La herencia de Bambi
Antes de ser reconocido con el mote de ZP, Zapatero hubo de soportar el mucho más irónico de Bambi que, como era habitual durante toda la primera gobernanza del PSOE, solía atribuirse, sin mayores pruebas, al incisivo sarcasmo de Guerra tal como ya antes se habían atribuido a ese indiscutible recreador de su partido los chascarrillos sobre el ministro Morán. El apodo sugería cierta ingravidez casi delicada en el personaje físico, acaso enraizada en el hecho de que el cervatillo epónimo tampoco confirmó su masculinidad hasta muy tarde y ya a propósito de su idilio con s ...