Obama bromea con los genitales de Trump por su obsesión con el tamaño de los mítines
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'When they go low, we go high». Esa es la frase más recordada del discurso que Michelle Obama dio en 2016 ante la convención demócrata. Una traducción aproximada es: «Cuando ellos se rebajan, nosotros nos elevamos». Era la elección en la que Hillary Clinton era la candidata demócrata y Donald Trump , su rival republicano, llenó la campaña de insultos y golpes bajos. El proverbio 'obamiano' ha debido quedar obsoleto. Este martes, en otra convención demócrata , esta vez en Chicago, el marido de Obama y expresidente de EE.UU., Barack Obama , atacó por lo bajo a Trump, que vuelve a ser candidato republicano en esta elección. El expresidente demócrata acusó a su sucesor de enfrascarse en «motes infantiles, teorías conspiradoras locas y una obsesión rara con el tamaño del público», dijo sobre las batallas de Trump sobre el número de asistentes a sus mítines o los de su rivales, como ahora con Kamala Harris . Mientras hablaba de «su obsesión rara con el tamaño del público», Obama, con comicidad, gesticulaba con las manos como si hablara del tamaño de los genitales del candidato republicano. Los miles de delegados y altos cargos demócratas se partían de risa. Obama, divertido, miraba con una sorpresa fingida a la reacción del público. Era quizá una venganza de Obama hacia Trump , que durante años propagó teorías falsas sobre su lugar de nacimiento para cuestionar su legitimidad como presidente. El multimillonario republicano sacude con frecuencia a Obama, y siempre pronuncia con teatralidad su segundo nombre (Hussein) y lo escribe en mayúsculas en sus mensajes en redes sociales. El del «tamaño del público» fue solo uno de los ataques que Obama dedicó a Trump, en su intento de relanzar a la candidata demócrata, Kamala Harris . «No necesitamos cuatro años más de bravuconadas y caos», dijo en otra ocasión. «Ya hemos visto esa película y todos sabemos que la secuela suele ser peor». Obama también dijo que Trump es un «multimillonario de 78 años que no parado de lloriquear sobre sus problemas desde que bajó por su escalera mecánica dorada hace nueve años», una referencia al anuncio de su candidatura a la presidencia en 2015, desde el vestíbulo de la Torre Trump en Nueva York. «Ha sido un flujo constante de quejas que ha empeorado ahora que le da miedo perder con Kamala». Obama también comparó a Trump con un «vecino que sigue utilizando su soplador de hojas delante de tu ventana todo el rato todo el día. Si lo hace un vecino, es agotador. Si lo hace un presidente, es peligroso ».