Jeffing, ¿es posible correr sin cansarse?
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Jeff Galloway es un atleta estadounidense de los años 70 que se ha ganado la vida durante años por sus planes de entrenamiento. A él le debe el nombre el jeffing, uno de esos anglicismos que nos llegan del mundo del deporte. Se trata de una metodología de entrenamiento que combina el running con el caminar rápido o marcha , y el objetivo es claro: aumentar la resistencia y gestionar mejor la fatiga. La cuestión es que se ha puesto de moda porque se dice del jeffing que el running sin cansancio. Cuando Galloway, deporte olímpico en los Juegos de Múnich 1972, creó su método de entrenamiento, seguramente no pensaba que en el 2024 se hablaría de él hasta en al otro lado del charco. Pero lo de entrenar y ponernos en forma sin casarnos tiene mucho tirón; no cabe duda de que es un titular atractivo. La cuestión es si es cierto o no, algo que solo se puede saber de una manera: probándolo. Para ello, es esencial conocer en qué consiste este método de entrenamiento. A grandes rasgos, se trata de un trabajo cardiovascular por intervalos en los que se combina la carrera continua con el caminar con el objetivo de recorrer distancias más largas en cada entrenamiento y, de esta forma, aumentar la resistencia física . Lógicamente, está pensado para principiantes o personas con un estado de forma en progresión, pero no para atletas capaces de recorrer largas distancias corriendo. Desde el club de running Girls That Jeff explican que los intervalos característicos de los entrenamientos del jeffing son «cortos y constantes desde el comienzo de una carrera, no desde que estás cansado». Es decir, no se trata de empezar a correr hasta que no puedas más y luego caminar para no pararte, como le ocurre a tantos atletas populares que se animan con distancias quizá demasiado largas para su estado de forma. Además, la caminata en el jeffing no es, en ningún caso, tiempo de descanso, advierten desde el citado club de running. «La sección de caminata, que no es un descanso, no debe durar más de 30 segundos, para mantener el impulso y evitar que el cuerpo se enfríe demasiado », apuntan al respecto, una segunda clave de esta metodología de entrenamiento. Para saber qué proporciones de carrera y caminata son las adecuadas para tu nivel físico, el jeffing establece unas proporciones recomendadas en base al ritmo que puedes sostener. «Es importante basarlas en el ritmo actual, no en el ritmo objetivo», advierten desde Girls That Jeff. « Tu proporción debe ser adecuada para el ritmo al que corres actualmente », agregan. Para ello, hay que ponerse a prueba y valorar con honestidad el momento actual de forma. Y, por otro lado, consultar las recomendaciones que establece el jeffing. Estas siempre van expresadas en formato 'xx:yy'; marcando primero los segundos de carrera y luego los de caminata. Estas son las proporciones, a modo de referencia por si quieres ponerte a prueba, que tienes también disponibles en la web oficial del jeffing: - 4 minutos y medio el kilómetro corriendo: 5 minutos de carrera y 30 segundos de caminata - 5 minutos el kilómetro corriendo: 4 minutos de running y 30 segundos de caminata - 6 minutos el kilómetro corriendo: 90 segundos de running y 30 segundos de caminata - 7 minutos el kilómetro corriendo: 60 segundos de carrera y 30 segundos de caminata - 8 minutos el kilómetro corriendo: 30 segundos de cada. Desde Girls That Jeff advierten de que « puedes, y debes, ajustar tu proporción en función de las circunstancias ». En este sentido, puntualizan que en días calurosos, por ejemplo, se puede elegir una proporción más baja de partida para el entrenamiento o al revés en un día en el que te encuentres muy bien. «Es bueno saber qué proporción te resulta más cómoda, pero también es bueno tener algunas otras que puedas usar cuando sea necesario», apostillan desde el club de running especializado en esta modalidad de entrenamiento que combina carrera y caminata. Al combinar ambas formas de avanzar, se dice que el jeffing es el método para correr sin cansarse, pero lo cierto es que todo depende de la proporción que escojamos para entrenar, el estado de forma actual y las condiciones o circunstancias de ese día. Evidentemente, cansa menos que la carrera continua sin parones, pero el objetivo del jeffing no es tanto este, sino el de aumentar la resistencia poco a poco y poder recorrer distancias cada vez más largas entrenando . En cualquier caso, si tu nivel físico es bajo o vuelves de un parón largo, como puede ocurrir después del verano, el jeffing es una metodología de trabajo para retomar o reiniciar la actividad física muy interesante ya que te permitirá dar descansos ocasionales al sistema cardiovascular y a las piernas, que suelen sufrir mucho en los primeros días de vuelta a los entrenamientos. En realidad, no es distinto a lo que muchos expertos en preparación física recomiendan a personas que están empezando un plan de entrenamiento después de mucho tiempo sin hacer deporte: caminatas largas y pequeños intervalos corriendo que cada vez se van ampliando más a medida que se hacen más entrenamientos. La diferencia es, anglicismo aparte, que en este caso hay unas proporciones concretas fijadas de antemano, como hemos visto anteriormente.