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Июль
2024

El precio de la vivienda de alquiler repunta en Canarias un 18%, el más alto de España

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Abc.es 
El precio del piso tipo de alquiler en Canarias registró en junio de 2024 un precio medio de alquiler de 12,78 euros por metro cuadrado, lo que supuso un repunte semestral del 18,33% , el más intenso del país. Respecto a junio de 2023, las islas también lideran los repuntes nacionales, con un 32,02%. Mensual y trimestralmente, fue la que más arriba se situó, revalorizándose un 2,90% y un 8,58%, respectivamente. Así lo ha registrado el informe de pisos.com, que coloca a Canarias como la cuarta autonomía con la mensualidad más cara para los inquilinos, por detrás de Baleares (17,57 €/m²), entre otras. Por su parte, la vivienda en alquiler en España tuvo en junio de 2024 un precio medio de 11,73 euros por metro cuadrado. Esta cifra marcó ascensos en todas las comparativas: mensual del 0,95%, trimestral del 2,53%, semestral del 5,49% e interanual del 7,61%. Frente a diciembre de 2023, la provincia de Las Palmas (18,72%) fue la que más creció del país, y Santa Cruz de Tenerife (18,18%), la segunda. En la variación interanual, repitieron posiciones: Las Palmas (37,38%) y Santa Cruz de Tenerife (28,57%). Con 13,63 euros por metro cuadrado en junio de 2023, Las Palmas fue la cuarta provincia más cara del país, mientras que Santa Cruz de Tenerife, con 11,70 euros, fue la sexta. En cuanto a las capitales canarias, Santa Cruz de Tenerife (12,20%) fue la cuarta en el listado de mayores incrementos nacionales semestrales. Las Palmas de Gran Canaria (6,78%) contuvo más su ascenso. De un año a otro, Las Palmas de Gran Canaria (23,29%) fue la tercera capital española que más creció, y Santa Cruz de Tenerife (22,97%), la quinta. En el apartado de rentas medias mensuales, Las Palmas de Gran Canaria (14,83 €/m²) fue la octava capital más cara de España, mientras que Santa Cruz de Tenerife (12,70 €/m²) fue algo más asequible. El director de Estudios de pisos.com, Ferran Font, ha alertado de que «la escalada de las mensualidades parece no tocar techo», retrasando la salida de los más jóvenes de la casa familiar, pero también dificultando que los inquilinos actuales puedan optar por una ubicación más acorde a sus gustos o una vivienda mejor equipada.