Mohamed VI, un rey visionario
Jacques Delors, expresidente de la Comisión Europea, que, cuando ostentaba este cargo, recibió al príncipe heredero Sidi Mohamed en una pasantía en 1988-89, dijo: «Este joven asombrará al mundo». Él estaba en lo correcto. El Soberano marroquí ha demostrado una capacidad visionaria ejemplar.
La conmemoración del Día del Trono en Marruecos este año, con el que se cumplen 25 años del reinado de Mohamed VI, adquiere un carácter particular tanto a nivel nacional como internacional.
En Marruecos, la institución fundamental sigue siendo la monarquía. La monarquía siempre ha prevenido y permite prevenir cambios radicales en la sociedad marroquí, apostando por el consenso y manteniendo la unidad del país, de la Nación.
La nación marroquí, una nación moderna, se desarrolla cada vez más a través de la democracia participativa y la monarquía es su garante.
La historia recordará esta especificidad marroquí. Como consecuencia directa, las decisiones sociales y económicas producen resultados considerables.
Pero es la visión de las relaciones internacionales la que es aún más singular. La elección, para Marruecos, de diversificar las asociaciones, sin alineación, ha permitido acuerdos múltiples y, al mismo tiempo, ha proporcionado al país una voz que cuenta en los asuntos mundiales, siempre al servicio de la paz.
Marruecos, como cualquier país, tiene intereses que defender. Lo hace respetando los valores y el derecho internacional. África es el exponente máximo en la visión real ha sido decisiva. Desde 2008, el Soberano desarrolló en Abiyán una visión del desarrollo del continente a través de la cooperación interafricana para que los recursos beneficien a la juventud africana. Éste es el discurso que pronuncian hoy la mayoría de los jefes de Estado africanos.
Marruecos ha desarrollado de manera ejemplar su cooperación con estos países sobre la base del beneficio mutuo.
Tras ello, el rey Mohammed VI llevó la cuestión medioambiental al centro del desarrollo del continente, que sufre enormemente por el cambio climático. En este sentido, siendo un visionario, el Rey de Marruecos ha desarrollado la idea de apropiarnos, como africanos, de las oportunidades que ofrece la costa atlántica. Es una visión del futuro que concierne a las generaciones futuras. La visión real es la de una alianza atlántica que beneficie incluso a los países que no tienen acceso al océano. Se trata de un proyecto en el que Marruecos ya se ha comprometido con la construcción de un puerto en Dajla.
Los beneficios económicos y sociales serán significativos para crear empleo y garantizar la prosperidad de las poblaciones.
El Marruecos de Mohammed VI desarrolló sólidas relaciones a lo largo del eje Rabat-Madrid-París, que sigue siendo crucial para las relaciones entre el Norte y el Sur del Mediterráneo. Este eje es esencial en este momento convulso en el que los polos de estabilidad se están derrumbando uno tras otro, y donde, incluso, el Estrecho de Gibraltar, esencial para el comercio entre Europa y África, está amenazado por Irán. Esta amenaza fue expresada claramente por Mohamed Reza Naqdi, un alto funcionario del Consejo Revolucionario Iraní, quien declaró: «Los europeos pronto tendrán que enfrentar el cierre del Mar Mediterráneo, Gibraltar y otras vías navegables...».
Como tal, la colaboración militar y de seguridad entre los tres países es esencial para contrarrestar las amenazas terroristas que amenazan tanto al Sur como al Norte del Mediterráneo.
Por otro lado, se acerca organización del Mundial de 2030 con Portugal y España, que representa una oportunidad para estrechar lazos entre las dos orillas de Mare Nostrum.
Además, el creciente liderazgo de Marruecos en África desde 2008 ofrece oportunidades de desarrollo económico para España y Francia en el continente. Desde 2008, tras el discurso del rey Mohammed VI en Abiyán, Marruecos se ha convertido en líder indiscutible en África en materia de codesarrollo. Además, su situación geográfica es una posición clave que interesa a todos aquellos que quieran tener intereses en el continente africano, y los que tienen mayor potencial de crecimiento son España y Francia.
Son estos logros los que ofrecen a Marruecos y a sus socios europeos oportunidades reales de desarrollo, prosperidad y estabilidad. Esta es la marca del reinado de Mohammed VI.
El reinado de Mohammed VI no solo cambió profunda y suavemente a Marruecos, sino que ha construido un puente de asociación, respetando las especificidades de cada persona, entre Marruecos y sus socios.
Ahmed Charai es presidente de Global Holding en Marruecos.