De llegar en patera a España y dormir en la calle a maestro arrocero que aspira a cocinar la mejor paella del mundo
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Como defiende el prestigioso chef Joan Roca, la cocina es capaz de «inventar nuevos mundos». No es tan importante el lugar ni la procedencia, sino quien la ama y la trabaja. En los fogones del Vlue Arribar de Valencia lo saben bien, pues su maestro arrocero es el mayor ejemplo de que la gastronomía traspasa fronteras y une culturas. Adama Tiallo , senegalés de 47 años que llegó en patera a España hace casi dos décadas, se ha convertido en todo un experto enamorado de la paella valenciana, que aspira a cocinar la mejor del mundo. El chef africano se ha clasificado para la final de la edición 63ª del Concurso Internacional de Paella Valenciana de Sueca , considerado el mayor certamen del mundo de este emblema gastronómico defendido a capa y espada contra la invasión de 'los arroces con cosas'. Un éxito que espera superar y prorrogar ganando el trofeo en el evento que tendrá lugar el próximo mes de septiembre. «Al principio no quería ir porque me da vergüenza estar delante de mucha gente, pero me convencieron porque confían en mí», relata a ABC. Adama agradece en todo momento el apoyo que recibe de su jefe Ángel Brandez desde que el día que le conoció y le ofreció trabajo. Han pasado quince años de aquello; una década y un lustro en los que ha ido aprendiendo el oficio empezando limpiando platos pasando por preparar postres y freír entrantes hasta llegar a cocinar a la perfección y sumo detalle la receta estrella de la cultura culinaria valenciana. «Todos le hemos ido aportando trucos, pero al final su talento es el que prima», asevera Ángel, un experto arrocero, que destaca la capacidad de trabajo y la inteligencia de Tiallo para cocinar un plato tan complicado. Así, siente un especial orgullo por un trabajador con una historia de superación de adversidades mayúscula, que comenzó en su Senegal natal, donde cada mes manda dinero a su mujer y a sus dos hijos pequeños. En 2006 se subió a una patera en Mauritania con destino a Tenerife. Una vez retenido con el resto de migrantes por la Policía Nacional, fue enviado a Fuerteventura, donde residió durante cuarenta días hasta poder viajar a Málaga. «No tenía familia ni amigos y no conocía a nadie, fue una experiencia muy dura», recuerda. Al llegar a la Costa del Sol, conoció a un migrante, a «otro moreno» como él dice, que hablaba francés y que le ayudó a encontrar trabajo. «Sin papeles es muy difícil conseguir un empleo, por eso me recomendó ir a Valencia a trabajar en el campo y me compró un billete de autobús para llegar allí», explica Adama. Cuando llegó a la capital del Turia, no tenía para comer ni siquiera dónde dormir, llegando a pernoctar a la intemperie dos noches bajo un puente del viejo cauce del río Turia. Poco después se ayudó de albergues y del trabajo encomiable de Cáritas hasta que sumó el dinero suficiente para encontrar una habitación en la que vivir. Poco después, le llegó la fortuna al presentarse a un hostelero amigo de Ángel, su actual jefe y propietario del Vlue Arribar, que le dio empleo en su cocina hasta el día de hoy. « Solo quería trabajar bien y él me ayudó mucho a gestionar el dinero y enviarlo a mi familia», se refiere respecto al papel del propietario del restaurante ubicado en La Marina de Valencia para ayudarle a erigirse como maestro arrocero. Fue otro cocinero del mismo local quien le enseñó la receta de la paella valenciana. «Ahora casi me sale mejor que a él», bromea y desglosa algunas claves para que salga «espectacular» como el color, «muy importante que no salga blanco», y « hacerla con tiempo para que hierva bien a fuego lento ». Aunque aprendió de cero, sí reconoce Adama que siempre se le ha dado bien cocinar, de hecho siempre era el encargado de preparar la comida con familia y amigos, tanto en Senegal como en Mauritania. Sobre el prestigioso certamen culinario, Ángel Brandez señala también que «tras ganar un concurso televisivo en À Punt y dos veces el Campeonato Internacional de Steak Tartar, hemos decidido que ya era la hora de ganar el concurso internacional de paellas que se celebra en Sueca». Vamos con ese objetivo y con toda la ilusión de ganar un concurso porque consideramos que hacemos la mejor paella valenciana que se puede comer en la Comunidad Valenciana», defiende. «Confío mucho en nuestros dos grandes profesionales, en Adama y Virginia -la compañera del chef africano-, quienes llegados desde fuera de tierras valencianas se han impregnado en estos años de un amor enorme hacia la paella valenciana . Con esta participación quieren dar un homenaje y demostrar que seguimos siendo tierra de acogida y de culturas», concluye el hostelero.