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Июль
2024

Hundimiento del nacionalismo escocés: la independencia está fuera de la mesa

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Los conservadores británicos no son los únicos que han tenido una pésima noche electoral. Los nacionalistas escoceses están a punto de quedarse sin representación en Westminster (podrían perder hasta 40 asientos según las proyecciones) en su peor resultado en catorce años, los mismos que llevaba gobernado los tories en Londres. El SNP asegura haber escuchado el mensaje de los votantes tras ser arrollado por una supermayoría laborista: la independencia queda fuera de la mesa.

El primer ministro, John Swinney y el líder del SNP en Westminster, Stephen Flynn, admitieron que el electorado había rechazado el proceso secesionista.

Las causas de este desplome de los nacionalistas escoceses son múltiples: el desgaste del proceso secesionista sin duda, el abandono de los servicios públicos, pero también la sospecha de la corrupción y la financiación ilegal que rodea la etapa de Nicola Sturgeon (2014-2023) que tomó las riendas de la formación tras la salida de Alex Salmond al fracasar el referéndum de independencia. El que fuera jefe de gabinete de Salmond, Geoff Aberdein, apuntó que Sturgeon debería "llevar la lata por una parte significativa de donde estamos esta noche".

El descontento de los escoceses con su clase política se ha registrado también en el bajo nivel de participación con niveles del 47% de voto en Glasgow Noreste, por ejemplo. Nicola Sturgeon que hizo de comentarista durante la noche electoral en la cadena ITV dijo que el resultado de las urnas dejaba "muchas preguntas para su partido" pero pidió a John Swinney que siguiera como líder del partido y al frente del Gobierno.

Escocia ha pasado recientemente por un cambio de ministro principal con la salida del joven Humza Yousaf la pasada primavera tras romper la coalición de gobierno con Los Verdes por las discrepancias en materia climática y los derechos "trans".

Los independentistas escoceses también llevan desde 2007 con la independencia en el centro de su agenda: primero con el referéndum fallido de 2014 y luego con la propuesta de convertir las elecciones generales en un plebiscito sobre la separación. Por el camino irrumpió la pandemia y se registró un severo deterioro de los servicios públicos, la sanidad y la educación, que ha acabado por pasar factura a los independentistas.

Parte de los buenos resultados que ha obtenido el Partido Laborista a nivel nacional se debe a su resurgimiento en Escocia.