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Август
2024

Arranca la odisea de los universitarios: buscar alojamiento para el próximo curso

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El inicio del curso universitario se aproxima y con ello, la odisea de buscar un alojamiento con la demanda en máximos, los precios del alquiler también marcando récord tras récord y la oferta en mínimos. Los pisos compartidos de estudiantes son la opción más popular, pero hay otra alternativa habitacional para los jóvenes que residen en otra ciudad durante su formación universitaria: las residencias. Elegir entre una y otra opción dependerá habitualmente del poder adquisitivo del estudiante y de su familia, que suele asumir el coste del alojamiento, al menos durante la etapa inicial de su carrera universitaria (a no ser que esté becado y lo complemente con un trabajo), pero también hay que poner en la balanza otros factores, como la independencia que aporta un piso compartido o las comodidad del "todo incluido" de una residencia.

El precio de una habitación en una residencia de estudiantes en Madrid ronda, de media, entre los 800 y los 1.000 euros al mes. Hay opciones más económicas, desde 400 euros, en campus de universidades alejadas del centro de Madrid, como la de Alcalá, pero no es la norma. En cambio, con las habitaciones en pisos compartidos la variedad de precios es mucho más amplia, aunque según el portal inmobiliario Idealista el precio medio de una habitación en la ciudad de Madrid ya se sitúa en 525 euros al mes. Si nos desplazamos a otras zonas más económicas de España, el precio baja drásticamente, aunque también es más alto que en año previos. Así, en ciudades como Palencia o Jaén una habitación de alquiler ronda de media los 200 euros, pudiendo encontrar opciones por menos de 150 euros, mientras que alojarse en una residencia de estudiantes en estas ciudades cuesta alrededor de 500 euros mensuales.

Si sólo nos fijamos en el factor económico, los pisos de estudiantes salen ganando, pero las residencias tienen un gran punto positivo: los servicios que incluyen. “Irse a un piso compartido es un paso mucho más grande que marcharse a una residencia”, indica Nacho Sanz, co-CEO de la plataforma española LIVE4LIFE, especializada en el alquiler de habitaciones para estudiantes. Según detalla, el piso supone una independencia absoluta en cuanto a organización, limpieza, compra de la comida y el día a día de cualquier casa. “Sí que hay casos en los que el alquiler de una habitación incluye la limpieza profesional de zonas comunes de la casa, pero no de toda la vivienda”, subraya. Por el contrario, la residencia acostumbra a tener un mayor apoyo: “Se puede incluir el menú diario, hay mayor facilidad para la limpieza de la ropa y en general se trata de un ecosistema mucho menos autónomo que el de alquilar una habitación”, reconocen desde LIVE4LIFE.

Según el último Observatorio de Emancipación (primer semestre de 2023), elaborado por el Consejo de la Juventud de España, sólo el 16,3% de los jóvenes españoles (de 16 a 29 años) está emancipado, por debajo de los porcentajes que existían antes de la crisis ocasionada por la pandemia (17,3%) y muy lejos de los resultados anteriores a la Gran Recesión de 2008, cuando se alcanzó el 26% de jóvenes emancipadas. Además, la tasa de emancipación sigue muy por debajo de la media de la Unión Europea, del 31,9%.

En el conjunto de España el salario joven mediano en 12 pagas se situaba en 1.005,22 euros netos al mes. Por su parte, el alquiler mediano de una vivienda libre era de 944 euros mensuales, el 93,9% del sueldo de una persona joven. Si a esto le sumamos el gasto mediano de los suministros de una vivienda, de 138,12 euros al mes, el precio de un alquiler en solitario junto los gastos de luz, gas y otros suministros sumaría 1.082,12 euros mensuales. Es decir, a una persona joven le faltarían 76,9 euros para poder vivir en solitario. Esto lleva a que los jóvenes compartan piso mucho más allá de la etapa universitaria.