La vela evoluciona cada día que pasa
Estoy emocionado de compartir con vosotros nuestra preparación para la próxima Copa América. Realmente es un honor que esta competición regrese a España después de más de una década desde su última edición en Valencia en 2010 Nuestro equipo competirá en los AC 40, un barco de última generación que es una verdadera pasada. La velocidad y maniobrabilidad de estos barcos es sorprendente y nos ofrecen una experiencia única y emocionante en el agua tanto técnica como táctica entre barcos. La sensación dentro del «cockpit» del AC 40 es increíble, algo que nunca antes había experimentado. Ver un barco de 40 pies de eslora alcanzar velocidades tan altas y todo controlado desde pantallas y botones es realmente estupendo. Estamos perfectamente integrados en la cubierta del barco, como una polea más para cuidar los aspectos aerodinámicos. Esto nos limita un poco la visión exterior del barco, por lo que hay tripulación a ambos lados en sus respectivos cockpits y dependiendo de como este amurado el barco cada uno tiene un papel crucial. La tecnología del barco nos proporciona todo tipo de información sobre los sistemas de control de nuestro barco, el campo de regatas e información de otros barcos, compensando nuestra limitada visión y permitiéndonos competir eficazmente. Esto demuestra cómo la vela está desarrollándose y avanzando. Hemos tenido la oportunidad de probar el AC 40 durante algunos días y ha sido una experiencia reveladora. A pesar de que hemos entrenado poco en el barco debido a lo complicado y costoso que es alquilarlo, estamos determinados a dar lo mejor de nosotros y hacer un buen papel dentro de nuestras posibilidades. Además, el AC 40 cuenta con un sistema de control de emergencia que nos protege en caso de que el barco se descontrole, evitando posibles accidentes dentro de la competición, esto facilita que equipos con menos días de entrenamiento, podamos competir, de todos modos no es para nada un piloto automático, simplemente ayuda a que los impactos sean más controlados. Para compensar la falta de tiempo en el agua, hemos estado entrenando en un simulador de última generación que tenemos en el equipo. Una de las dudas que hemos podido esclarecer tras probar el barco, fue el confirmar que el simulador reproduce con gran precisión las condiciones reales, lo cual nos ha dado mucha tranquilidad para la competición, aun así no es lo mismo que entrenar en el barco, podría compararse con las carreras de F1 y los simuladores que usan los aficionados desde sus casas que algunos de ellos son realmente parecidos. También entrenaremos con el GC32, un catamarán que nos ayuda a trabajar aspectos clave como la coordinación y la comunicación en condiciones reales, fuera del entorno virtual.