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Июль
2024

España, ante el abismo

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Abc.es 
La tesitura es la siguiente: la selección masculina de baloncesto tenía tres finales en su camino hacia los cuartos de final de los Juegos. Perdió la primera, por lo que necesita ganar al menos uno de los dos partidos que le quedan para tener alguna opción. Tras esa derrota inicial ante Australia todo indica que la vía más corta para hacerlo es imponiéndose a Grecia, su rival de este martes en el Stade Pierre Mauroy de Lille. Será a las 11.00 horas, el mismo horario del debut que tanto criticaron los españoles. Que el duelo ante los helenos sea, a priori, el más asequible no implica necesariamente que vaya a ser fácil. Los helenos se encuentran en una situación parecida a la de España después de perder en la primera jornada con Canadá (86-79), por lo que al igual que para los de Scariolo el duelo es vital para ellos. En ese encuentro se quedaron cerca del actual bronce mundial gracias a la portentosa exhibición de Giannis Antetokounmpo , que finalizó con 34 puntos y un porcentaje del 70 % en sus lanzamientos. La estrella de los Milwaukee Bucks es el gran sostén de un equipo que cuenta también con dos veteranos de postín: Nick Calathes y Kostas Papanikolaou . «Es un equipazo», sostenía Scariolo en la previa al hablar sobre el rival. «Nos hemos preparado para un partido de máxima exigencia. Su gran fuerza, además de tener a uno de los mejores jugadores del mundo, es que tienen un número de jugadores muy alto que tiene un rol importante en grandes equipos de Euroliga. Están acostumbrados a este tipo de partidos. Defienden, tienen tiradores y una estructura atípica porque su hombre más grande juega fuera de la zona casi todo el rato». Parar al jugador de la NBA será la gran obsesión de una España débil en defensa y con lagunas terroríficas en el rebote. Son sus grandes asignaturas pendientes. Enmendarse en ellas será el primer paso necesario si quiere seguir adelante en el torneo. Después, tocará confiar en que se active la conexión entre Lorenzo Brown y Willy Hernangómez, inexistente en el duelo ante Australia. Se entienden bien juntos y han hecho maravillas en el pasado, pero en ese primer partido ninguno de los dos estuvo a la altura. Recuperar al base norteamericano, después de su ausencia en el último Mundial, fue la mejor noticia que pudo recibir Scariolo antes de los Juegos. De hecho, su participación fue decisiva en el preolímpico para sellar el billete a los Juegos. Pero frente a los oceánicos completó el que posiblemente fuera su peor partido con la selección. Solo siete puntos, ningún acierto en el tiro exterior y bastante superado por los bases rivales. Esa mala actuación no genera dudas. Al contrario, dentro del cuerpo técnico existe la convicción de que si el partido malo de Brown ya se ha producido es que no habrá otro. Este lunes se pudo ver a Scariolo charlando en solitario con el de Rockford. Sin duda, insuflando ánimos para lo que viene. No todo fue malo en el análisis del debut. España presta atención al extraordinario momento de forma de Santi Aldama (27 puntos), convertido de golpe en la referencia del equipo. O a la contribución siempre esencial, tanto deportiva como anímica, de un Sergio Llull que sigue a tope de gasolina. La esperanza de la selección pasa porque todos esos aportes, más los que aún puedan llegar de hombres como Rudy, Garuba o Juancho , se sumen en uno solo para lograr la tan necesaria victoria. «El equipo está bien, sigue unido y con las mismas costumbres», analizaba Llull, el encargado de atender a los medios junto al entrenador. «Creo que contra Australia salimos a verlas venir, en lugar de salir metidos al cien por cien. Está claro que el grupo es complicado. Cinco minutos malos aquí te lo ponen todo cuesta arriba, pero confío en nosotros. Lo sigo viendo con mucha ilusión». «Es un momento en el que los expertos tienen un papel fundamental», remató Scariolo. «Y los menos expertos, el rol de aprender pronto, porque el futuro es ya. Se trata de tener jugadores que sean capaces de jugar este partido. Estas citas enseñan mucho. Los jóvenes tendrán más peso muy pronto, pero hay que competir en el ahora». Entre los jugadores, un tanto desencantados con lo que se han encontrado en Lille, hay cierta conjura por llegar a París, disfrutar, aunque sea, de un encuentro en el Bercy Arena y empaparse del ambiente olímpico de la capital francesa. Ya saben la tarea para lograrlo.