Conmoción en EE UU: la Policía publica un vídeo de un agente matando a una mujer negra que llamó a emergencias
A las 00:50 de la madrugada del 6 de julio, Sonya Massey, una mujer negra de 36 años, llamó al 911 para pedir ayuda porque temía ser atacada por un individuo que merodeaba por las inmediaciones de su casa en los suburbios de Springfield, ciudad del estado de Illinois ubicada a 320 kilómetros de Chicago. Cuando llegaron los agentes del condado de Sangamon, entre los que se encontraba el ayudante del shérif Sean Grayson, sucedió un incidente que ha conmocionado a Estados Unidos.
Los vídeos de las cámaras corporales que portaban Grayson y otro ayudante del shérif grabaron la búsqueda del sospechoso en los alrededores de la casa de Massey y en los patios circundantes. Allí encontraron un todoterreno negro con las ventanillas rotas en un camino de entrada adyacente antes de que Massey se acercara a la puerta principal. Cuando abrió la puerta, la mujer dijo: «No me hagas daño». Parecía confusa y repitió: «Por favor, Dios. No sé qué hacer».
Grayson le pidió que se identificara para incluirlo en un informe mientras los ayudantes del shérif se preparaban para marcharse. Massey estaba buscando su documento de identidad en el bolso cuando Grayson le señaló una olla sobre el fuego de la cocina. Massey se acercó rápidamente al fogón, movió la olla hacia un fregadero y preguntó a Grayson: «¿Adónde vas?».
Él había dado un paso atrás y permanecía en el salón de la vivienda, separado de ella por una encimera visiblemente desordenada. Ambos intercambiaron algunos comentarios hasta que el agente dijo: «Aléjate de tu agua caliente y humeante». Massey repuso entonces: «Te reprendo en el nombre de Jesús», lo que provocó que Grayson sacara su pistola de 9 mm y le amenazara. «Más te vale [insulto] que no o juro por Dios que te [insulto] disparo en la cara», dijo.
El agente gritó repetidamente a Massey para que dejara la olla a un lado. Ella se disculpó y se agachó antes de que Grayson disparara tres veces. Una de las balas se alojó en la cabeza de la mujer, madre de dos hijos de 17 y 15 años.
Las imágenes son demoledoras. Un gran jurado acusó a Grayson de asesinato en primer grado, agresión con agravantes con un arma de fuego y mala conducta oficial. En caso de ser declarado culpable, se enfrenta a penas de prisión de 45 años a cadena perpetua por asesinato, de seis a 30 años por agresión y de dos a cinco años por mala conducta. El agente, que se declara inocente, está detenido en la cárcel del condado de Menard sin fianza.
En la vista judicial de la semana pasada, la primera ayudante del fiscal del Estado, Mary Beth Rodgers, dijo que la distancia entre Grayson y Massey anulaba cualquier percepción de amenaza y que tenía «muchas opciones» aparte de disparar su arma si creía que estaba en peligro. «En ningún momento este acusado mostró nada más que insensibilidad hacia la vida humana», zanjó Rodgers, añadiendo que Grayson «claramente desestimó su formación como agente de la ley».
En el vídeo, se oye a Grayson justificar sus acciones diciendo: «¿Qué otra cosa podemos hacer? No me voy a llevar jodido agua hirviendo a la puta cara». También se le oye decir a los agentes que llegan que Massey «vino hacia mí» y la llamó «loca». Massey, que estaba en paro, había luchado contra una enfermedad mental y había seguido un tratamiento. Eso podría explicar su desconcertante declaración a Grayson, según el abogado de la familia, Ben Crump. «Pero también habla de su fuerte fe religiosa».