Explorando los significados de los dibujos de Goya
Si tuviera que resumir la relación que Goya tuvo con el dibujo a lo largo de su muy fecunda carrera, lo haría a través, precisamente, de dos de ellos: Mucho sabes, y aún aprendes, que incluyó en el Cuaderno E o de bordes negros; y Aún aprendo, que forma parte del Cuaderno G, uno de los dos que hizo durante su estancia en Burdeos. Y lo haría no tanto porque en ambos representara la recalcitrante voluntad de dos ancianos que, aun en el más que previsible final de sus días, se afanan en continuar aprendiendo o andando —lo mismo da— más allá de todo pronóstico, sino por lo que implicaría abordar el siguiente paso como si aún hubiera tiempo y ganas —y fuerzas— para explorar territorios ignotos. Así podría explicar la ingente cantidad de dibujos que hizo y las muy variadas técnicas que empleó en su ejecución, desde los ineludibles lápices negro y rojo o la pluma de sus inicios al lápiz graso que emplearía por primera vez poco antes de trasladarse a Burdeos para indagar en la nueva técnica de la litografía.]]>