Esta es la histórica ciudad más pequeña de España

España, si algo se caracteriza, además de por su buen tiempo y su sabrosa gastronomía, es por tener destinos variados para todo tipo de visitantes y habitantes. Los que quieran un ambiente más cálido, se dirigirán al sur, donde las playas y el mar mediterráneo están a la orden del día, mientras los que quieran un clima más fresco, el norte es su lugar, donde, además de la presencia del Cantábrico, existen parajes verdes remarcables. Sin embargo, en ambas latitudes, nos podemos encontrar pueblos con historias que merecen ser contadas.

Una de ellas es la de la ciudad de Frías, en la provincia de Burgos, que, con los 32 kilómetros cuadrados de superficie que ocupa, es, junto a Hum, en Croacia, la urbe más pequeña del mundo. Además de ser un destino idóneo para aquellos entusiastas de la arquitectura medieval, una de sus grandes curiosidades es que es una ciudad, a pesar de que, tanto por sus dimensiones como por su población, que según el Instituto Nacional de Estadística, fue de 267 habitantes en el 2023, no debería serlo.

Entonces ¿por qué se le considera una ciudad si debería ser un municipio? La respuesta está en la historia, concretamente en el año 1435.

Fuero real

Y es que, debido a su valor defensivo, ya que se solían construir este tipo de localizaciones focalizadas en proteger puntos críticos como rutas de paso o comerciales durante la Edad Media, Juan II de Castilla le concedió el título de ciudad el 12 mayo del año 1435, en plena Reconquista, que todavía dura hasta nuestros días.

Sin embargo, la importancia de Frías viene de lejos, ya que en el año 1202, otro rey castellano, Alfonso VIII de Castilla, ya le otorgó un fuero real debido a la importancia administrativa y comercial de la localidad, haciéndolo, por aquel entonces, en el municipio más importante de la región.

¿Qué ver en Frías?

A pesar de sus pequeñas dimensiones, Frías cuenta con bastantes monumentos que hacen que tenga ese atractivo histórico que llama la atención, así como los paisajes naturales a su alrededor. Sin duda, uno de los más destacados es el castillo de Frías, en la parte más elevada de la ciudad.

También es un reminiscente del pasado medieval del lugar el puente que cruza el río Ebro. Aunque su origen es romano, está construcción fue levantada nuevamente en varias ocasiones durante la Edad Media, consta de nueve arcos y 143 metros de largo.

También hay iglesias que despiertan la pasión religiosa del lugar, como son la de San Vicente Mártir, situada en un costado rocoso de la ciudad; y la de San Vitores, apareciendo citada por primera vez en documentos escritos en 1211.

Por otra parte, la zona central fue declarada como Conjunto Histórico Artístico debido a la presencia de tramos de muralla antigua y varias puertas que formaban parte de la antigua construcción defensiva medieval que limitaba la ciudad, pero que fue dejándose debido a las diferentes ampliaciones de esta. Aún así, sigue siendo un recordatorio del pasado y propósito de Frías.