El jugador de baloncesto que le dijo “no” al Barcelona y “sí” al cine
El filme que ha revolucionado el verano sin duda ha sido Alien: Romulus, no solo porque hace parte de una de las sagas de culto más grandes del mundo sino por la presencia de un temible villano que, contrario a lo que todo el mundo pensaba, es de carne y hueso. Se trata del exbasquetbolista de 24 años rumano Robert Bobroczkyi, quien con sus 2,31 metros logró encarnar al híbrido entre humano y xenomorfo, The Offspring.
Según comentó Daniel Macarin (supervisor de efectos visuales) al semanario Variety: "La primera vez que vi las placas y a este actor de 2 metros de altura allí, con su traje, fue aterrador. Hicieron un trabajo tan asombroso con el aspecto y la sensación de ese personaje que sabíamos que todo lo que pudiéramos aportar iba a ayudar". Esto debido a que el atuendo con el que se le ve en la película no fue modificado digitalmente y es el resultado de un disfraz y buen maquillaje. Además, su aspecto espigado y largas articulaciones aumentaron el aterrador efecto en cámara.
Esta es la primera aparición de Bobroczkyi en el cine. Pese a eso, Ludovic Chailloleau (supervisor de animación), explicó que "su forma de moverse es única", lo que influyó en la personificación de la temible criatura. "Teniendo en cuenta su gran tamaño y el concepto de lo que es, ofrece muchas cosas nuevas visualmente, así que me pareció extraordinario", concluyó.
El día en que el rumano le dijo "no" al Barcelona
Robert Bobroczkyi nació el 17 de julio de 2000 en Arad, Rumania. Su principal característica, la impresionante altura de 2,31 metros, se debe a una condición genética que también afectó a su padre. Mismo problema que lo alejó de las canchas y frustró sus aspiraciones por convertirse en un jugador de la NBA.
Cuando tenía 14 años saltó a la fama por ser el adolescente más alto del mundo. Esto llamó la atención del Barcelona, quienes intentaron ficharlo. "Sé que me quiere el Barcelona, pero a mí no me atrae. Tampoco el Real Madrid. Sí el Cajasol", contaba en ese entonces el pívot rumano. Antes de mudarse a Estados Unidos en busca de sus sueños se unió al Stella Azzurra de Roma. Luego dio el salto a América en donde continuó con sus estudios y jugó en Spire Institute, Grand River Academy y Rochester University.
Por el momento el joven exatleta se ha mantenido lejos de los reflectores, concentrado en su desarrollo personal y académico. Pese al gran interés mediático que ha revivido su aparición en la pantalla grande ha llevado un perfil bajo hasta el momento, pero no desconoce que este pueda ser el inicio de una gran carrera en el mundo del cine.