Descubre el único país del mundo con más prohibiciones: “no puedes olvidar bajar la tapa del inodoro”
En un mundo donde las normas y regulaciones varían ampliamente, algunos países destacan por sus estrictas y a veces sorprendentes prohibiciones. Estas reglas pueden parecer extrañas para los extranjeros, pero son parte integral de la vida cotidiana en estos lugares. Desde restricciones en el uso de ciertos colores hasta la prohibición de ciertos gestos, estas normas reflejan la cultura y los valores de cada nación.
Un país en particular se ha destacado a nivel mundial por tener un extenso conjunto de prohibiciones, algunas de las cuales regulan hasta los detalles más triviales del día a día. Este lugar, conocido por su disciplina y orden, se ha ganado la reputación de ser uno de los más estrictos del mundo en cuanto a la aplicación de reglas. Entre sus numerosas normativas, hay una que ha llamado particularmente la atención: la obligación de bajar la tapa del inodoro después de su uso, bajo pena de recibir una multa.
¿Cuál es el país que tiene más prohibiciones?
Singapur es conocido por tener algunas de las leyes más rigurosas y curiosas del mundo. Este pequeño, pero próspero estado asiático ha elaborado un sistema de normativas que abarca casi todos los aspectos de la vida diaria, desde las más lógicas hasta las más inusuales. Estas normativas, aunque vistas como extremas por algunos, tienen como objetivo mantener al país como uno de los más limpios y ordenados del mundo. Esto ha convertido a Singapur en un modelo de urbanismo y gestión pública, aunque no sin generar controversias.
Las leyes en este país han generado debates sobre la posible restricción de la libertad personal en una sociedad tan regulada. A pesar de las críticas, Singapur sigue siendo un ejemplo de cómo las leyes pueden moldear la vida en una ciudad moderna, estableciendo un estándar de orden y disciplina que pocos países han alcanzado.
Estas son las leyes más curiosas de Singapur:
Cruzar mal la calle:
Respeta los cruces peatonales. Si te sorprenden cruzando la calle fuera de un paso de peatones o con el semáforo en rojo, podrías recibir una multa, e incluso enfrentar una pena de hasta 3 meses de prisión.
Alimentar a las palomas:
Alimentar a las palomas en la plaza puede ser común en tu ciudad, pero en Singapur, esta práctica ha estado prohibida desde 1973 debido al riesgo de propagación de enfermedades. La multa por hacerlo puede alcanzar los 500 dólares estadounidenses.
Besarse en público
Dar un pequeño beso en público no está prohibido. Sin embargo, los besos apasionados y otras expresiones intensas de afecto pueden ser vistas como una falta al decoro, lo que podría resultar en una multa.
Uso de chicles
La venta de chicle está prohibida, al igual que tirarlo al suelo o pegarlo en cualquier lugar. Algunas guías turísticas mencionan que está prohibido masticar chicle, pero esto no es cierto. Masticar chicle con fines médicos está permitido, aunque no encontrarás chicles a la venta en ninguna parte.
Fumar en lugares públicos
Fumar está casi completamente prohibido en los espacios públicos. De hecho, sus estrictas leyes antitabaco han elevado significativamente su precio, haciéndolo bastante costoso. Solo se permite fumar en áreas exteriores muy específicas.
Uso indebido de baños públicos
Si olvidas bajar la tapa del inodoro en un baño público y te descubren puedes ser consignado a las autoridades.
Usar Wifi ajeno
Utilizar el wifi del vecino sin permiso se considera un delito y podría llevarte a enfrentar hasta tres años de prisión.
Escupir
Si te ven escupiendo en las calles puedes llevarte una multa de hasta $735.
Intolerancia religiosa
El respeto hacia la religión y las diferencias raciales es tomado muy en serio en Singapur. Cualquier acto que se considere racista o intolerante puede resultar en una multa considerable o incluso en una pena de hasta tres años de prisión.
Andar desnudo:
Si estás desnudo en tu habitación, pero con las cortinas abiertas puede costarte desde U$S 150 de multa hasta tres meses de cárcel.