Plata olímpica en Roland Garros para el boxeador malagueño Ayoub Ghadfa
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La penúltima jornada en París se ha cerrado con un nuevo metal para la delegación española en los Juegos Olímpicos. Es el segundo, tras el bronce de Enmanuel Reyes Pla, que suma la disciplina del boxeo. Lo ha logrado el púgil malagueño Ayoub Ghadfa , que en la categoría más pesada (+92 kilos) se ha hecho finalmente con la medalla de plata tras caer en la final (5-0) con el uzbeko Bakhodir Jalolov , que ya fue oro en Tokio (+ 91 kilos) y ha vuelto a repetir tres años después, en este caso en la capital francesa. Era el favorito para proclamarse campeón olímpico y en el cuadrilátero de Roland Garros se ha confirmado el pronóstico ante un muy valiente Ghadfa, que se ha vaciado ante un titán como el uzbeko, un auténtico muro. Jalolov, un trinquete de interminables brazos de 2,01 metros y 30 años , es doble campeón del mundo y no ha podido con él el boxeador marbellí, que en cualquier caso suma otra chapa para España tras completar un excelente torneo en su debut en unos Juegos Olímpicos. El pasado miércoles ya tenía Ghadfa el bronce asegurado, pero no bajó la guardia, compitió a muy alto nivel y volvió a ganar a los puntos (5-0) en el ring instalado en Roland Garros al francés Djamili-Dini Aboudou, de 28 años, que obviamente contó con el aliento del respetable. Fue un combate dominado por el español con sólo un susto en el último asalto, al ser derribado por su contrincante, aunque rápidamente se levantó con un brinco sin dejar lugar a la duda. El bigardo de Marbella (mide 1,98 metros) abrió el torneo en octavos de final, venciendo por 3-2 al kazajo Kamshybek Konkabayev , bronce en los Juegos de Tokio, antes de dar buena cuenta, en un combate que hubo de pararse al sufrir el español una herida en la cabeza, del armenio David Chaloyan (5-0). Ahí demostró Ghadfa su excelente condición física y mental, pero también su calidad boxística moviéndose en el ring mucho mejor que su rival para hacerse merecedor de estar en la lucha por las preseas. Ghadfa, de 25 años, nació en España y tiene raíces marroquíes, ya que su padre es originario de Casablanca y su madre, de Fez. Sufrió bullying en la etapa escolar y su vida dio un giro de 180 grados cuando se marchó a Madrid para estudiar Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Ingresó en el gimnasio de José Valenciano para hacer kickboxing, pero allí lo animaron, viendo sus más que sobresalientes cualidades físicas, para que lo intentara con el boxeo, que sí es deporte olímpico. Fue becado por la Residencia Blume y pronto entró en el radar de la selección española que dirige el cordobés Rafael Lozano , Balita, doble medallista olímpico. Ghadfa reunía todas las cualidades para progresar y cubrir el vacío del boxeo nacional en las categorías más pesadas. El marbellí soñaba con los Juegos Olímpicos y de su primera participación, en París, se marcha por la puerta grande, con medalla, aunque le habría gustado que fuera de oro. Ahí tiene un acicate más para llegar a Los Ángeles 2028 . En estos dos últimos años, Ghadfa ha sido subcampeón y campeón de Europa, así como bronce mundial. Una carrera extraordinaria que tendrá más capítulos gloriosos si sigue compitiendo como en París.