Si de Twitter tuitear, ¿de X equisear o xuitear?
Las redes sociales se han convertido en pocos años en el principal agente del cambio y de la evolución lingüística. Es un agente muy activo, un verdadero acelerador. En internet en general y en las redes en particular nacen, crecen, se desarrollan y expanden y con bastante frecuencia mueren desde abreviaturas y nuevas frases hechas y aforismos hasta neoléxico de la más diversa procedencia.
Escribió Manuel Machado: “Hasta que el pueblo las canta, / las coplas, coplas no son, / y cuando las canta el pueblo, / ya nadie sabe el autor”. Como a las coplas o a los romances medievales de tradición oral, a las nuevas palabras es por lo general difícil seguirles hacia atrás el rastro y encontrar su origen o su autor, su digamos inventor. Con cierta pericia cibernáutica (palabra en desuso, por cierto; como cibernauta, de la que se deriva), se puede dar con el primer uso y el primer usuario de un término determinado, pero nada garantiza que ese haya sido el inventor.
Además de difícilmente detectables en sus fuentes, los cambios lingüísticos son a menudo pasajeros, volátiles, y resulta difícil prever el recorrido que tendrá una nueva palabra. Vamos a recordar un caso.
Hace ahora cuatro años y medio, la pandemia de COVID-19 y el obligado confinamiento impactaron en todos los aspectos de nuestras vidas. También en la lengua, en el habla. Por un lado, recuperamos palabras que teníamos olvidadas o que desconocíamos: anosmia, hiposmia, ageusia, sangradura, lazareto, barbijo, desescalada… Por otro, floreció el ingenio creador de palabras y palabros. Principalmente, en las redes sociales, claro; no teníamos otro vehículo, encerrados como estábamos en nuestras casas. El coronaléxico (término que le debo a Xosé Castro, que lo usó en el número 8 de la revista Archiletras, en julio de 2021) se disparó: confitamiento, sinfintamiento, cuarenpena, coronaburro, covidiota, coviders, pandemiers, pandemials, cuarentenials, infodemia, infoxicación… Tanto proliferó ese nuevo léxico que el escritor y médico Alberto García-Salido, intensivista pediátrico en el Hospital Niño Jesús de Madrid, creó incluso en Twitter un informal Covidcionario.
Hoy, cuatro años después, usamos pocas o ninguna de esas neopalabras del párrafo anterior. Ni siquiera Twitter se llama ahora así, rebautizada oficialmente como X en julio de 2023, tras cambiar de propietario. En el habla cotidiana, sin embargo, derivados como tuit o tuitear o retuitear siguen en uso, probablemente porque el hablante no ha encontrado una alternativa viable derivada de X. ¿Diríais alguno de vosotros equisear? El término se ha recogido en DiccET, acrónimo de Diccionario del Español de Todos, un proyecto sin ánimo de lucro que se define a sí mismo como un “diccionario elaborado día a día, en continua actualización, cuyo fin es abarcar todas las palabras del español, principalmente aquellas que no se encuentran fácilmente en otros diccionarios”. Tan “en continua actualización” está este diccionario en línea que una de sus últimas entradas es autentado, que define así:
“n. masc. Atentado contra sí mismo que alguien organiza para lograr algún beneficio con el impacto que pueda producir la noticia. Es muy raro que nadie viera al francotirador; esto apesta a autentado. Es coloquial y se puede usar como festivo”.
El DiccET dice esto de equisear; “Verbo propuesto por algunos para sustituir a tuitear cuando en julio de 2023 Twitter pasó a llamarse X”.
El propio DiccET recoge algunas alternativas (postear, publicar, xear, exear, exsear, exquear, extear, X-ear, Xear…) y, en otra entrada, una que fusiona la vieja marca de la red con la nueva: xuitear. ¿Será esta última la que finalmente se imponga?