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Июль
2024

Mi papi candidato, por Mirko Lauer

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¿Por qué Keiko Fujimori súbitamente lanza una candidatura de Alberto cuando sabe bien que la ley lo impide? ¿Está convencida de que su poder parlamentario puede sobreponerse a esa prohibición? Además, ¿por qué lo hace si algunas encuestas dicen que ella es la que tiene más posibilidad de ganar? ¿La bondadosa hija está accediendo a un deseo del padre?

. También hay un visible tema de mala salud. Quizás su condición no es tan terminal como para invalidar su indulto humanitario. Pero tampoco está el hombre para hacer una campaña electoral y, si le llegara a tocar, para gobernar el país con un balón de oxígeno puesto.

Por lo pronto llama la atención que si Alberto Fujimori es “el candidato natural del fujimorismo”, la que lo está hablando todo sobre el tema sea la misma hija que lo quiso dejar preso para mejor candidatear ella. También llama la atención que el Alberto Fujimori libre no le haga mucho caso al antes inseparable hijo Kenji.
Entonces debemos pensar que hay un juego en pared. El más obvio: Keiko Fujimori integra una plancha que gana; el padre casi de inmediato demuestra sus pocas fuerzas para gobernar; la hija asume el manejo del poder. Aunque esto está erizado de riesgos.

Pero hay otra serie de preguntas. ¿Puede Alberto Fujimori ganar? ¿Puede ayudar a su hija Keiko a ganar? ¿Juntos en una propuesta electoral se potencian o se neutralizan? ¿Alberto candidato reclamaría una lonja significativa de poder en Fuerza Popular? La respuesta a todo esto está colgada de si el condenado Alberto Fujimori logra candidatear.

Si acaso lo logra (algo improbable), tendrá algunas ventajas. Es un expresidente en un país al que le gusta reelegirlos. Sus dos gobiernos brillan comparados con estos tiempos. No tendría competidores fuertes en la derecha, pues para entonces Rafael López Aliaga se habrá terminado de autoliquidar con su horrenda gestión municipal.
Su único handicap es que resulta muy difícil imaginar a Keiko Fujimori abriéndole las puertas de una presidencia a la que ella no ha podido llegar, tres veces. En otras palabras, no puede ser verdad tanta belleza, y menos con Alberto Fujimori tan enfermo como está. Algo allí va a terminar a capazos. Los cuadros de FP están conteniendo el aliento, al ver cómo los Fujimori se turnan.