El precio del aceite no dará respiro hasta después de Navidad
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La eliminación del IVA al aceite generó muchas expectativas entre los consumidores. Sin embargo, el impacto sobre los precios ha sido pequeño . El verdadero cambio se producirá cuando pase la Navidad, una vez que el aceite de las nuevas cosechas esté en circulación. El golpe por comprar el aceite a más de 10 euros el litro por fin ha quedado atrás, pero el alivio para los consumidores no es suficiente. En la mayoría de supermercados se pueden encontrar botellas por 7-8 euros. Algunos afortunados adquieren aceite por menos precio –si es de marca blanca–, aunque es una excepción. Las marcas de fabricante, por su parte, mantienen una horquilla de precios elevada , y no se prevé que disminuya hasta final de año. «El aceite es el que hay, que es muy poco, y deberíamos tener una situación estable con los precios actuales en los próximos meses», explica a ABC el director general de Dcoop, Rafael Sánchez de Puerta. Estima que «los precios empezarán poco a poco a ceder», pero hay una realidad que puede con todo: « En este sector, lo que pasa en origen se traslada muy rápido a la distribución. Nosotros somos esclavos de una disponibilidad de producto ». Esto explica la situación actual sobre los altos precios del aceite. Las cosechas de los años anteriores fueron malas, hay poco aceite y la manera de compensarlo es elevar los precios para equilibrar la demanda. ¿Podría aprovechar algún supermercado o productor de aceite –cada uno en su posición dentro de la cadena de valor– para rebajar los precios y conducir al sector a una guerra comercial como sucede en otros negocios? La respuesta debería ser que no. El director general de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva), Rafael Pico, razona la cuestión: « La Ley de la Cadena Alimentaria prohíbe cualquier tipo de promoción por debajo del coste de producción que se ha comprado . Por tanto, las promociones no existen, ni pueden existir, si es más bajo que el coste de producción. Las rebajas en este tema tienen mucha limitación, no es como antiguamente que las grandes superficies usaban la leche y el aceite como productos reclamo». Sobre la posible guerra comercial que abarate los precios, otro de los grandes productores de aceite, Deoleo, explica que «es probable que veamos cierta disputa comercial entre marcas por ofrecer los mejores precios en el aceite de oliva, especialmente entre las marcas blancas. Sin embargo, prevemos que esta lucha no será tan intensa entre las marcas de fabricante que competimos en el segmento de valor». «Hasta 2025 no se percibirá de manera notable una disminución de precios», sentencia el máximo responsable de Asoliva. Rafael Pico señala que si las cosechas soportan bien el calor del verano, se podría generar una producción mucho más alta que en las dos campañas precedentes. Desde Deoleo coinciden en que a estas alturas del año las condiciones meteorológicas e hidrológicas parecen favorables para la próxima temporada. «Hemos atravesado abril y mayo, el periodo crítico para la floración del olivo, sin experimentar un calor extremo. Además, debido a las recientes lluvias, las reservas de agua están por encima de la media para esta época del año. El conjunto de estos factores respalda las previsiones de que la cosecha de 2024/2025 en España alcanzará niveles normales y los precios tenderán a bajar de forma más o menos progresiva», adelantan fuentes de la aceitera. La gran duda en estos momentos es si alguien se moverá para intentar vender más barato dentro del producto que hay, y siempre en el marco legal. « Hay gente que dice que para la poca producción que queda, sale a vender, y cuando hay mucha gente que coincide en la misma estrategia luego no quedaría aceite para terminar el año ». Esto supone buenas noticias para el consumidor en las próximas semanas, pero en el sector no lo ven así. «Todo lo que sea desviarnos de esa normalidad provocaría subidas y bajadas», asegura Rafael Sánchez de Puerta. Lo que suceda después de Navidad es otra historia. «Luego vendrá la batalla por quién baja primero los precios. Pero será ya jugando con aceites nuevos». Aunque la distribución sí es distinta, aclara el director general de Dcoop, «porque todos están deseando bajar precios». Los supermercados y el sector de la distribución también están ahora muy limitados para bajar los precios y obtener, a su vez, unos márgenes razonables. Ellos compran a los productores y fabricantes, que tienen el aceite muy limitado. Legalmente no pueden hundir los precios, por este motivo tampoco habrá guerra comercial entre superficies. No obstante, y pese a esas restricciones de no poder hundir los precios, los supermercados juegan al máximo con los márgenes. Asumen que los consumidores llevan varios meses castigados por los altos costes del aceite. Saben que es importante volver a fidelizar a los clientes en estos momentos para cuando puedan rebajar más los precios. Algo que, en todo caso, nunca se verá hasta que llegue el nuevo año.