Xi Jinping pide crear las condiciones para «un diálogo directo entre Rusia y Ucrania» en su reunión con Orbán
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Apenas ha asumido la presidencia europea por turno, el primer ministro húngaro Viktor Orbán ha emprendido una intensa actividad diplomática en torno a la guerra en Ucrania . Primero se entrevistó con el presidente Volodímir Zelenski en Kiev, al que pidió un algo el fuego aún sin iniciarse negociaciones de paz, y después viajó a Moscú para hablar personalmente con Vladímir Putin, torciendo así el brazo a las instituciones de la UE, que mantienen con el líder ruso una política de exclusión. Ahora, Orbán realiza un viaje sorpresa a Pekín. «Misión de paz 3.0.», ha escrito Orbán en X, junto a una foto tomada después de aterrizar. El Ministerio de Asuntos Exteriores de China ha confirmado que Orbán se ha reunido con el presidente Xi Jinping para conversar sobre «cuestiones de interés común». Tras el encuentro, Xi ha pedido a las grandes potencias a «crear las condiciones» para un «diálogo» directo entre Ucrania y Rusia actualmente en guerra. «La comunidad internacional debería de crear las condiciones y ofrecer asistencia a ambos lados para que se pueda reanudar el diálogo directo y las negociaciones», le dijo Xi a Orbán, según la televisión estatal CCTV. «Sólo cuando las grandes potencias muestren energía positiva, en lugar de energía negativa, podrá aparecer la esperanza de un alto el fuego en este conflicto», añadió. Desde que Orbán llegó al Gobierno de Budapest , Hungría se ha convertido en un importante socio comercial y de inversión para China, en contraste con otros países de la UE que buscan una menor dependencia de la segunda economía más grande del mundo y que se alinea con Rusia en numerosas cuestiones geopolíticas controvertidas. El pasado mes de octubre, por ejemplo, Orbán fue el único jefe de gobierno de la UE que asistió al foro de la 'Nueva Ruta de la Seda', y se unió al proyecto de inversión con el que la República Popular amplía su influencia en proyectos de infraestructura globales. En materia de Defensa y respecto a la invasión de Ucrania, Hungría y China han venido adoptando una postura comprensiva con Moscú y el Gobierno comunista asiático ha dado últimamente algunos pasos que desde la OTAN se observan con atención y cautela. Por ejemplo, soldados chinos han llegado a Bielorrusia para un ejercicio militar conjunto con el Ejército de Lukashenko, afín al Gobierno de Putin, que se llevará a cabo desde hoy y hasta el 19 de julio, según ha confirmado el Ministerio de Defensa en Minsk en su canal de Telegram. No hay detalles sobre las maniobras y se desconoce el número exacto de soldados chinos involucrados, solamente unas fotos publicadas por el Ministerio de Defensa bielorruso que muestran un avión chino que puede transportar varios cientos de soldados. Bielorrusia ha reforzado sus tropas en la frontera con Ucrania, citando supuestas provocaciones por parte del país vecino . Las tropas rusas han entrado en Ucrania en varias ocasiones desde territorio bielorruso durante la guerra. Lukashenko ha hablado pública y reiteradamente de Occidente como una amenaza para su país y, como aliado más cercano del jefe del Kremlin, ha permitido estacionar armas nucleares tácticas en su territorio, una cuestión que ha causado gran alarma en los países del flanco oriental de la OTAN. El viaje de Orbán a Moscú, la semana pasada, enfureció a Washington y a la UE, por haber adoptado allí posiciones «muy alejadas» a las de estas organizaciones a las que pertenece Hungría. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, destacó que Orbán no representa a la Alianza y la Casa Blanca calificó el viaje de «contraproducente». Orbán, por su parte, ha reconocido que no tiene mandato de la UE para viajar a Moscú, pero que la paz no se puede lograr «desde un cómodo sillón en Bruselas». Tras estas declaraciones, se sirve ahora de sus puertas abiertas en Pekín, que forman parte de la estrategia exterior china. Xi Jinping visitó el pasado mes de mayo Budapest, en una gira europea en la que pasó por Francia, Serbia y Hungría. En este periplo, el primero por el viejo continente en cinco años, rechazó el alineamiento geopolítico y económico de Bruselas con Washington y apostó por las relaciones bilaterales y no en bloque con los países europeos, buscando alimentar sus relaciones con los gobiernos más díscolos de la UE y la OTAN, especialmente con Hungría y enseñando los dientes de rivalidad comercial a su paso por París. Hungría, con una posición enfrentada a sus socios de la UE y la OTAN en materia de integración europea y seguridad, se ha convertido un perfecto trampolín para el gobierno chino, desde el que salta a cuestiones relevantes en la región y desde el que promueve una Europa con diferentes velocidades. Respecto a Ucrania, Xi es muy claro claro: China nunca se posicionará contra Rusia y opta por buscar «una solución política» a la guerra, de ahí el plan de paz propuesto en 2022 por el propio Xi, poco después de comenzar la invasión rusa, que ni EE.UU., ni la OTAN y menos aún la UE han considerado.