Sin sherpas no hay Everest
Ligia Madrigal no solo nos familiarizó con el concepto de los sherpas, sino que nos inspiró profundamente sobre la importancia de tener un guía en nuestro viaje personal.
La muerte de un ser querido, un divorcio, una carta de despido, un accidente, la pérdida de un negocio, la búsqueda infructuosa de empleo... ¿cuál es su Everest en este momento? Sea cual sea, recuerde que, como dice Ligia, “sin guía no se puede subir”. Ella habla desde la experiencia, tras fallar en su primer intento de escalar el Everest por no tener al guía adecuado. Otra lección importante: no abandonamos nuestras conquistas ante el primer fracaso.
La vida está llena de desafíos que constantemente ponen a prueba nuestra fuerza física y emocional. Por eso, es esencial tener cerca a un guía, alguien que nos recuerde nuestra capacidad y nos inspire a seguir adelante. En su épica ascensión a la montaña más alta del mundo, Ligia enfrentó momentos de duda y agotamiento extremo. Fue en esos instantes de debilidad cuando su Sherpa, Dolchi, se convirtió en su ancla de fortaleza. Dolchi no solo la acompañó físicamente, sino que también la apoyó mental y emocionalmente, recordándole que estaba preparada para superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. Este valioso apoyo permitió a Ligia alcanzar la cima, demostrando que incluso en las circunstancias más adversas, un recordatorio de nuestra fuerza interior puede hacer la diferencia.
En nuestro propio viaje de vida, todos necesitamos un “sherpa”, alguien que nos anime, nos recuerde nuestra valía y nos impulse a seguir adelante. Estos guías pueden ser amigos, familiares o mentores que, con sus palabras y acciones, nos ayudan a redescubrir nuestra fortaleza interior.
Sin embargo, tan importante como tener un sherpa externo es cultivar nuestro propio sherpa interior. Aprender a confiar en nosotros mismos, a reconocer y enfrentar nuestras dudas, y a mantenernos firmes en el presente nos permite avanzar con seguridad, sin importar cuán empinado o rocoso sea el camino. Al entrenar nuestro sherpa interior, desarrollamos la resiliencia y la capacidad de enfrentar las adversidades.
La vida es una montaña que todos estamos escalando. Habrá momentos de cumbres y de valles, de triunfos y de desafíos. Acompañémonos de buenos sherpas que nos guíen e inspiren, y no olvidemos fortalecer nuestro propio guía interno. Así, podremos enfrentar cada paso con confianza y vivir plenamente en el presente, sabiendo que, sin importar lo que venga, estamos preparados para conquistarlo.