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Август
2024

El Gobierno no se baja del "operativo ganar tiempo" mientras ordena la macro

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Reducir el déficit mientras baja la inflación. Cuando la brecha cambiaria se haya achicado lo suficiente levantar el cepo. El Gobierno avanza así en lo que cree será un destino inequívoco: una macroeconomía ordenada que terminará si o sí ordenando la micro.

"Desde que llegamos el 10 de diciembre hasta el día de hoy nos pusimos un objetivo: ganar tiempo", le dijo un funcionario a esta periodista en los pasillos de la Casa Rosada.

Más tarde la misma frase era utilizada en público por el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos. En un evento organizado por la Fundación Mediterránea, el funcionario admitió que hechos como la denuncia por violencia de Fabiola Yáñez contra el ex presidente Alberto Fernández le "dan tiempo" a la gestión del Presidente. Es el primer cuadro del Gobierno que lo admite: "A nadie se le escapa que estos episodios de descomposición política que hemos vivido los últimos días permiten darnos el tiempo suficiente para generar las transformaciones que el país necesita, " afirmó el funcionario con mayor músculo político de La Rosada.

No hay dudas de eso. El Gobierno lo cumple a la perfección. En la City hay buen clima.

Mientras el Banco Central no se mueve ni medio centímetro de la devaluación mensual del 2% a pesar de quienes presionan por un dólar más competitivo, el camino hacia una inflación que este más cerca del 3 que del 4% para el mes de agosto genera una expectativa positiva para quienes creen que el Presidente está jugando un Mundial y no solo un partido.

La estrategia económica del Gobierno también ha generado expectativa entre los empresarios que empiezan a ilusionarse con el pequeño aumento de actividad en algunos sectores. Aseguran que la estabilidad económica es fundamental para invertir y crear empleo. Sin embargo, también advierten que se requiere una mayor claridad y predictibilidad en las políticas para lograr mayor confianza y estabilidad.

De todos modos, reconocen que Milei tiene un solo problema: él mismo. La política puede meter la cola. Y esta semana es una muestra de ello.

Durante estos días vimos una oposición, que aunque dialoguista, tiene más poder de fuego que el que el propio oficialismo esperaba. A saber:

1) La Comisión Bicameral de Fiscalización de los Servicios de Inteligencia quedó en manos de Martín Lousteau. Es el único organismo que puede auditar los gastos de la SIDE. El titular de la UCR logró sacarle ese lugar que el Gobierno ambicionaba luego de contar con los votos del kirchnerismo.

2) El Senado rechazó la ampliación de Fondos reservados para la Secretaria de Inteligencia por $ 100.000 millone. Mauricio Macri coronó el rechazo con un duro comunicado hacia el Gobierno: "Esto no es el cambio".

3) El Senado convirtió en ley la reforma jubilatoria. De esta forma se pone a prueba lo anticipado por el propio Presidente cuando la norma tuvo la media sanción de la cámara baja: el veto. "Degenerados fiscales" había llamado Milei a quienes dieron luz verde a la modificación del cálculo de los haberes de los pasivos. Una recomposición del 8,1% para los jubilados y una mejora de los fondos adeudados en estas cajas de parte de la Nación a las provincias por una suma de $ 703.515 millones.

La oposición ya lo había adelantado: "hay que tirar una para la tribuna, los jubilados fueron los más castigados, ¿quien quiere comerse ese caramelo? Ese costo político no lo quiere pagar nadie".

Y además:

4) Una legisladora libertaria que justificándose en su juventud dijo no saber quien era el represor Alfredo Astiz y que era una de las personas a las que iba a visitar en su paso por el penal de Ezeiza, y que la persona que debía dar explicaciones era el titular de la Cámara de Diputados y compañero de espacio: Martín Menem. Un "escandalete", porque para escándalo no califica, que terminó con una denuncia en una comisaría por supuesta "violencia de género" desestimada por la justicia por considerarla una chiquilinada por parte de la diputada.

5) Una interna entre el Presidente y su Vice que va en franco aumento. Lo reconoció la propia Victoria Villarruel: "tenemos diferencias, aunque sé que soy la vicepresidenta de su Gobierno."

El Presidente es consciente de sus limitaciones. Sabe que cuenta solo con 38 diputados y 7 senadores, necesita seguir acordando con la oposición dialoguista. Quiere mantener al PRO como aliado para lograr acuerdos que le permitan mayorías más allá del traspié de esta semana. Sabe que los necesita también para el armado electoral del año próximo. Es por eso que Milei volvió a citar a Macri en Olivos después del durísimo comunicado del Presidente del PRO. Estuvieron reunidos durante 2 horas. Macri cuestiona a Santiago Caputo frente al Presidente cada vez que puede. Lo señala como el responsable de todos los conflictos.

Por eso es que hoy la economía y la política parecen ir por carriles distintos. El blanqueo ilusiona al Gobierno con convertirse en la llave para el ingreso de dólares hasta tanto comiencen a llegar inversiones. Algunos se atreven a asegurar que por los beneficios que propone será el de mejor resultado propuesto en los últimos tiempos.

"Milei tiene una estrategia más que una política en materia económica", afirma un conocido hombre de la City y si le sale bien "todo va a empezar a ordenarse".

El Gobierno avanza con determinación en su estrategia para encarrilar la macroeconomía, a pesar de los obstáculos y las tensiones políticas, con una voluntad que parece custodiada por anteojeras. El Presidente sabe que la paciencia social tiene un límite. Hoy entiende que aún no está en tiempo de descuento. La política se vuelve peligrosa para sus planes. Y aunque caminando por la cornisa por momentos, entiende que el tiempo ganado le va a mostrar resultados más cerca que lejos.