto que el camino no me iba bien por aquí, nunca me ha costado ir por otro lado. Ni a día de hoy, cuando veo que algo no me gusta corto por lo sano», añade.
«Ha habido corredores que con un palo tan gordo como ese se les ha caído el mundo encima y viceversa. Hay corredores que se han visto con una gran vuelta en sus piernas, les han puesto el rol de líder y no han sido capaces de tirar p'alante», reconoce.
Joaquim no tenía ningún secreto para rearmarse después de una decepción. «Tienes que ser fuerte de cabeza, tienes que concentrarte, tienes que saber a qué estás, a qué has venido, para qué has trabajado, cuál es tu punto de forma, cómo lo has perdido, no es lo mismo perderlo porque te han reventado que perderlo como yo he perdido esas carreras, siendo el corredor más fuerte o uno de los más fuertes», asegura.
«A mí esos palos me llegaron ya maduro, pasados los 30 años, no sé yo la fuerza mental que pueden tener los chavales ahora. Tampoco veo ningún chaval que sea muy inmaduro. A Remco [Evenepoel], a Pogacar, los escuchas hablar ahora y tienen una seguridad en sí mismos importante», agrega.
El Mundial de Florencia tiene un lugar destacado entre las frustraciones de Joaquim. «Es algo que te queda de por vida. Vueltas grandes no es que las haya perdido, es que alguien me las ha ganado. Yo podía ser más fuerte, pero no hay que quitar mérito al trabajo de Ryder Hesjedal o al trabajo de Alberto [Contrador], creo que incluso la Vuelta 2015 la podríamos haber ganado con otra forma u otras ganas de correr. Habrá habido momentos en carrera en que ha sido alguien mejor que nosotros, pero en ese Mundial no había nadie que nos pudiera haber ganado a Alejandro ni a mí. No te voy a decir que fue un regalo porque Rui estuvo ahí después de 260 kilómetros y fue capaz de batirnos. Se le juntaron todos los astros para ganar ese Mundial», asume.
Esa medalla de plata fue dolorosa para él, pero también para el seleccionador que había entonces, Javier Mínguez. «Creo que estaba más jodido que yo, porque yo soy de los que ponen una línea en el suelo y aquí se acaba, pero Javier a día de hoy todavía algún mensajito me manda. Le duele. Ganó luego un Mundial con Alejandro, nuestra generación nos merecíamos un Mundial, pero él como seleccionador, también. Han sido los mejores años que ha tenido España en los Mundiales. Para mí Javier Mínguez ha sido el mejor seleccionador de los últimos años», asegura Purito.
El ciclismo ha cambiado y Purito bromea al explicar cuál sería su sitio en el pelotón. «Estaría en la fuga con Luis Ángel Maté. A mí siempre me ha gustado Richard Carapaz. No me puedo comparar con él porque creo que me ha superado con creces, pero siempre me ha gustado como corredor, es un corredor que se sabe reinventar. A mí me ha gustado siempre reinventarme. Si tú vas al Tour de Francia a disputar y al cuarto día por lo que sea te ha pasado una caída, una avería, una pájara tú no puedes seguir ahí en el pelotón como si nada. Tienes que coger y decir «esto es así y tienes que cambiar», dice.
Eso hacía. Y ahora, ya retirado, vuelve a reinventarse para formar a los corredores. «Tengo unas cuantas joyas. Marc Zafra ha sido campeón de España y está enfilado en algún equipo continental. Y a Pericas, que es el mejor juvenil de España y uno de los mejores del mundo».