Un aviso a ’realzales’
No hacían falta estos mensajes; el equipo ya los había transmitido en el campo en pretemporada y en el primer partido de Liga. Es evidente que habrá un día en el que la Real no se clasifique para Europa y no cargue de noches de orgullo y satisfacción a sus aficionados como durante estos cinco años. Habrá un tiempo en que no llegue a competir con los mejores y firme una temporada anodina, como tantas y tantas -la mayoría- a lo largo de su historia. El fantasma del fin de ciclo sigue rondando por Anoeta, hasta que los jugadores le abran la puerta en una campaña sin resultados. Pero quizá no haya que precipitarlo. Ningún equipo anda sobrado, como fue palmario en la primera jornada, y es verdad que la Real ha perdido a dos pilares de anteriores campañas, pero como en tiempos recientes sucedió con Odegaard, Isak, Silva y Sorloth, por ejemplo. La Real se reinventará. Por eso tampoco es necesario que tanto el entrenador como el presidente vayan lanzando esos avisos a navegantes o a ‘reazales’, del tipo: “No hay futbolistas como Robin y Merino en toda LaLiga y la Real no va a poder traer a dos jugadores iguales para sustituirlos” o “vamos a ser diferentes”, ambas del técnico, o “no debemos tener miedo a que los resultados sean un poquito peores algún año” del presidente. La Real tiene un plan de futuro y eso es bueno: quiere armar otro gran equipo con futbolistas de este milenio que hagan felices a los aficionados como en estos últimos cinco años. “La paciencia es un árbol de raíces amargas, pero de frutos dulces”. Se la regalo al ‘presi’ para la próxima.