El gran cambio de Luis de la Fuente con España
Cuando España perdió en Escocia en el segundo partido de Luis de la Fuente en el banquillo pareció que el mundo se acababa. No era la mejor noticia para el arranque de un seleccionador que no tenía el carisma de Luis Enrique, y en el que muchos no creían por su perfil bajo y de técnico de inferiores. Pero han pasado 15 meses y medio desde que debutó ganando a Noruega y ha perdido tantos encuentros, dos, (también cayó la Roja en un amistoso con Colombia) como finales. Porque la España de De la Fuente ya ganó la Liga de Naciones a Croacia, y el domingo va a buscar su segundo título en el partido definitivo de la Eurocopa de Alemania. Esa que parecía imposible en aquella noche fatídica en Escocia, la única hasta ahora, de un seleccionador que ha creado una familia en vez de un equipo de fútbol y un esquema de juego en el que le funciona cada jugador que entra.
Ante Francia tuvo que tirar de Jesús Navas para frenar a Mbappé, y se cargó con amarilla muy pronto, pero el veterano lateral acabó haciendo un buen partido hasta que le dio el físico, iniciando la jugada del segundo gol con su ya mítico centro al primer palo que tantas alegrías le ha dado al Sevilla. Cuando se agotó el de Los Palacios, De la Fuente aprovechó la versatilidad de Nacho que, como toda su vida en el Madrid, pasó del central al lateral, y encima con Barcola fresco y desatado. «Es impresionante, estamos muy felices, reventados por el partido, pero llegar a una final de Eurocopa es mágico y ahí estamos. Si me lo dicen hace unos meses no me lo creo, sería poner un broche de oro a una carrera espectacular, muy emocionante estar en la final. Somos un equipo con mucho carácter, la mezcla de veteranos y jóvenes nos hace más fuertes y sabemos luchar contra las adversidades, como hicimos ante Georgia y Alemania», decía Nacho sobre esta España de De la Fuente, en la que todos cuentan y son felices conviviendo.
No lo tenía fácil el seleccionador, porque heredaba de Luis Enrique un cargo lleno de crispación de la etapa anterior, pero él ha impuesto su sello. No tiene redes sociales, ni es un loco de la bicicleta. Contesta con amabilidad a la Prensa y no necesita dar grandes titulares para hacer jugar bien a una selección que está en la final y sigue siendo la que mejor ha jugado en el torneo. A Francia le ganó la posesión, la superó en más de 150 pases completados y corrió tres kilómetros más. La final lo valía.