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Август
2024

La reconocida ONG de un conquense que ha llegado a los cinco continentes

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Abc.es 
Jonathan Hergueta (Cuenca, 1995) siempre ha tenido una cierta sensibilidad y empatía con los que más sufren, pero una experiencia personal le hizo agarrarse aún con más fuerza a la fe en Dios y al compromiso con los demás. La larga enfermedad de su madre cuando era niño, que le llevó a pasar mucho tiempo en los hospitales, le encendió una bombilla en su interior cuando pudo comprobar la soledad y el sufrimiento de los pacientes, muchos de ellos niños y sus familias. «Todo ello me marcó profundamente», cuenta a ABC este joven filántropo conquense que, tras dejar su Cuenca natal, fundó el 12 de febrero de 2020 en Oviedo la ONG Sonrisas de Fe , con la que está ayudando a miles de personas por los cinco continentes. Un trabajo que le ha servido para ser elegida en tercer lugar en la lista de TechSoup, entre las diez mejores organizaciones españolas en gestionar crisis humanitarias. Durante estos últimos años, ha estado emprendiendo y liderando iniciativas que están transformando vidas. Su destacada presencia en la sociedad, impulsada por su espíritu emprendedor lo convierten en un ejemplo, especialmente en el sector sanitario y la cooperación internacional. «Con el tiempo, en la oración, sentí cómo Dios pedía que hiciera algo más» , afirma Hergueta, que destaca que el otro objetivo de su organización es «ir más allá, evangelizando donde las personas se detienen y son capaces de escuchar, como en los hospitales, las casas de acogida o las residencias». Sonrisas de Fe articula sus recursos a través de una red de voluntarios que tienen o reciben formación específica para trabajar con niños hospitalizados y personas mayores o discapacitadas. «Como organización, colaboramos con hospitales, residencias y otras entidades para asegurar que el apoyo llegue de manera efectiva a quienes lo necesitan», explica su alma mater, que informa de que sus medios materiales se sostienen donaciones, eventos benéficos y acuerdos con empresas que proporcionan recursos y materiales necesarios, como libros, juguetes, material educativo y productos de primera necesidad. Con esos mimbres han construido una red de ayuda que ha llegado a los cinco continentes. «Trabajamos adaptando nuestra labor a las necesidades específicas de cada país», señala Hergueta, que apunta que en Europa y América, están principalmente enfocados a la educación de niños hospitalizados, el apoyo a personas en situación de soledad no deseada y la organización de eventos solidarios en hospitales. «En África, el arraigo familiar es muy fuerte y apenas hay personas que sufran de soledad no deseada», indica. Por lo tanto, en países como Guinea Ecuatorial o Tanzania, están centrados en la educación y en la asistencia humanitaria , especialmente en contextos de crisis, además de realizar donaciones de bienes esenciales, como alimentos y material sanitario. En Oceanía, en Australia, organizan eventos solidarios y ofrecen apoyo educativo en hospitales y en Asia, en India y Myanmar, proporcionan apoyo en emergencias, ayudando en la rehabilitación de hospitales, escuelas y hogares de acogida tras conflictos armados , algo que también han realizado en Ucrania. «Estar cerca de una guerra tan devastadora es una experiencia profundamente conmovedora. Por un lado, se siente una sensación desgarradora al presenciar de cerca el sufrimiento. Sin embargo, también surge un fuerte sentido de empatía y responsabilidad. Cada vida que se puede salvar y cada persona a la que se le ofrece refugio alimenta la esperanza y refuerza el compromiso de seguir adelante a pesar de la adversidad. Es un recordatorio constante de que Dios siempre está con nosotros», manifiesta. Y es que ese es el motor que hace mover a Jonathan Hergueta y a su ONG, de ahí el nombre de Sonrisas de Fe . A su juicio, «cuando te sientes mirado por Cristo, la fe no tiene límites. Sentir cómo Dios me ama es lo que me hace vivir amando. Y compartir este amor es lo que le da sentido a mi vida. Sin Dios, no podría haber hecho nada de esto. Por lo tanto, hacer oídos sordos e ignorar a Dios debido a las injusticias del mundo no es la respuesta».