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Август
2024

La plataforma SOS Sanidade Pública: "No era lógico un modelo tan cuestionado en el hospital de Vigo. Fue empeño de Feijóo"

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El portavoz de las asociaciones en defensa de la sanidad pública gallega pide a la Xunta que rescate el Álvaro Cunqueiro, levantado con un sobrecoste de 470 millones, y que garantice un aumento de las camas hasta alcanzar las previstas en el proyecto original

El Consello de Contas cifra el desastre de gestión de Feijóo en el principal hospital de Vigo: 470 millones de sobrecoste

La plataforma SOS Sanidade Pública ha recibido el informe del Consello de Contas sobre el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo como la certificación de que en ese centro sanitario ha ocurrido lo que denunciaron, ya cuando se anunció el proyecto con el modelo público-privado, que iba a ocurrir. Su portavoz, Manuel Martín, recuerda que avisaron de que habría sobrecostes y de que las instalaciones no iban a cubrir las necesidades para las que estaban proyectadas. Evoca las multitudinarias manifestaciones que hubo en contra del modelo elegido por la Xunta, entonces dirigida por Alberto Núñez Feijóo.

Ese recurso a la iniciativa privada para que financiase la construcción, en lugar de hacerlo, como es habitual, con fondos públicos, supuso un sobrecoste, según Contas, de 470 millones de euros. El modelo, dice Martín, estaba ya “prácticamente abandonado en Reino Unido, que es donde apareció”. Opina que no tenía lógica aplicarlo para un centro llamado a ser el de referencia de la ciudad más poblada de Galicia y a dar servicio a unas 600.000 personas. “Fue un empeño personal de Núñez Feijóo”, insiste. Y, con las reducciones posteriores en superficie y un número de camas que no llegó al previsto inicialmente, denuncia que las instalaciones quedaron transformadas en “un hospitalito”.

¿Qué impacto tiene este informe del Consello de Contas?

En primer lugar, llama la atención el tiempo pasado desde el momento en el que hubo la situación de enfrentamiento social e institucional por el modelo del hospital hasta ahora [la licitación fue en 2009, las obras empezaron en 2011 y entró en funcionamiento en 2015]. Pero bienvenido sea. Viene a corroborar las denuncias que hicimos en su momento sobre que este modelo, que ya estaba prácticamente abandonado en Reino Unido, que es donde apareció, fue un empeño personal de Núñez Feijóo, que en cuanto llegó a la presidencia de la Xunta, anuló el proceso que iba a hacerse por el modelo público para transformarlo en un modelo de colaboración público-privada. Parecía que no tenía lógica ir a un modelo que estaba profundamente cuestionado y que se aplicase en un hospital tan importante como el de Vigo.

¿Cómo interpretan las conclusiones?

Se ha cumplido lo que denunciábamos. Estaba claro lo que el modelo pretendía, que era facilitar a empresas privadas un negocio muy lucrativo. Nuestra primera valoración fue que no era lógico que un hospital que estaba tasado en 450 millones fuese a través de los incrementos y los pagos a costar 1.300 millones de euros. Si sumamos el aparcamiento, nos poníamos en más de 1.700. Tampoco era lógico que, a pesar de este incremento en el coste, fuese acompañado por una política de reducción de los recursos previstos en el contrato: se redujo el número de camas en 400, el de quirófanos, la superficie del hospital... pero esto no modificó el coste del contrato para nada. Esto era un latrocinio: multiplicamos por cuatro el coste del hospital y reducimos un 30% lo previsto. La única lógica del modelo era que permitía mantener el concierto singular con Povisa. Además, había un conflicto de intereses porque muchas de las empresas que estaban en la adjudicataria eran empresas que tenían relación con el PP. El hospital no cubrió el objetivo que tenía en su momento, que era reequilibrar la situación hospitalaria entre el norte y el sur de Galicia. Quedó transformado en un hospitalito que no cubre las necesidades sanitarias para las que estaba diseñado.

Este modelo no se volvió a usar en otros hospitales en Galicia.

No, no se repitió. En Reino Unido se abandonó el modelo porque los sobrecostes fueron brutales. En Valencia, lo mismo. Recuperaron los hospitales para la gestión pública. Lo que nosotros exigimos en Galicia es que se rescate ese hospital por el bien de la asistencia sanitaria de Vigo.

¿Deberían derivarse consecuencias políticas de este informe?

Creemos que tendría que tener consecuencias políticas muy claras; fue el PP el que se empeñó en que este modelo fuese adelante. El coste es terrible y sigue costando más porque, a medida que se hacen necesarias obras de mejora, los sobrecostes siguen. Sabemos que políticamente es complicado porque el Gobierno gallego ya no está presidido por Feijóo y ya no está la misma persona en la Consellería de Sanidade. Pero creo que el PP y el Parlamento de Galicia deberían rectificar y poner en marcha el proceso para recuperar el hospital para lo público e incrementar al menos en 400 las camas.

La Xunta defiende que este era el único modelo viable en un momento de crisis.

El problema de la Xunta es que sigue al pie de la letra la doctrina de Feijóo: mentir. Miente de una manera descarada y no le pasa nada. Creen que tiene inmunidad porque los resultados electorales los confirman en el puesto. Sería importante poner en marcha un proceso de rectificación y de dotación de los recursos sanitarios que necesita el área de Vigo.

La presentación del proyecto y la puesta en marcha del hospital estuvieron acompañadas de críticas de la oposición política y manifestaciones en las calles de Vigo. ¿Cómo ha funcionado el hospital en estos años?

Evidentemente, no como se esperaba. Iba a ser el referente sanitario y a concentrar recursos para el área de Vigo y esto no ocurrió. Quedó transformado en un hospital para el que no hacían falta esas alforjas de hacer una inversión tan importante. Hay continuas críticas sobre el funcionamiento de determinados servicios y las listas de espera ahí están [el área sanitaria de Vigo es la cuarta, de siete en total, con más demora para una operación, según los últimos datos. La situación mejora en las consultas especializadas] y demuestran que la situación no es la más boyante de Galicia.