ru24.pro
World News
Август
2024

Dani Rovira: “Estoy en una edad en la que cada vez dudo más de más cosas”

0

Allá por marzo del 2020, cuando a todos se nos detuvo la vida y demasiados la perdieron para siempre, el cómico Dani Rovira anunciaba que se le había diagnosticado un cáncer. De esa manera, el ganador del Goya comenzaba un viaje, un periplo a contracorriente, que por suerte terminó de la mejor manera posible, pero cambió para siempre no solo su perspectiva personal, también la profesional. Por eso, a ese nuevo Dani Rovira que ya lleva una década haciendo cine, no le pudo parecer mejor idea la oferta de Ibon Cormenzana para protagonizar “El bus de la vida”, un filme en el que, en cierto modo, podía transmitir desde una distancia más serena e interpretativa, cómo fue su experiencia en el día a día con una de las enfermedades más complicadas que existen.

Flanqueado por Susana Abaitua o Elena Irureta, volviendo a ese País Vasco donde todo se hizo grande en su carrera en el cine, Rovira vuelve este verano y lo hace a lo grande. Además de dar vida a un profesor de música enfermo de cáncer en el oído, todavía con “El bus de la vida” en cartel, el actor estrena esta semana “Cuerpo escombro”, en un registro totalmente distinto y dando vida a un personaje que se hace pasar por alguien con diversidad funcional (parálisis cerebral) para asegurarse un trabajo. Es como, si de algún modo, Rovira se partiera en dos (más allá de su papel en “El campeón”, de Netflix) para intentar acercarse a esa lucha -a falta de un término mejor- por seguir siendo uno mismo cuando se está siendo acechado por la realidad o, también, por alejarse demasiado de ella. Con tres películas recién estrenadas y una serie, junto a Maribel Verdú y a las órdenes de Enrique Urbizu, a punto de ver la luz, Rovira habla con LA RAZÓN sobre su gran vuelta al ruedo.

Pregunta. Tres películas en poco más de un mes. ¿Cómo lo afrontas?

Respuesta. Con alegría y con organización, sobre todo. Son tres pelis, pero al final se han rodado durante casi dos años. Yo, más o menos, puedo elegir qué pelis hacer, pero no cuándo se van a estrenar. Ahora se juntan todas y parece que estoy que no paro, pero es una cuestión de coincidencias. Bendita locura.

P. ¿Cómo elige Dani Rovira qué películas hacer?

R. No creo que haya solo una cosa, tiene que haber varios elementos para que me involucre. Desde un factor emocional, que se da en la primera lectura de guion, hasta la gente con la que vas a trabajar o dónde. No elijo todas las que me gustaría, pero las que elijo sí son las que me gustan. Pero lo que más busco es que me hagan cosquillitas en el cerebro. Hay muchas dudas, por supuesto, pero en pelis como “El bus de la vida” lo tuve mucho más fácil porque se daba todo.

P. Al final, en “El bus de la vida”, tu personaje tiene cáncer. ¿Dudaste a la hora de participar o no en el proyecto por cómo te pillaba de cerca personalmente?

R. Sí, mucho. Pero también porque he llegado a una edad en la que dudo de todo en la vida. Las primeras veces que leí el guion me emocioné y lloré mucho, porque me tocaba muy adentro, me dejó removido. Por eso dudé, porque no sabía si estaba preparado para contar una historia sobre el cáncer tan pronto. También dudé de mí como actor, porque seguro que alguien lo podía hacer mejor que yo. Y también desde el ojo público, no quería que se viera como un oportunismo morboso. Eso me echaba un poco para atrás, pero decidí hacerlo y pensé que iba a ser una experiencia catártica. Lo que me convenció fue la verdad que había en el proyecto.

P. Cuando uno hace una película así, ¿lo afronta como terapéutico o tienes que dejar tu experiencia personal aparte?

R. No, no podía dejar mi experiencia aparte. No tengo la verdad absoluta, pero sí la mía, mi experiencia y lo que me pasó a mí. Uno de los miedos que tenía con esta película era el de remover cosas feas, pero me di cuenta de que la enfermedad ya estaba superada. No solo a nivel médico, desde hace años, sino a nivel psicológico y emocional. Es un tipo de enfermedad muy jodida, porque te puede dejar muchas secuelas y cicatrices a nivel emocional, las fichas pueden acabar cayendo más tarde. Tanto con la película como en terapia, a la que acudo hace muchos años, me di cuenta de que mi cerebro me estaba diciendo que ya fue, que ya pasó, que esa montaña ya la habíamos subido. Fue un trabajo muy interesante, tanto hacia adentro como hacia afuera.

P. ¿Cuál es el secreto para seguir moviéndose con éxito en el cine español? Para hacer una película independiente, una más grande y otra para Netflix…

R. El secreto del éxito es no pensar en el éxito. Para mí pasa por hacer lo que te nazca siempre que seas honesto, tanto contigo como con ese público potencial. Elegir con coherencia, también como persona. Yo voy a varios palos, diversifico mucho, pero es porque me aburro rápido. A mí me han ofrecido presentar en tele todo un año y me he negado, no puedo dar más de 3 o 4 meses de mi vida. No haría nunca solo una cosa.