Los cadáveres del Partido Conservador británico: De Liz Truss a Jacob Rees-Mogg
El Partido Conservador puede retener hasta 130 escaños, un resultado mejor del que pronosticaban los últimos sondeos en los que incluso se decía que podía quedar por debajo de los 100 asientos. Los tories parece que evitan esa derrota existencial, pero aún así se dejan por el camino 200 escaños. Eso son muchos parlamentarios que a partir de hoy se quedarán sin trabajo.
La atención se centra ahora en ver quién quedará en la Cámara de los Comunes para reconstruir al Partido Conservador en la oposición. No es un asunto menor pues entre los "supervivientes" del "tsunami rojo" se elegirá a la persona que debe guiar al partido en esta nueva etapa.
La noche electoral ha dejado ya un rosario de bajas entre las que se encuentran figuras destacadas de la formación conservadora, algunas de ellas estaba destinada a jugar un papel esencial en esta transición.
La lista de derrotados la encabeza la exprimera ministra Liz Truss. La que fuera la lideresa más efímera del partido no ha logrado revalidar su escaño por Norfolk Sureste y ha quedado superada por los laboristas por apenas un punto (26,5%-25,1%), esto es, 639 votos. La primera ministra que estuvo en el cargo 49 días, pero tiempo suficiente para provocar una crisis financiera de calado, se convierte en la primera exjefa de Gobierno que pierde su escaño desde Ramsay MacDonald.
Otro miembro destacado del partido que no consigue representación en Westminster es Grant Shapps. Precisamente el ministro de Defensa jugó un papel clave en la operación de desalojo de Liz Truss en 2023. Shapps, incondicional del primer ministro Rishi Sunak, estaba llamado a disputar la carrera por el liderazgo de los tories pero ha perdido su escaño en Hertfordshire. Los laboristas ganaron el escaño con una mayoría de más de 3.000, un aumento de casi el 10% en su voto desde la última vez.
No es el único miembro del Gabinete que no repetirá en Westminster. El ministro de Justicia, Alex Chalk, tampoco ha logrado revalidar su escaño por Cheltenham. Pero en su caso no han sido los laboristas los que le han arrebatado el asiento sino los liberaldemócratas que han disfrutado de una gran noche electoral. El candidato liberal demócrata, Max Wilkinson, obtuvo más de 25.000 votos, frente a los 17.000 de Chalk.
Entre las víctimas también hay más aspirantes a suceder a Rishi Sunak que quedan malogrados. La presidenta del grupo parlamentario Penny Mordaunt pierde su asiento por Portsmouth Norte. La exministra de Defensa quedó tercera en la pugna por el liderazgo para suceder a Boris Johnson, pero sobre todo, logró conquistar a los británicos con su actuación estelar en la coronación del rey Carlos III.
Otra de las victimas más sonadas de la noche es Sir Jacob Rees-Mogg, el destacado brexiter conservador y férreo defensor de Boris Johnson. Rees-Moog perdió su escaño en el noreste de Somerset. El antiguo etoniano es posiblemente la mejor muestra de cómo el Brexit ha pasado factura al Partido Conservador. El divorcio de la Unión Europea no se ha traducido en una mejora del nivel de vida de los ciudadanos (más bien lo contrario, Reino Unido ha sufrido con más dureza la crisis energética e inflacionaria) ni tampoco ha conseguido reducir las cifras de la inmigración legal e ilegal.