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Июль
2024

El triunfo asegurado de la unión entre deporte y reciclaje

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Los envases que se utilizan en un polideportivo o durante una maratón pueden tener una segunda vida y volver a los deportistas

Desde que fuera elegida como lugar de celebración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos 2024, París ha afirmado su compromiso con la sostenibilidad y su aspiración a ser la sede más ecológica de la historia. Así, los franceses no solo quieren reducir a la mitad la huella de carbono del evento, sino que han planteado toda una estrategia de reutilización y reciclaje. Por ejemplo, el 95% de las competiciones se celebrarán en edificios ya existentes o temporales y se han comprometido a disminuir a la mitad la cantidad de plástico de un solo uso. El reto es mayor teniendo en cuenta que los anteriores Juegos, en Tokio 2020, se celebraron sin asistencia de público por las restricciones provocadas por la COVID.  

Además de lo que puedan hacer los organizadores, no hay duda de que los asistentes y los deportistas son una parte indispensable para alcanzar todos estos objetivos. Algo que se percibe especialmente en el caso de la apuesta por la circularidad, donde el compromiso de todos en el reciclaje es una pieza fundamental; los datos de Ecoembes revelan que, en España, cada vez se recicla más: en 2023 un 3,5% más que el año anterior y un 12% más que hace cinco años. Y es que cada ciudadano separó el año pasado una media de 19,6 kilos de residuos en el contenedor azul y 20,4 kilos en el amarillo. Por eso nos hemos preguntado cómo se relacionan deporte y reciclaje en distintos niveles y eventos.

“El deporte y el reciclaje están muy vinculados debido al tipo de vida sana del consumidor,  cuerpo sano, mente sana”, asegura Luis Mas, director general ejecutivo de Reciclamás, empresa gestora de residuos de la Fundación Deportiva Municipal de Valencia. En todos sus polideportivos cuentan con ecopapeleras amarillas —para los envases de plástico, metal, madera y briks— y azules —para los envases de papel y cartón— y contenedores de 1.000 litros de ambos colores. “Más tarde lo recogemos y lo trasladamos a nuestra plantas de selección, en la cual se segrega en las siguientes fracciones: PET (polietileno tereftalato), polietileno de alta densidad, polietileno de baja densidad —film—, polipropileno, brik, acero, aluminio, cartón, ⁠papel y ⁠cajas de madera”, señala. 

El papel de los deportistas en el reciclaje

En ese proceso de circularidad, los propios usuarios de los polideportivos son un elemento vital. Antonio Muñoz es uno de ellos, lleva años jugando al baloncesto y ha podido comprobar cómo el reciclaje está cada vez más presente en las instalaciones. “Yo por ejemplo tomo muchas bebidas isotónicas y facilita mucho contar con contenedores amarillos dentro de los polideportivos”, explica. Muchos de los envases de los productos destinados a deportistas como bebidas energéticas, botes de proteína en polvo, barritas o tabletas de electrolitos deben ser desechados en el contenedor amarillo. 

Miguel Pérez es asiduo consumidor de muchos de esos productos, entrena a diario y lleva una dieta estricta pensada para cumplir su reto: superar el Ironman. “Tengo cinco contenedores en casa y reciclo todo. No tiene sentido cuidar tanto mi cuerpo y no hacer lo mismo con el planeta”, señala. Es consciente de que las bolsas de plástico de productos como semillas, copos de avena o pan proteico van al contenedor amarillo y reconoce que lo que más le costó al principio fue la crema de cacahuete, aunque ahora se lo sabe al dedillo: “La tapa al de envases y el bote al vidrio”. 

Pruebas y competiciones más sostenibles

Pérez quiso dar el salto al triatlón después de participar en varias carreras populares. Estos eventos también han evolucionado mucho en cuanto a su compromiso con la sostenibilidad y la circularidad. “Año tras año hemos aprendido y mejorado”, asegura Matilde Iraola, responsable de sostenibilidad de la Media y la Maratón de Valencia Trinidad Alfonso. “Hemos eliminado las bolsas de plástico y se han sustituido por gymsacks reutilizables, tampoco entregamos ya bolsas de plástico en meta, con lo que hemos ahorrado más de 100.000 bolsas por año desde 2019, además de eliminar toda comunicación o gestión en papel tras digitalizar estos procesos”, señala Iraola.

Además, han activado también la campaña Corre, Recicla y Respira, en colaboración con Ecoembes, colocando distintos contenedores amarillos y azules con voluntarios que informan para que el reciclaje se haga correctamente. “En la edición del año pasado en el Medio Maratón se lograron recuperar 7.000 kilogramos de residuos. En concreto, 3.840 de ellos correspondieron a envases de plástico, latas y briks y 3.180 kilos a residuos de papel y cartón procedentes mayoritariamente de los embalajes de fruta fresca y productos que conformaban parte de la bolsa de postmeta”, declara Iraola.  

El prodigio de la circularidad es que esos mismos envases que son recogidos de forma separada y reciclados pueden volver a los deportistas formando parte de otros elementos fundamentales para ellos como, por ejemplo, la ropa técnica. Esa es la idea de la línea de prendas SeaCicle, de la marca Ternua, que ha utilizado botellas de plástico recuperadas del mar y plástico de envases del contenedor amarillo para convertirlo en tejido tecnológico para la confección de prendas técnicas. “El plástico —recogido por tres barcos pesqueros adaptados— es cribado, triturado, limpiado y mezclado con otro plástico del contenedor amarillo y se convierte en grazna reciclada de la que se obtendrá el hilo de poliéster. 

Una vez conseguido el hilo de plástico reciclado llega la creación del tejido reciclado. Un tejido innovador de gran calidad“, describe Edu Uribesalgo, director de innovación y sostenibilidad de Ternua. Aunque no tienen cuantificado al detalle los materiales que han reaprovechado, Uribesalgo se atreve con un cálculo: ”Podríamos decir que, en los últimos 10 años, hemos reutilizado aproximadamente ocho millones de botellas de plástico“, pero no solo eso, para la fabricación de otras de sus líneas de ropa, también han utilizado ”cinco toneladas de redes de pesca, dos toneladas de sábanas descartadas, dos toneladas de lana de oveja latxa y 0,6 toneladas de cáscaras de nueces“.