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Август
2024

Dos días en Vitoria: bicis, tapas y una de las grandes fiestas del verano

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Abc.es 
Dice un guía local que en Vitoria han gobernado todos los partidos políticos, pero que ninguno ha dado marcha atrás en la apuesta ecológica. En 2012 fue Capital Verde Europea; en 2016 obtuvo la certificación Biosphere Responsible Tourism, y en 2019 la ONU le entregó el 'Global Green City Award'. Más allá de los reconocimientos, al pedalear o caminar por el anillo verde es fácil confirmar que esta es una ciudad con muchos árboles (más de 115.000 se decía en 2019), con muchos kilómetros de carriles bici (171) y con espacios amplios en los barrios nuevos. Mediodía. El Mercado de Abastos es un buen lugar para comer. Es un edificio casi nuevo, de 2014 (el histórico fue derribado en 1975), en el que hay treinta y seis puestos donde se venden productos de proximidad y gastrobares en los que probarlos tras pasar por las manos y el talento de los cocineros. Entre estos últimos está Hazia (semilla), con pintxos, cocina de mercado y un menú degustación de siete pases por 40 euros. https://mercadoabastos.eus. Por la tarde. Con fuerzas renovadas es el momento de salir a conocer la ciudad, y la bicicleta es una opción evidente. El anillo verde, que empezó a gestarse en 1993, enlaza un conjunto de parques que rodean el casco urbano, de Armentia a Salburua, un humedal de importancia internacional. La ruta la dirige Arturo Martínez, de Guiartu (https://guiartu.es), y suele durar unas tres horas. Empieza en el casco antiguo, cerca de la catedral, y se dirige primero a Zaramaga, un barrio obrero con personalidad que cobró fama con los trágicos acontecimientos de 1976. En el desalojo de una iglesia donde trabajadores reclamaban mejores sueldos murieron cinco personas y un centenar resultaron heridas. Desde Zaramaga el grupo de cicloturistas se dirige a los humedales de Salburua. En 1934 aquí había una pista de aterrizaje, que en la Guerra Civil fue base de operaciones de la Legión Cóndor. Algunos de los aviones que bombardearon Guernica salieron de lo que hoy es una enorme y luminosa pradera. Estamos en un oasis de doscientas hectáreas, que este año luce repleto de agua y de aves: somormujos, polla de agua, fochas… En el precioso edificio Ataria, donde está el Centro de Interpretación, hay clases de 'mindfulness' entre otras muchas actividades. Por la noche. Al regreso, con la bicicleta a buen recaudo, es el momento de explorar la almendra medieval. La sede de Guiarte está en la calle de la Cuchillería, estrecha y llena de bares que los fines de semana suelen estar a rebosar. Los comerciantes de la zona se han quejado por las pintadas que afean el conjunto, pero el paseo sigue siendo imprescindible. Cerca están la Plaza de la Burullería y la Torre de los Anda, del siglo XV, una de las construcciones más antiguas de Vitoria, donde está el bar La Torre, una institución en la que su dueño, Patxi López de Munain, ofrece una selección de exquisitos quesos y embutidos de toda España. La vista de la torre contrasta con el mural 'Al hilo del Tiempo' (2007). La historia y el presente casi se tocan, con la catedral de Santa María en el centro, visto el conjunto desde la Plaza de la Burullería. El paseo entre las calles medievales terminará en Toloño, otro clásico del buen tapeo, donde aún sirven el milhojas de habitas sobre pisto de verdel que les hizo famosos en un concurso en 2006. Dormir. Una propuesta bonita, nueva (se inauguró en septiembre de 2023) y barata tal como están los tiempos (habitaciones desde 50 euros) es el Ibis Budget, del grupo Accor (https://all.accor.com/a/es.html). El edificio se construyó pensando en la sostenibilidad, en una eficiencia energética máxima, y a tono con el espíritu verde y deportivo de la ciudad, con aparcamiento para bicicletas. La habitación es relativamente pequeña, pero la cama es excelente, y la ducha, muy buena. Las zonas comunes son alegres y amplias, con espacio para teletrabajar. Y el ambiente en general tiene ese aire dinámico con el que quiere parecerse al entorno que nos rodea. Las obras de restauración de la catedral de Santa María, del siglo XII, tienen que estar en la agenda. Por supuesto, hay que reservar [en la web www.catedralvitoria.eus/es/, y en el día en el 945 255135]. La visita de la catedral y la torre dura 75 minutos y cuesta 11 euros (adultos). La actual reforma estructural y el programa de visitas 'Abierto por obras', con más de dos millones de visitas, es un éxito del turismo cultural que se remonta a 1999. Los deportes tradicionales (el levantamiento de piedra o la cesta punta) permiten conocer mejor la ciudad. Pueden verse en las fiestas de la Virgen Blanca, en agosto, o durante el año. Conviene echar una ojeada al programa del Pabellón de Olave, por ejemplo, donde suele haber partidos de profesionales de la cesta punta, que por estas fechas ya han vuelto de la temporada de invierno en Miami. Comida. El balcón de La Sidre (www.lasidre.es). Un asador en un antiguo caserío con carne de calidad y sidra para poner un broche sabroso y contundente a la escapada.