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Август
2024

Roberto Berrozpe: El informático navarro que controla los sistemas del «Luna Rossa» italiano

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Abc.es 
Dicen que, en 2017, cuando estaba en el Grouprama francés en la 35ª edición de la Copa América, se presentó a Franck Cammas, la leyenda de la vela francesa, como: «Hola, soy el 'navarrico'. Él es Roberto Berrozpe, tiene 43 años y nació en Barañáin una pequeña localidad a cinco kilómetros de Pamplona; navarro de pura cepa. Pelo larga y barba poblada es la seña de identidad de este informático, que ya destacó en electrónica, pero fue uno de los 'elegidos' por el equipo español de la 37ª Copa América en Valencia, junto a otros 'genios' como Javier Cuevas, José Luis Vela y otros de la Escuela Universitaria Politécnica de La Almunia (Universidad de Zaragoza), donde estudió la carrera de informática, posteriormente hizo un Master en la Universidad Pública de Navarra. «No tenía ni idea de vela, pero en la facultad tenían un proyecto para embarcaciones en Valencia (ya que Valencia iba a ser la sede de la 32ª edición en 2007) y buscaban a una persona de mi perfil, electrónico-informático. Empecé a trabajar para el Desafío Español y me desplacé a Valencia, era 2005 y tenia 24 años». De su experiencia en el equipo español se convirtió en un especialista en desarrollo de software y en 2009 creo, junto a un socio, Fabrizio Marabini, la empresa FaRo Advanced Systems en su pueblo y hoy tiene oficina en Pamplona, que aún dirige. Su prestigio hizo que, en enero de 2012, Luna Rossa le llamase para unirse al equipo en Nueva Zelanda donde se estaba construyendo el catamarán AC72 con el que iba a competir en San Francisco en la 34ª Copa del América. Tras el final de aquella edición, en septiembre de 2013, ya le contrataron para preparar la 35ª Copa del América en Bermudas en 2017. La decisión posterior de los italianos de no competir en la 35 edición, le llevó al Groupama francés de Franck Cammas, volviendo inmediatamente a Luna Rossa para preparar la 36ª edición en Auckland (Nueva Zelanda), donde el equipo transsalpino perdería la final ante el Team New Zealand (7-3). En Barcelona vive su quinta Copa América (la cuarta con la escuadra italiana), es uno de los pocos españoles que militan en el Luna Rossa Prada Pirelli y es pieza clave en la informática y electrónica del AC75 de la escuadra italiana. La evolución de la electrónica y la informática en la Copa ha sido impresionante y el reconocía, «Esta evolución empezó ya en 2007 en Valencia y la aparición de nuevos materiales han llevado al límite las estructuras. Al igual que en la Formula Uno, todo está al límite para ahorrar peso y ser más rápidos». «Lo cierto es que ha evolucionado hacia mi campo. La mecánica y el diseño es importante, pero ahora estos barcos son tecnología y sin informática no funcionarían. Antes fallaban las baterías y podían seguir navegando; ahora sin baterías no podrían ni 'volar'», apostilló. En 2025 se cumplirán 20 años de su llegada a la Copa, la referida evolución tecnológica, la entrada de la inteligencia artificial y los nuevos materiales han convertido a la electrónica-informática en una de las áreas clave de los equipos. En el Luna Rossa y en el departamento que dirige Marco Donati, Berrozpe es, junto a Davide Cannata, Stefano Baruffaldi,James Sweetman y Marco Caredda, una pieza clave. Allí se crean, desarrollan e instalan sistemas complejos, capaces de interactuar con los ingenieros mecánicos y mecatrónicos, para gestionar y controlar el barco Desde los sistemas principales de los timoneles y 'trimmers' hasta los ordenadores cableado, interfaz humana y comunicación, cada pieza se examina cuidadosamente antes y después de la navegación. La sofisticación de algunas piezas de los AC75 es tal que algunas de ellas las fabrican los mismos equipos para que no se desvelen. Berrozpe señaló: «Eso es en parte cierto, aunque hay muchas empresas con las que firmas un contrato de confidencialidad cuando hay que mecanizar una pieza, especialmente porque tienes que asegurarte que ese diseño será solo tuyo». El diseño del AC75 del Luna Rossa se presenta como uno de los más avanzados de esta edición, pero todos los equipos presentan innovaciones y se presenta una edición que parece ser muy equilibrada y dura. «Yo la veo muy similar -manifestó- a la de la edición anterior (2021). El gran cambio son los 'cyclors'(tripulantes que generan potencia con las piernas) y que no es algo tan nuevo porque ya los tuvimos en Bermuda en 2017. Lo que se habrá buscado son regatistas que generen más potencia en sus piernas que los 'grinders' con sus brazos» En cuanto a que los 'cyclors' marquen diferencias, dijo, «no creo que las regatas sean muy largas (20-25 minutos) y la diferencia se puede notar si una regata se alarga mucho y que los 'cyclors' se fatiguen y no rindan. Seguramente tendrán que relevarlos de una regata a otra, que sería lo más óptimo». Tampoco cree que si el oleaje del campo de regatas no es excesivo afecte a los AC75 porque su 'vuelo' es alto y está convencido de que en Barcelona se batirán todos los récords de velocidad. El 'Luna Rossa Prada Pirelli', derrotado en la Final de la pasada edición por 7-3 por el Team New Zealand después de plantarle cara en las cinco primeras mangas (2-3) se presenta como serio aspirante en Barcelona. Tener dos timoneles de la experiencia de Francesco Bruni y el australiano Jimmy Spithill (dos copas ganadas) es una garantía y el navarro añadió: «Lo mejor es que tenemos jóvenes que van a aprender de ellos y esto se tiene que notar. Ya hemos visto el potencial que tienen Marco Gradoni y Ruggero Tita en la preliminares». Todo el mundo señala al Team New Zealand, defensor del título como favorito. «Además, el que participe en los Round Robin la Louis Vuitton Cup (Torneo de Desafiantes) es como una ventaja añadida porque el no puntúa, pero va a aprender mucho del resto de equipos que estaremos más preocupado por ganar que por otras cosas» , consideró. Además son siempre fuertes y no creo que porque estén en Barcelona lo sean menos«. Sobre la llegada de la Inteligencia Artificial (IA) y la influencia en su trabajo consideró: «Yo veo difícil de implementar en nuestra área. Además, en la regla queda claro que no podemos hacer ningún tipo de software de regatas y con la IA se podrían saltar las limitaciones y no se considera utilizarla. Esta ha sido la primera Copa en la que nos ha prohibido hacer un software táctico y esto nos limita» . «Yo no entiendo mucho de vela. Entiendo de la parte técnica, de números, matemáticas y sensores del barco. No he navegado en mi vida y esto se lo dejo a los que saben. Cuando me dicen que esto debe ir así, le creo absolutamente, le escucho y lo aplico» , resumió. Tener dos timoneles de la experiencia de Francesco Bruni y el australiano Jimmy Spithill (dos copas ganadas) es una garantía y el navarro añadió: «Lo mejor es que tenemos jóvenes con talento que van a aprender de ellos y esto se tiene que notar. Ya hemos visto el potencial que tienen Marco Gradoni y Ruggero Tita en la preliminares». Todo el mundo señala al Team New Zealand, defensor del título como favorito. «Además, el que participe en los Round Robin la Louis Vuitton Cup (Torneo de Desafiantes) es como una ventaja añadida porque el no puntúa, pero va a aprender mucho del resto de equipos que estaremos más preocupado por ganar que por otras cosas. Además son siempre fuertes y no creo que porque estén en Barcelona lo sean menos» , advirtió. Llevar veinte años casi consecutivos y cinco ediciones de la Copa, viajando por todo el mundo, hace que la vida familiar sea complicada. Al respecto comentó: «De hecho, toda mi familia ha nacido y ha crecido cuando he estado trabajando con Luna Rossa. Tengo tres hijos, Roberto Blanca y César» «Ahora todo es más fácil en Barcelona -apuntó- ya que cojo el coche y me voy a Pamplona, incluso he ido a los sanfermines y a Valencia donde también esta mi familia. Van a venir este mes de agosto, pero en septiembre empieza la escuela» . «Si que el mayor, Roberto, viajó con nosotros a Nueva Zelanda y San Francisco, luego con Blanca, la mediana, estuvimos en Cagliari (Cerdeña), pero. cuando empiezan el colegio tienes que decidir si los cambiábamos de casa cada seis meses o que estuviesen estables en Pamplona, que es lo que decidimos» , concluyó. ...