ru24.pro
World News
Август
2024

Madre de víctima inocente asesinada en Siquirres esperaba condena más fuerte

0

Luego de escuchar la sentencia condenatoria contra cuatro sicarios la tarde del viernes en Pococí, doña Marlene Martínez Núñez expresó que la pena impuesta a los asesinos de su hijo se quedó corta, pues mataron a una persona inocente, quien era su mano derecha.

Los hechos ocurrieron a las 5 p. m. del 25 de abril del año pasado en las afueras del bar La Petrolera, en el barrio San Rafael de Siquirres, cuando Clisman Bravo Martínez, de 25 años, estaba comprando comida para unos cuilos que tenía como mascotas. En ese momento se desató una balacera y varios proyectiles de fusil de asalto lo alcanzaron de manera colateral y lo dejaron fallecido en el sitio.

El objetivo de los cuatro sicarios, quienes descendieron de un vehículo para perpetrar el crimen, era Luis Gerardo Williams Arroyo, de 33 años, alias “Macana”, quien tenía antecedentes por venta y distribución de drogas y formaba parte de una estructura criminal en Limón. Él también murió en la escena.

Durante la huida, los hombres se toparon con un retén policial donde fueron detenidos. Este viernes fueron condenados por homicidio simple a 28 años de prisión cada uno. Los sentenciados son Daniel Fabián Zárate Monge, José Alejandro Herrera Rivas, Lester Valderramos Navarro y Gerardo Enrique López Jiménez.

Zárate suma 25 reportes policiales por decomisos de droga, portación ilícita de arma permitida y una orden de captura. Herrera, por su parte, registra nueve informes entre el 2020 y el 2023: siete por decomisos de droga, uno por asalto con arma de fuego, y además tenía una orden de captura activa por robo agravado. A Valderramos lo investigaron 24 veces entre el 2019 y el 2023 debido a 23 decomisos de estupefacientes y una incautación de una moto robada. Sobre López, de 27 años, no se determinó si tenía antecedentes policiales.

Un video captado por cámaras de seguridad fue clave para dictar la sentencia condenatoria, pues se evidenció que los sujetos bajaron de un vehículo y corrieron directamente hacia donde se encontraba Williams para acabar con su vida. Sin embargo, en ese momento, Clisman Bravo estaba llegando al mismo local comercial y fue alcanzado por los disparos.

Según los jueces, desde su llegada al sitio, los pistoleros tenían un plan para acabar con la vida de Williams, sin medir las consecuencias colaterales de disparar indiscriminadamente en una concurrida zona de Siquirres.

El juicio se desarrolló bajo estrictas medidas de seguridad en la sala magna de los Tribunales de Pococí, donde también se extendió por seis meses más el plazo de prisión preventiva contra los sentenciados, mientras el fallo queda en firme.

“Estamos en una guerra de drogas en todo el país”

Según doña Marlene, de 57 años, vecina del barrio San Martín de Siquirres, en nuestro país se vive una guerra de drogas y las leyes son débiles, ya que su hijo fue una víctima colateral de sicarios que, por ganarse dinero, apagan la vida de inocentes. Ella esperaba una pena mayor de 30 años para cada uno.

“Mi hijo murió sin tener nada que ver con esa balacera. Yo quería una pena más fuerte, ahora espero que cumplan con esos 28 años y que no los favorezcan con algún beneficio”, dijo.

Recordó apesadumbrada que para ella no se va a cerrar la herida, porque todos los días recuerda a su hijo, quien era su mano derecha y quien le ayudaba todas las mañanas.

Clisman trabajaba de 2 p. m. a 10 p. m. en Frutilight, una empresa piñera y bananera en Germania de Siquirres. Además, era agente de la Pastoral Juvenil de la iglesia católica y su meta era estudiar algo relacionado con telecomunicaciones.

En su casa, su cuarto sigue intacto, al igual que su bolso de trabajo y sus pertenencias. Él era el tercero de cuatro hijos y su meta era irse a San José, porque allí estudiaba su novia, quien le apoyaba para que continuara sus estudios.

Clisman había terminado la secundaria y trabajó en puestos de venta de lotería antes de conseguir empleo en Frutilight. Marlene cuenta que el 9 de agosto acompañó a su otra hija, Jennifer, quien declaró en el juicio, pero ella prefirió no entrar porque no soportaría ver los videos de la balacera en la que murió su hijo.

El día que mataron a Clisman, una sobrina la llamó para alertarla de una balacera. Ella se dirigió de inmediato al sitio y se encontró con el retén policial donde tenían a los sospechosos. La policía le informó que había dos muertos en el lugar y un herido en el hospital. Ella se aferró a la idea de que el herido era Clisman, pero luego supo que él era uno de los fallecidos. Desde entonces vive con ese dolor que no logra borrar y que la reciente sentencia apenas apacigua.

Clisman, el muchacho sin vicios y amante de los animales asesinado en medio de disputa narco